En las últimas semanas ha cuadrado la causalidad de recibir varios privados de foreros para explicarme cosas varias. Algunos moderadores para tocar temas delicados, varios foreros para protestar por el comportamientos de otros compañeros, alguno para pedirme mi punto de vista de alguna trifulca, otro para preguntarme por como estoy y mi estado de ánimo, todos de aquí menos uno del otro lado del charco y así de todo un poco. Esta fertilidad no me había pasado.
Antes del covid no tenía tiempo y ahora que lo tengo me agoto rápido. Entablar conversaciones privadas me da una pereza tremenda pero me halaga que otros lo hagan. En cualquier caso son escasas y voy sobrado. Me queda grande tanta sociedad.
Me pierdo muchos hilos porque no entro y cuando me dicen mira lo que me ha dicho este bicho pienso en de qué me habla este pendejo. Soy vago y navego por espasmos. Hay días que entro en unos cuántos. Casi siempre me guío por los últimos mensajes y voy picando sobre ellos. No hago seguimiento de hilos ni de foreros ni de respuestas a mis mensajes si nadie les contesta citando. Por lo que a veces se me pasa que alguien me dice algo a algo que no recuerdo haber dicho.
Hay foreros que quiero como hermanos, otros que los adoro como amigos, otros que los respeto como foreros, algunos que considero unos cafres, otros equivocados, pero ni uno solo, ni los folloneros ni los indepes ni los mal hablados me resultan prescindibles. Todos me aportan algo. Algunos me ofrecen cosas que no sé y otros me confirman lo que no quiero ser, y eso es un regalo.
A veces me gusta veros los caretos y quedar para comer. Me reconforta volver a saludar o ponerle cara a un sujeto que llevo tiempo conociendo. La mayoría cumple las expectativas y el resto las supera. Detrás de un forero, del nuestro, hay un ser humano inquieto, normalmente inteligente y entretenido.
Voy mirando el foro todo el día a todas horas pero sólo vistazos, miradas, sobrevuelos. Respuestas cortas, de buen rollo, intento siempre que con sentido del humor y tochos pocos aunque parezcan muchos. No sé otra forma de ser forero. No quiero más interacción porque no puedo ni más seguimiento porque no llego. Esta es mi vída de forero.
Antes del covid no tenía tiempo y ahora que lo tengo me agoto rápido. Entablar conversaciones privadas me da una pereza tremenda pero me halaga que otros lo hagan. En cualquier caso son escasas y voy sobrado. Me queda grande tanta sociedad.
Me pierdo muchos hilos porque no entro y cuando me dicen mira lo que me ha dicho este bicho pienso en de qué me habla este pendejo. Soy vago y navego por espasmos. Hay días que entro en unos cuántos. Casi siempre me guío por los últimos mensajes y voy picando sobre ellos. No hago seguimiento de hilos ni de foreros ni de respuestas a mis mensajes si nadie les contesta citando. Por lo que a veces se me pasa que alguien me dice algo a algo que no recuerdo haber dicho.
Hay foreros que quiero como hermanos, otros que los adoro como amigos, otros que los respeto como foreros, algunos que considero unos cafres, otros equivocados, pero ni uno solo, ni los folloneros ni los indepes ni los mal hablados me resultan prescindibles. Todos me aportan algo. Algunos me ofrecen cosas que no sé y otros me confirman lo que no quiero ser, y eso es un regalo.
A veces me gusta veros los caretos y quedar para comer. Me reconforta volver a saludar o ponerle cara a un sujeto que llevo tiempo conociendo. La mayoría cumple las expectativas y el resto las supera. Detrás de un forero, del nuestro, hay un ser humano inquieto, normalmente inteligente y entretenido.
Voy mirando el foro todo el día a todas horas pero sólo vistazos, miradas, sobrevuelos. Respuestas cortas, de buen rollo, intento siempre que con sentido del humor y tochos pocos aunque parezcan muchos. No sé otra forma de ser forero. No quiero más interacción porque no puedo ni más seguimiento porque no llego. Esta es mi vída de forero.
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