nogales
Miembro habitual
Siii, amigos, confesadlo, no os habéis partido el ojete al leer alguna de las joyas que nuestros críticos nos han regalado???
Del sublime Jesús Palacios a Sergi Sánchez, pasando por Boyero o el gran Jordi Costa. Algunas merecen estar en un museo ( de los horrores ) y es por eso por lo que les rendimos homenaje en este post.
Comienzo yo con una de Costa, que como sería que hasta tuvo que ir él personalmente a El intermedio de Wyoming a explicarla, ya que las personas que la leían por la calle, ni puta idea tenían a la hora de descifrarla.
Glorioso.
Del sublime Jesús Palacios a Sergi Sánchez, pasando por Boyero o el gran Jordi Costa. Algunas merecen estar en un museo ( de los horrores ) y es por eso por lo que les rendimos homenaje en este post.
Comienzo yo con una de Costa, que como sería que hasta tuvo que ir él personalmente a El intermedio de Wyoming a explicarla, ya que las personas que la leían por la calle, ni puta idea tenían a la hora de descifrarla.
300
Valoración: 2
Por Jordi Costa.
El radical camino de síntesis gráfica emprendido por Frank Miller en Sin City alcanzó en 300 una culminación que no dejó de tener su contrapartida: el autor, que había incorporado la ambigüedad moral al arquetipo superheroico en su modélica etapa Daredevil, parecía ahora inquietantemente comprometido con un mensaje unidimensional que podría admitir el resbaladizo adjetivo de fascista. A algunos seguidores de Miller no les extrañó demasiado que, años después, se anunciase su intención de enfrentar a Batman con... Bin Laden. La adaptación de 300 llega en un momento en el que resulta especialmente difícil abstraerse de su carga ideológica: Snyder hiperboliza el incendiado tono de arenga militar del original para incorporar al conjunto esas estrategias de deformación del enemigo que caracterizaron el viejo cine de propaganda. Y su vocación de fidelidad adquiere la forma de una traición medular: la magia digital nos permite reconocer (sí) los colores de Lynn Varley, pero lo que en la página era dinamismo paroxístico adquiere aquí la forma de una sucesión de tableaux vivants equidistantes del amaneramiento kitsch de Pierre et Gilles y el primitivismo colosalista de Cecil B. DeMille. Quizás el mayor enigma de 300 sean las adhesiones que generan entre quienes tildaron de fascistas la feroz ironía de Starship Troopers y el nihilismo terminal de El Club de la Lucha. El cine de Guerra Santa suma un nuevo título a su catálogo.
Glorioso.
