Atreyub
En busca y captura
¿Como es posible que uno de los ahijados queridos de Spielberg no tenga hilo propio? Pues como todo director que se precie tiene cabida en el foro... ahí va el correspondiente.
Primero crítica de lo que vi ayer y luego calzo su correspondiente filmografía.
(Id, 1992)
Cuando uno ve Matinee tiene la certeza de que Dante es un enamorado del cine Serie B de los años dorados del género donde las mutaciones y monstruos varios a causa de radiaciones eran casi los amos del cotarro. Aprovechándose de ese amor y amparándose en el miedo psicológico real a una destrucción nuclear por parte de los rusos en la América de los años 50 Dante presenta una película dividida en dos partes que acaban fusionándose:
Una es presentada a través de la figura de John Goodman, interpretando aquí al productor / director de cine Lawrence Woolsey, una especie de guiño a Hitchcock, con ese puro eterno en la boca y una forma idealista, viva y sincera de como tiene que ser las películas y el recinto donde se proyectan... con toda la realidad posible y dando al espectador una sensación de estar "viviendo" la película - la escena donde es confundido con el maestro del suspense o como empieza a crear en su cabeza una nueva película en base a un cocodrilo es divertidísimo) mientras que la otra fluye por sí misma, plasmando la idílica América, casi de ensueño pero interrumpida por una fobia / ignorancia a una destrucción mundial - el método de protección ante uno de esos ataques es tan infantil como significativa.
Y aunque es cierto que quizás la conjunción de las dos historias se ven, en según qué momento, un tanto forzadas no deja de ser idílico y a la vez nostálgico ante unos tiempos y unas acciones. Dante no puede dejar escapar ese sentido homenaje a ese cine de ilusión, escapismo y terror infantiloide ante monstruos grotescos y desagradables pero llenos de imaginación desbordante con una clase de cine magistral (metacine como se suele decir) con "Mant". Plasmada en un blanco y negro magnífico, la película sobre el hombre hormiga y recurriendo a artilugios vistos ahora rudimentarios pero que conseguían transmitir vida a los espectadores.
Dante se permite infundir discursos idealistas ante un cine que ya no se ve o se hace en los diálogos de Goodman cuando prepara el cine al gusto y disfrute de su personaje o la forma de convencer mediante palabras e ilusiones a los espectadores que hacen cola en el cine o a la hora de enfrentarse a personas que ven en sus películas manipulación de masas.
Está claro que todo lo que corresponde a la parte sentimental es la más edulcorada y por ende la más ñoña pero no deja de tener cierto candor por unos tiempos donde la inocencia acaba superando a la realidad de la historia. Quizás la parte del novio camorrista es la que más forzada está pero es un error nimio en comparación con la buena presencia general de la película. Jerry Goldsmith, como siempre, cumple con creces y como siempre, una vez más, Dante recurre a sus secundarios indispensables.
Un título menor dentro de su filmografía pero desde luego es tan sincera y sobre todo tan nostálgica en todo el sentido de la palabra que su visionado es muy recomendable. ¡Esto sí que era un 3D en condiciones y lo demás son tontás!.
Primero crítica de lo que vi ayer y luego calzo su correspondiente filmografía.

(Id, 1992)
Cuando uno ve Matinee tiene la certeza de que Dante es un enamorado del cine Serie B de los años dorados del género donde las mutaciones y monstruos varios a causa de radiaciones eran casi los amos del cotarro. Aprovechándose de ese amor y amparándose en el miedo psicológico real a una destrucción nuclear por parte de los rusos en la América de los años 50 Dante presenta una película dividida en dos partes que acaban fusionándose:
Una es presentada a través de la figura de John Goodman, interpretando aquí al productor / director de cine Lawrence Woolsey, una especie de guiño a Hitchcock, con ese puro eterno en la boca y una forma idealista, viva y sincera de como tiene que ser las películas y el recinto donde se proyectan... con toda la realidad posible y dando al espectador una sensación de estar "viviendo" la película - la escena donde es confundido con el maestro del suspense o como empieza a crear en su cabeza una nueva película en base a un cocodrilo es divertidísimo) mientras que la otra fluye por sí misma, plasmando la idílica América, casi de ensueño pero interrumpida por una fobia / ignorancia a una destrucción mundial - el método de protección ante uno de esos ataques es tan infantil como significativa.
Y aunque es cierto que quizás la conjunción de las dos historias se ven, en según qué momento, un tanto forzadas no deja de ser idílico y a la vez nostálgico ante unos tiempos y unas acciones. Dante no puede dejar escapar ese sentido homenaje a ese cine de ilusión, escapismo y terror infantiloide ante monstruos grotescos y desagradables pero llenos de imaginación desbordante con una clase de cine magistral (metacine como se suele decir) con "Mant". Plasmada en un blanco y negro magnífico, la película sobre el hombre hormiga y recurriendo a artilugios vistos ahora rudimentarios pero que conseguían transmitir vida a los espectadores.
Dante se permite infundir discursos idealistas ante un cine que ya no se ve o se hace en los diálogos de Goodman cuando prepara el cine al gusto y disfrute de su personaje o la forma de convencer mediante palabras e ilusiones a los espectadores que hacen cola en el cine o a la hora de enfrentarse a personas que ven en sus películas manipulación de masas.
Está claro que todo lo que corresponde a la parte sentimental es la más edulcorada y por ende la más ñoña pero no deja de tener cierto candor por unos tiempos donde la inocencia acaba superando a la realidad de la historia. Quizás la parte del novio camorrista es la que más forzada está pero es un error nimio en comparación con la buena presencia general de la película. Jerry Goldsmith, como siempre, cumple con creces y como siempre, una vez más, Dante recurre a sus secundarios indispensables.
Un título menor dentro de su filmografía pero desde luego es tan sincera y sobre todo tan nostálgica en todo el sentido de la palabra que su visionado es muy recomendable. ¡Esto sí que era un 3D en condiciones y lo demás son tontás!.