Respuesta: Museo de cera de Madrid
- No puedo ser objetivo porque soy un entusiasta de los museos de cera . A partir de aquí, seguimos. Fui el verano pasado. Es caro, pero recomiendo su visita por muchas razones: las figuras es la primera por supuesto, por su variedad y calidad, especialmente algunas las más antiguas dedicadas al Siglo de Oro, la Reconquista, Conquista de América, etc. Trajes muy bien hechos y la puesta en escena impecable. Con las figuras de cera sucede como con los soldaditos de plomo: se siguen haciendo pero ya no hay artistas como los de antes. Los políticos de la República, los escritores de la Generación del 27 están perfectos. Lo dicho, las mejores, las figuras clásicas. Hay una reconstrucción de un famoso robo de principìos del siglo XX, con todas las fases del proceso hasta la captura de los delincuentes montado como si fueran viñetas vivientes.
Las figuras contemporáneas son más regulares, pero eso lo he visto en casi todos los museos de cera que he visitado. Creo que falta ese arte clásico al modelar los rostros, como antes comentaba. Hay un carrusel muy simpático en el que dan vueltas entre otros las únicas figuras de cera que conozco de Mortadelo y Filemón ; por el tamaño (dejando muy atrás al nuestro de Barcelona) y porque en muchos aspectos y aquí entra un tanto la vena castiza, es como retroceder a 1970.
Si vas a verlo lo entenderás. Tienen una atracción consistente en una especie de pasaje del terror de estar por casa, con carromato (uno de los escenarios es el Vietnam de Rambo) y sobre todo una proyección titulada "Multivisión" o algo así, que se anuncia como lo más de la historia de España, y que se emite en una sala donde se podían haber estrenado los primeros éxitos de Manuel Summers o una rueda de prensa del doctor Rodríguez de la Fuente. De verdad. Te sientas esperando ver algo fuera de serie y es un documental normal y corriente. Yo al acabar, pensé que al girarme me iba a encontrar con los chicos de Parchís o al Torete comiendo pipas, como poco. Hay que verlo y hay que verlo en esa sala, que está exactamente igual que hace treinta años y como puede ser que en una próxima inyección económica que les dén la quiten, vale la pena no perdérsela, como rara avis.