Las croquetas son una receta clásica de "aprovechamiento" de sobras (croquetas de cocido... mhhh) que me chifla... incluso aunque no haya nada que reciclar, jeje.
Mis favoritas son las croquetas de zanahoria, las de espinacas y las de queso azul, pero como últimamente tengo superávit de morcilla, aquí va la receta que estoy usando.
Croquetas de morcilla:
Para el relleno:
- Una cebolla
- Una morcilla de arroz
- Piñones
- Harina
- Leche
- Aceite
Para el empanado:
- Huevo
- Pan rallado
Se corta la cebolla bastante fina y se pocha a fuego suave con un poco de aceite en una sartén antiadherente.
Se pela la morcilla y se corta en rodajas para luego desmenuzarla a mano y hacer una especie de migas de morcilla.
Mientras se pocha la cebolla, tostamos los piñones en una sartén sin dejar de menearlos para que cojan color por igual por toda la superficie. A mi el piñón me gusta más tostado, aunque tampoco pasa nada por ponerlo "crudo".
Una vez que la cebolla está transparente añadimos las migas de morcilla y las rehogamos.
Añadimos ahora unas tres cucharadas soperas de harina a la mezcla de cebolla, morcilla y aceite (para las cantidades de la bechamel mejor que se pronuncie un experto, porque yo lo hago todo a ojo) y removemos un buen rato para que se dore la harina (esto es fundamental para que luego la masa no sepa a cruda).
Una vez tenemos la mezcla bien impregnada de harina y la harina bien "tostada" comenzamos a añadir la leche poco a poco sin dejar de remover.
Añadimos los piñones, sal al gusto y una pizca de nuez moscada.
Cuando la masa tenga una textura que nos guste (lo suficientemente densa como para poder manipularla después en el empanado pero sin que sea un engrudo muy denso) apartamos la sartén del fuego y vertemos el contenido en una fuente amplia y poco profunda (esto ayuda a que la masa se enfríe antes). Si tapamos la fuente con film transparente evitamos que le salga una corteza dura a la masa.
Empanado:
Una vez que la masa ya está fría (más compacta y manejable) nos ponemos a hacer las croquetas.
Para que queden muy crujientes yo les hago una especie de doble empanado, que consiste en pasarlas primero por pan rallado, luego por huevo batido y después por pan rallado de nuevo.
Para formar las croquetas antes del primer empanado yo me ayudo de un par de cucharas soperas.
Como hacer croquetas es una cosa laboriosa que lleva cierto tiempo, siempre suelo hacer gran cantidad y congelo en paquetes las que no se vayan a comer en el día o al día siguiente.
Para freírlas, fuego fuerte (si no se abren) y escurrirlas en papel absorbente tras sacarlas de la sartén para que escurran el exceso de aceite.
Y ya está. ¡Buen provecho!
Mis favoritas son las croquetas de zanahoria, las de espinacas y las de queso azul, pero como últimamente tengo superávit de morcilla, aquí va la receta que estoy usando.
Croquetas de morcilla:
Para el relleno:
- Una cebolla
- Una morcilla de arroz
- Piñones
- Harina
- Leche
- Aceite
Para el empanado:
- Huevo
- Pan rallado
Se corta la cebolla bastante fina y se pocha a fuego suave con un poco de aceite en una sartén antiadherente.
Se pela la morcilla y se corta en rodajas para luego desmenuzarla a mano y hacer una especie de migas de morcilla.
Mientras se pocha la cebolla, tostamos los piñones en una sartén sin dejar de menearlos para que cojan color por igual por toda la superficie. A mi el piñón me gusta más tostado, aunque tampoco pasa nada por ponerlo "crudo".
Una vez que la cebolla está transparente añadimos las migas de morcilla y las rehogamos.
Añadimos ahora unas tres cucharadas soperas de harina a la mezcla de cebolla, morcilla y aceite (para las cantidades de la bechamel mejor que se pronuncie un experto, porque yo lo hago todo a ojo) y removemos un buen rato para que se dore la harina (esto es fundamental para que luego la masa no sepa a cruda).
Una vez tenemos la mezcla bien impregnada de harina y la harina bien "tostada" comenzamos a añadir la leche poco a poco sin dejar de remover.
Añadimos los piñones, sal al gusto y una pizca de nuez moscada.
Cuando la masa tenga una textura que nos guste (lo suficientemente densa como para poder manipularla después en el empanado pero sin que sea un engrudo muy denso) apartamos la sartén del fuego y vertemos el contenido en una fuente amplia y poco profunda (esto ayuda a que la masa se enfríe antes). Si tapamos la fuente con film transparente evitamos que le salga una corteza dura a la masa.
Empanado:
Una vez que la masa ya está fría (más compacta y manejable) nos ponemos a hacer las croquetas.
Para que queden muy crujientes yo les hago una especie de doble empanado, que consiste en pasarlas primero por pan rallado, luego por huevo batido y después por pan rallado de nuevo.
Para formar las croquetas antes del primer empanado yo me ayudo de un par de cucharas soperas.
Como hacer croquetas es una cosa laboriosa que lleva cierto tiempo, siempre suelo hacer gran cantidad y congelo en paquetes las que no se vayan a comer en el día o al día siguiente.
Para freírlas, fuego fuerte (si no se abren) y escurrirlas en papel absorbente tras sacarlas de la sartén para que escurran el exceso de aceite.
Y ya está. ¡Buen provecho!