Pues muy bien... Después de la estupenda Shotgun... y la muy apreciable Take shelter, esta MUD revela un creador con unas características constantes y una ya estimable carrera. Quizá no llegue a las bondades de su primera obra, y la película no sea sobresaliente; pero su mirada al interior de América antes en individuos que en estereotipos -tan de moda en el cine independiente (y el que se disfraza de)- lo asemeja más a un Sayles menos literario pero mucho más poderoso visualmente. El punto de vista de un niño a punto de cruzar el umbral del cambio, la necesidad de héroes y modelos que configuren su mundo todavía plagado de romanticismo preadolescente, sirve de eje sobre el que Nichols introduce varias ideas bastante más cínicas de lo que aparentemente se nos muestra. La película se centra en las varias mujeres que sin llevar el peso de la acción si funcionan como motor del desarrollo dramático en una visión algo maniquea pero bastante pragmática. En su contra varios momentos poco inspirados, tanto en texto como visualmente. Más que sobrar metraje si que hay secuencias que bien podrían haber precisado de elipsis y concreciones. Y que el punto de vista de la acción cambia entre personajes de una forma bastante poco elegante.
Y un analisis Patmetroniano: el tema de las mujeres como elementos volubles que obligan a los elementos masculinos a luchar por sus fantasías románticas es interesante. Parecen tener los pies en el suelo y resultar como he dicho fundamentalmente prácticas, alejadas de los sueños. Como si en el mundo que les ha tocado vivir no hubiera lugar para ensoñaciones infantiles. La madre está harta de la vida "especial" del río. La "novia" quiere a alguien molón (Ellis lo es brevemente cuando sacude a un chaval mayor, pero en cuanto aparece alguien con coche no duda en mandarle a la mierda). La Witherspoon pasa de una vida ajetreada y quiere comodidades, no sueños. Además está el tema de la serpiente, generador de miedos, de muerte pero también de salvación (veneno-antiofídico). Y para mi Nichols lo entronca con la figura de la mujer y la del propio río. La suerte de Mud en su devenir vital comienza cuando es mordido por una serpiente, pero a su vez salvado por Juniper. Y desde ese momento su sino es perseguirla y luchar contra todo lo que se interpone, llevándole a su propia perdición. Es como si hubiera sido "mordido" por esta, pero en ella está la liberación. En ese sentido es interesante comprobar todos los remedios supersticiosos que emplea para librarse del mal fario. Él mismo lleva una serpiente tatuada (como si fuese el nombre de una mujer) y asegura que de ser mordido otra vez probablemente ya no sobreviva ni con antídotos. El chaval poco a poco va transformándose en él, incluso llegando a ser mordido por una serpiente y llevando una vida paralela a Mud. El propio Mud después de haber salvado a Ellis parece haberse librado de su dependencia. Por otra parte el propio río no deja de ser una forma serpenteante, que parece mantener bajo su embrujo a los hombres. En este sentido el plano final es muy revelador, ya que Ellis lo abandona y el propio Mud por fin acaba viendo una extension acuática fuera del río, fuera de lo serpentino femenino y libre por fin de toda maldición.