Ahora bien, si alguien se piensa que Tsipras o Podemos iban a poder hacer algo más allá de las limitaciones que imponen las políticas macroeconómicas...van vendidos.
Bueno, bueno, los mercados y las políticas macroeconómicas tienen su fuerza, ...pero el pueblo también, eh?
Y si alguien tiene alguna duda, quizá convendría recordar lo que ocurrió en Islandia
Recordemos que una vez estallada la burbuja finmanciera, el pueblo islandés tumbó a su gobierno, dejó quebrar a sus bancos y se negó por dos veces -y mediante referendum- a hacerse responsables de una deuda soberana de más de 6.000 millones de euros. También, el Primer Ministro fue juzgado y condenado por negligencia. El Estado se refundó de nuevo, se elaboró una nueva constitución, y cientos de miles de inversores holandeses y británicos no recuperaron ni un solo céntimo de lo invertido en Islandia.
La revolución cívica islandesa es un ejemplo de desobediencia civil y de DEMOCRACIA para todo el mundo, del que no se da excesiva publicidad por motivos obvios.
Claro que el nivel cívico del pueblo islandés no tiene nada que ver con el de los países mediterraneos.