Eugenio (2018)

- Me encantó el documental. Mi familia, yo mismo, hemos sentido debilidad por Eugenio desde siempre. Cuando viajo al extranjero, tengo como ritual fijo el cargar mi mp3 con sus chistes. He caminado por aeropuertos de allende los mares, riéndome mientras hago tiempo para embarcar con sus míticas historias. No importa los años que tengan. Nunca pasan de moda porque son atemporales. Eugenio apenas se ceñía a la realidad política del momento. Por eso, con contadas excepciones, ninguno de sus chistes e historietas ha quedado anticuado. Te ríes igual hoy, que ayer o dentro de cien años.

Estuve a punto, a puntísimo de verle actuar en directo, pero por unas razones u otras, se me escapó y cuando pude hacerlo... ya fue demasiado tarde. He disfrutado a su imitador Reugenio varias veces y aunque no es lo mismo, conjura muy bien parte del espíritu del genial humorista. El documental es una pieza imprescindible para entender su vida y desarrollo personal. Después de verlo, entendemos por qué su regreso, tras varios años alejado de los escenarios, a finales de los 90, principios de la década de 2000 fue como fue... por qué aquel Eugenio que volvía, podría vestir como Eugenio, hablar como Eugenio, contar los mismos chistes de Eugenio... pero ya... ya no era Eugenio.

Hay un momento del documental que a mí me rompió el corazón. Cuando se habla de ese regresó que decía, de un Eugenio cansado, con problemas de salud, mirada ausente, la voz menos vivaz y cuya memoria ya no era la de antaño, nos muestran una actuación en televisión de ese momento. La cámara va haciendo zoom hacia el rostro de Eugenio. La voz cada vez es más pastosa, la respiración se va entrecortando más y más, la cara se perla de sudor y asistimos al esfuerzo casi desesperado de un hombre por explicar el chiste, sufriendo literalmente lo indecible para sacarlo adelante. El público en aquel momento no se daba cuenta y pensaba que las pausas cada vez más prolongadas eran parte del espectáculo y reían sin parar contentos porque Eugenio había vuelto. No sabían la lucha que el humorista estaba sosteniendo consigo mismo y que esas pausas las utilizaba como ardid cuando no podía recordar el desarrollo de un chiste y tenía que improvisar el desarrollo de la actuación.

El documental se ha editado en DVD con un par de extras bastante interesantes (descartes de las entrevistas y un testimonio que quedó fuera del montaje original)

Y como no puede ser de otro modo, acabo de manera optimista con uno de mis chistes favoritos de Eugenio y que me parece una verdadera pirueta del lenguaje :hail:palmas:hail:

- "El saben aquel que diu que se encuentran dos amigos y uno li diu a l'altre: - Nano, nano... he intentado cobrar el cheque que me diste y en mi banco me han dicho que no tenía fondos, y l'altre va y li diu: ¿Sí? Ya me han comentado que ese banco tiene problemas de liquidez".

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Está en mi top 5 del año. Casi Scorsesiana en su estructura de ascenso y caída del catalán, el Jake La Motta de los chistes.
 
está bien, es bastante desgarrador en su final, incluso se pueden ver cómo en los testimonios de sus allegados se lanzan puyitas entre sí. Pero si hay algo que a mi me ha turbado es cuando en su decadencia final se entrega al ocultismo, con esa construcción que realiza en su jardín... es realmente espeluznante. :inaudito

y bueno, el ver cómo poco a poco y por las tribulaciones de su vida se apaga poco a poco su luz... Esa confesión final a su hijo. Desgarra.
 
También está en youtube y los subtítulos funcionan bien, si hacen falta.
Bastante bueno, nadie se guarda nada, todos hablan desde el corazón para lo bueno y lo malo.
Hace poco vi el de robin williams "come inside my mind" y no podía dejar de pensar en él mientras veía este.
La misma historia de éxito y autodestrucción tan manida como jodidamente real.
 
El del canal de tv3 en youtube por defecto salen en catalán pero si picas en configuración, luego en "catalán", le das a traducir automáticamente y pulsas en español te salen perfectos.
 
si, yo tambien me quedé a cuadros cuando lo vi :inaudito

menudo caserón y ritmo de vida llevaba el tío. Está claro que el boom de su show cómico debió ser descomunal en la España de los 70-80 e hizo una fortuna en apenas unos pocos años. Y por eso es tan sórdida su caída en desgracia, casi parece que estás asistiendo a unos de esas películas tan mal rolleras de Bigas Luna o Antoni Salgot.
 
Arevalo decía que en aquella época 70-80-90 solo con las cintas en gasolinera de chistes de mariquitas y gangosos se hizo millonario. Hoy en día con lo políticamente correcto se iría a la indigencia.

Un abrazo!
 
- Curiosa noticia :?:

El mejor imitador de Eugenio y el hijo del humorista se ven las caras en el juzgado

Contiene perlas impagables:

Está convencido de que Climent llegó a meterse tanto en el personaje que, de algún modo, se fusionó con él. “Si a veces iba hasta vestido como él por la calle".

"Pero en cambio, me han llamado desde Cambrils para preguntarme a qué hora llego. ¿Por? Porque actuáis esta noche. Y claro, le respondo que han contratado al otro y me dice que el alcalde me quiere saludar. Yo he informado y avisado de que ese show no era el mío”.

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La lástima es que Climent imitando a Eugenio y el hijo de Eugenio como productor del espectáculo hacían un muy buen tandem. Por separado, ni Meugenio (el nuevo alias de Climent para seguir haciendo imitaciones de Eugenio en solitario) ni el nuevo actor contratado por el hijo de Eugenio para hacer de Reugenio brillan tanto como en equipo ¡Ay el dinero! Si Eugenio, el genuino e inigualable, les viera pelearse seguro que decía aquello de: "¡No vendo nano... no vendo!".
 
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