Pues los fincherianos de pro estarán de enhorabuena, el director ha entregado otra película impecable en su lobregez, grande en su minimalismo e intensa en su frialdad. La atmósfera sueca le va que ni pintada y con ella da fondo a una historia de escabrosos misterios que curiosamente y a pesar de la similitud de géneros, no recuerda demasiado ni a Seven, ni a Zodiac (en todo caso más a la segunda).
Daniel Craig mal, la chica impresionante. No sé cómo es el libro, pero como película funciona, es un entretenimiento de primera categoría.