nogales
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Reproduzco este artículo de un blog acerca del profesor Neira que suscribo al 100%
No puedo estar más de acuerdo, ya que Neira ha demostrado ser a día de hoy, un chulapo de tres cuartos. Ignoro si tal estado se debe al deterioro físico y mental sufrido o era así ya antes , pero no me cabe duda de que parece descabellado que un tipo que se expresa con semejante agresividad en cada aparición pública no deberìa presidir ni una comunidad de vecinos.
Y una cosa está clara: está manchando su imagen de ciudadano modelo , que ya no parece tan idílica, y quien sabe si no pudo haber otras connotaciones en el episodio y si se habrá acusado injustamente a Violeta Santander de defender a su marido... la duda es razonable.
El frutero de Einstein dijo, en un arranque de genialidad, que la televisión es vanidad congelada. Quería decir que la pantalla, el mayor acelerador de partículas de audiencia del mundo, es capaz de hacer que una persona aparentemente normal sufra un big bang mental con sólo aparecer cinco minutos en un magazine matinal de medio pelo. Nadie parece librarse de esa colisión mediática de protones intelectuales. Una tragedia que ha sacudido al famoso profesor Jesús Neira, claro ejemplo del deterioro que la televisión es capaz de producir en una persona cuando fija en ella sus objetivos.
Con el paso del tiempo y los programas Neira se ha transformado, pasando de agredido a agresor. Ya no es sólo la víctima de un suceso de violencia callejera. Ahora es un justiciero rabioso, cargado de soberbia y malos modos, que se pasea por los platós exhibiendo sus todopoderosos e irrefutables argumentos. Llama “cucaracha” a su agresor, acusa a un partido político de “asesino” y hasta exige licencia de armas para auto protegerse. “Es una libertad a la que cualquier ciudadano tiene derecho. No vendrá usted a decirme qué derechos tengo”, dice, torciendo el gesto como Harry el sucio. ¿Saben cuál es el problema de Neira? Que eligió muerte. Es decir, eligió a la televisión y a Esperanza Aguirre. La fama televisiva, obtenida como consecuencia del conflicto que vivió, le puso en el punto de mira de la presidenta madrileña, que le convirtió en instrumento de propaganda al nombrarle presidente del consejo asesor del Observatorio contra la Violencia de Género de la Comunidad de Madrid. La popularidad y el cargo oficial generan suficiente energía vanidosa como para hacer papilla los sesos del hombre más sensato. Algo que Neira parece no ser.
Neira es carne de “La Noria” (Telecinco), uno de los sumideros más apestosos de la televisión actual. En el último programa los tertulianos hablaron sobre el profesor. Bueno, chillaron sobre el profesor. Y sobre la utilización que hacen los políticos de las víctimas. Plantearon una pregunta-encuesta de pago (¿Debería esperanza Aguirre cesar a Neira de su cargo en el Observatorio contra la Violencia de Género de Madrid?) que obtuvo una respuesta contundente: un 87% pensaba que debería cesarle. Un 13%, que no.
Mientras carga el Smith & Wesson con balas 44 Magnum, el profesor universitario parece más partidario de la venganza que de la autocrítica. Neira ha escrito un libro, y lo vende acusando al PSOE de cometer “barbaridades y asesinatos” a lo largo de su historia. Hace dos años, cuando a Neira le conocían en su casa, este sistema promocional basado en la crispación y la maledicencia no hubiese sido posible. El profesor jamás hubiera escrito un libro titulado “España sin democracia”, la editorial Temas de hoy nunca hubiese editado semejante panfleto, yo no estaría escribiendo este post y usted se habría evitado leerlo. Pero hoy la televisión hace posible que un personaje como Neira se convierta en una estrella. Y como tal, camina apresurado, enfurecido y sembrando el camino de mierda, hacia su propio Big Bang.
Neira el sucio. Energía negativa en proceso de autodestrucción.
No puedo estar más de acuerdo, ya que Neira ha demostrado ser a día de hoy, un chulapo de tres cuartos. Ignoro si tal estado se debe al deterioro físico y mental sufrido o era así ya antes , pero no me cabe duda de que parece descabellado que un tipo que se expresa con semejante agresividad en cada aparición pública no deberìa presidir ni una comunidad de vecinos.
Y una cosa está clara: está manchando su imagen de ciudadano modelo , que ya no parece tan idílica, y quien sabe si no pudo haber otras connotaciones en el episodio y si se habrá acusado injustamente a Violeta Santander de defender a su marido... la duda es razonable.