DAVID PLACER
BARCELONA
Un total de 20 cochecitos amarillos comenzaron a circular esta semana por Barcelona para ofrecer visitas guiadas por GPS. Los vehículos, con dos plazas, realizan tres rutas predeterminadas (zona montaña, zona mar o recorrido de una hora) o una mezcla de todas que puede configurar el conductor.
La empresa Gocar ha importado un agresivo modelo de márketing que se creó hace cuatro años en Estados Unidos y ha instalado su primera sucursal europea en Barcelona esta semana. Los coches, descapotables y con potentes altavoces, tienen licencia de ciclomotor y por tanto podrán ser aparcados en plazas de motos. La central funciona en la calle de Freixures, cerca del mercado de Santa Caterina.
La novedad de estos minicoches es que el conductor no tiene que manipular el GPS, porque el sistema ofrece de forma automática las posibles rutas durante el recorrido en seis lenguas: inglés, catalán, castellano, francés, italiano y alemán. Cualquier interesado con carnet de conducir puede montarse en el coche, tras recibir una corta explicación sobre el mecanismo de funcionamiento del vehículo.
Los usuarios deben llevar casco y firmar una cláusula en la que aceptan que manejar el vehículo comporta cierto riesgo. "Es solo un formalismo legal que se copia de Estados Unidos", explica Damien Harris, propietario de la franquicia.
50 KILÓMETROS POR HORA
Por ser únicos en el mercado --son producidos en exclusiva por una pequeña empresa holandesa-- si un conductor ocasionase un siniestro total del coche, debería abonar el coste total: unos 5.000 euros.
Los vehículos, que utilizan un sistema híbrido de gasolina y batería eléctrica, se controlan con las manos, no tienen marchas y alcanzan un máximo de 50 kilómetros por hora. "Cuando descubrí el sistema por internet, pensé que Barcelona era el lugar perfecto para esta franquicia", explica Harris. Los vehículos funcionan desde hace cuatro años en San Francisco, y se han extendido a San Diego y Miami. La empresa tiene planes de abrir nuevas sucursales en Londres, Lisboa y Sydney.
La primera hora del servicio cuesta 35 euros, la segunda hora 25 y la tercera 20 euros. El día completo sube a 99 euros.
Los primeros minicoches que circulan por Barcelona ocasionan algo de tráfico porque muchos conductores suelen distraerse al ver este peculiar modelo. La empresa ha grabado 500 archivos de audio con diferentes explicaciones de los monumentos de la ciudad. Los textos fueron comprados a una guía turística de Barcelona, pero se adaptaron al humor que, se cree, tiene el turista. "Soy un coche que busca pareja", dice el sistema entre las explicaciones.
Un chiste malo que los visitantes soportan solo porque se trata de una máquina.
