Vista Ahora si, antes no... Menuda joyaza, casi diría que de lo mejor del año. Obra de apariencia sencilla, un mismo suceso casual pero visto desde dos perspectivas diferentes. Un poco como si fuese una vuelta de tuerca a lo planteado por Neville en su obra maestra La vida en un hilo, pero sin el tono fantástico de "que habría sido de mi vida si...". En este caso más que la posibilidad de optar por una acción u otra, es la preferencia por el "tono" con el que se aborda un hecho lo que conduce a la contingencia. El suceso es el mismo, es nuestra honestidad o franqueza lo que hace que los detalles se sumen unos a otros para que una situación se traslade por un lado o por otro, lo que separa el éxito o el fracaso en las relaciones sociales. Si a eso que ya de por si da como resultado una tesis impresionante, le sumamos lo que apunta Ropit, nos encontramos con una obra descomunal. El tema visto así alcanza tintes biográficos, ya que es el propio director hablando de su voluntad de afrontar la obra de arte desde un lado personal, o por el contrario plegarse a lo que el público espera; o peor aún puesto que hablamos de un ente subjetivo como el publico... lo que creemos que el público espera, lo que conduce en muchos casos al fracaso. La película se convierte en una de las reflexiones más poderosas que he visto sobre el planteamiento de un autor hacia la posibilidad de orientar su obra hacia lo comercial o ser fiel a sí mismo, el viejo dilema del cine... arte o negocio.
Y de paso me vi Noche y día, que también me ha gustado mucho aunque en algún momento se me hizo larga. Fascinante propuesta de un hombre atrapado en París al que ha tenido que exiliarse para evitar un problema legal, dejando su país, su mujer y su vida. Pero al entrar en contacto con un grupo de coreanos como él, deambulará por el día en una suerte de belle epoque jugando a ser un picha brava, derrumbándose por las noches al teléfono con su mujer. Soledades, relaciones que se deterioran, búsqueda de afectos... Esta doble vida es lo que se hace un poco larga, hasta un desolador desenlace a su vuelta a Corea, donde queda patente la dualidad del alma humana. La búsqueda de la felicidad y el egoísmo inherente a ella muchas veces, conduce a que queramos usar a las personas para paliar nuestras propias carencias sentimentales.
En fin, un autor del que ahora entiendo su merecida fama y al que seguiremos con mucho detalle, tanto para lo que venga por estrenar como de su filmo pasada que voy a empezar a explorar.