Catalunya y Valencia Suman fuerzas

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Catalunya y Valencia Suman fuerzas

Antoni Castells y Gerardo Camps esbozan una entente valenciano-catalana
Catalunya y Valencia suman fuerzas para conseguir una mejor financiación
Ambos gobiernos destacan que son más las cosas que los unen que las que los separan | La polémica del agua no es obstáculo para una inédita coalición de intereses | Las cámaras de comercio de Barcelona y Valencia piden infreastructuras

Catalunya y Valencia escenificaron ayer lo que puede ser el inicio de un frente común en materia de financiación autonómica. Los respectivos consellers de Economia de Catalunya, Antoni Castells, y de la Comunidad Valenciana, Gerardo Camps, compartieron acto público y rueda de prensa en la que aseguraron que las dos comunidades necesitaban un cambio en el modelo de financiación autonómica.



"Hemos de trabajar juntos porque es más lo que nos une que lo que nos separa", dijo Castells delante de su homólogo valenciano. "Cuando el diagnóstico es compartido, el esfuerzo es compartido", según Camps. "Catalunya y Valencia necesitan que se resuelva la financiación", añadió el miembro del Gobierno valenciano del PP.

Los dos consellers mostraron sus mejores sonrisas en un acto público en el que dejaron de lado de forma expresa las diferencias entre los dos gobiernos en materias como el trasvase del Ebro a Barcelona. "No existe ninguna guerra del agua y de existir no sería entre Catalunya y Valencia", aseguró Camps, para añadir que lo que hacen falta son soluciones.

En cuanto a los puntos que les unen en materia de financiación destaca que ambos gobiernos apuestan porque se tenga en cuenta en el reparto del pastel el fuerte aumento de la población en territorios como Catalunya y Valencia a causa de la elevada llegada de inmigrantes en los últimos años.

La sintonía entre Castells y Camps fue tal que aceptaron que era compatible conseguir un sistema de financiación adecuado para las 17 comunidades y al mismos tiempo dar cumplimiento a lo que marca el Estatut de Catalunya. En el caso de Catalunya, el Estatut obliga a que antes del 9 de agosto se definan las líneas de ese nuevo modelo.

Camps defiende que el sistema de financiación se debata en el Consejo de Política Fiscal y Financiero, en el que están todas las autonomías. Castells lo acepta siempre que se cumplan los plazos (antes del 9 de agosto) y los contenidos. Su opción prioritaria es que la negociación pivote en la comisión mixta Estado-Generalitat.

La colaboración entre Valencia y Catalunya se produce sólo días después de que el conseller de Economia del Gobierno balear, Carles Manera, destacara que existen intereses comunes en materia de financiación con Catalunya. Manera se reunió con Castells a puerta cerrada.

El recurso de inconstitucionalidad presentado por el Partido Popular contra el Estatut tampoco impidió que ayer el conseller del Gobierno valenciano defendiera como positivo que Catalunya reciba durante siete años una inversión en infraestructuras equivalente a su peso en el conjunto de la economía española. "Está muy bien que Catalunya" tenga una inversión especial en un momento concreto para cubrir un déficit, dijo Camps. El conseller valenciano añadió que, en un futuro, pedirá ese mismo trato para otras comunidades como la valenciana.

El compadreo entre ambos dirigentes y las buenas intenciones se hicieron públicas aprovechando unas jornadas técnicas sobre "El corredor del Mediterráneo: infraestructuras y financiación" organizadas por la Cambra de Comerç de Barcelona y la Cambra de Comerç de Valencia. Los técnicos de ambas entidades se mostraron de acuerdo en que la mejora de las infraestructuras entre ambas comunidades beneficiaba a toda España.

http://www.lavanguardia.es/lv24h/20080424/53457611484.html
 
Apunte de Enric Juliana, periodista de la vanguardia:

En política –y en la vida misma- siempre es interesante asistir a la creación de una nueva perspectiva. Intuir la llegada de algo nuevo. Pues bien, vayámonos preparando porque habrá interesantes novedades en las relaciones políticas, económicas y también emocionales entre Catalunya y la Comunidad Valenciana. Economía y política se moverán con cierta rapidez; más lenta, mucho más lenta, será la evolución (en positivo) de las complejas relaciones emocionales entre valencianos y catalanes.


Algunos lo venimos pronosticando desde hace meses, como si predicásemos en el desierto, pero, por fin, llegan los hechos. Veamos.

1) Los consejeros de Economía de las dos Generalitats (Antoni Castells y Gerardo Camps) acaban de anunciar en Barcelona la voluntad de acudir a la renegociación de la financiación autonómica –obligada por la aprobación del Estatut de Catalunya- con una estrategia común, a la que puede sumarse Baleares… y quizá Madrid. Catalanes de izquierdas y valencianos de derechas comparten en estos momentos un mismo interés: aminorar el peso de la Junta de Andalucía en el debate territorial, habida cuenta que el PSOE andaluz, el principal lobby político que opera hoy en España, tiene, en la práctica, poder de veto sobre importantes decisiones estratégicas del Gobierno español.

2) Catalunya y Valencia aportan a la caja común de la solidaridad interna española. También Madrid, Baleares y Murcia. (El País Vasco y Navarra, gracias al privilegio foral hacen vida aparte). Las comunidades que aportan son las que más han incrementado la población (por la llegada masiva de inmigrantes) con los consiguientes problemas en los servicios básicos, principalmente, la sanidad y la educación. Estas comunidades necesitan reajustar los criterios de redistribución territorial, a lo que lógicamente se oponen las comunidades que más reciben, capitaneadas por Andalucía, más instaladas en la satisfacción.

3) La discusión sobre la financiación autonómica puede adquirir tintes dramáticos en los próximos meses, habida cuenta que la desaceleración económica y la paralización del negocio inmobiliario está mermando seriamente los ingresos de todas las administraciones públicas. Acabamos de saber que el superávit del Estado se ha reducido a la mitad en lo que va de año. Las autonomías están ingresando menos dinero y también los ayuntamientos. El debate será muy duro. Catalanes de izquierdas y valencianos de derechas pueden ir de la mano porque, en una perspectiva de crisis económica, emergen con fuerza sus intereses comunes.

4) A Catalunya y a Valencia les interesa más que nunca el Corredor Mediterráneo: la mejora de la conexión de toda la franja mediterránea con Europa mediante autopista y ferrocarril. La línea de AVE Valencia-Barcelona-frontera francesa -que hasta le fecha ningún Gobierno español ha considerado prioritaria- será un reivindicación común en los próximos años. Debilitado el negocio inmobiliario, el turismo no puede ser la única fuente de riqueza. Valencianos y catalanes deberán apostar mucho más fuerte por sus pequeñas y medianas empresas. En un horizonte de crisis, la logística y el transporte ganan importancia estratégica. Los empresarios son hoy los principales interesados en una mayor cooperación entre Valencia y Barcelona, cooperación que no eliminará las tensiones. Ambas ciudades vienen compitiendo desde el siglo XV, cuando Valencia era mucho más influyente que Barcelona.

5) La política y la ideología deberán adaptarse al nuevo cuadro de intereses. Lo harán lentamente, muy lentamente, porque los resquemores acumulados son muchos. La derecha valenciana deberá disminuir su tendencia al anticatalanismo visceral; y el catalanismo debiera organizar un digno entierro de la entelequia de los Països Catalans, en la que nadie medianamente sensato sigue creyendo hoy en Barcelona. Mal momento para los profesionales del extremismo, que harán lo posible para obturar la nueva perspectiva.
 
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