
Bill Watterson, norteamericano, cincuentón, dibujante, humorista gráfico. La edición comentada por él tira a tira de "El último libro de Calvin y Hobbes" es un tesoro (si alguien lo quiere en pdf en español que me envíe un MP).
Calvin y Hobbes, a tira diaria durante poco más de diez años, una de las cimas del medio. Por si hay por aquí algún extraterrestre que nunca lo ha leído, es una serie de tiras autoconclusivas sobre un niño de seis años bastante incontrolable y su tigre de peluche. Esto es, claro, una descripción que no llega ni a superficial: nunca he visto una obra (de cualquier tipo) que describa mejor la infancia.

Toda la anarquía, la inocencia cínica y el cinismo inocente, la frustración, la rebelión a la autoridad, las fantasías enloquecidas ("¡tiranosaurios en F-14!"), los padres vistos por los hijos, los hijos vistos por los padres, las niñas como El Enemigo, la crítica social, lo experimental, incluso la muerte. Demasiado complejo para resumirlo, bajo un disfraz de sencillez.
También la pequeña mitología recurrente: la canguro Rosalyn, el capitán Spiff, el A.S.C.O, el calvinbol, el transmografiador, Stupendo Man, el "incidente de los fideos"...
De niño la adoraba. De adulto la redescubres y, magia, no sólo no ha perdido su encanto sino que ha ganado niveles.

Bill Watterson se negó a crear merchandising, series animadas o en general a sacar a sus personajes fuera de la tira. Se peleó con mil editores y desde su retiro hace casi 20 años es prácticamente un ermitaño. En una reciente entrevista, una de las pocas que existen, sigue siendo un tipo realmente consciente y lúcido sobre su fama y su legado tebeístico
Un grande y un ídolo personal.
Para terminar: la última tira de Calvin y Hobbes. Falsa, claro. Apócrifa. Pero TE JODE LA VIDA:
