A mi me está dando una PEREZA tratar de reengancharme que ni te cuento. Pero por desarrollar un poco, la historia de fondo es lo mejor. Eso ya es bastante penoso cuando es algo que te regalan, pero bueno, ahí está.
Los actores, ni fu ni fa. Actúan y hacen lo que pueden. Pero el prota tiene el mismo carisma que una lata de berberechos, y eso te saca de la trama por que no empatizas con el para nada. Te importa un huevo lo que le pase. Mola mil veces más la IA del hotel, que este armario ropero sin expresión. Por momentos, me recordó a Christopher Lambert, que ya es triste. ¡Ah! Y química cero con la prota femenina. Vale, ya nos conocemos el truco del desprecio mutuo que se convierte en pasión con el desarrollo, no lo uses como si fuera una novedad mundial por que no nos interesa nada. Como si se la machacan con dos piedras, tu...
El desarrollo, lento, inconexo e incomprensible. Salta de un sitio a otro sin aportar nada. Solo te sorprende lo inconmensurablemente torpe que es la policía. Ah, no, que eso tampoco. Pues nada.
Y lo único que en principio me atraía sin más, per se, sin esperar gran cosa a cambio, que es la ambientación, es molona y técnicamente resultona, pero con menos imaginación que una tortilla de jamon york. Hombre, ya sabemos que bebes de Blade Runner. ¿Hace falta ser tan seguidista y poco imaginativo que pones hasta los putos paraguas todo el rato, por si no nos habíamos percatado y no nos había saltado el chip nostálgico? Eso de activarnos las neuronas de cuarentocincuentones nostálgicos lo hizo muy buen Stranger Things, pero cada vez cuela menos y exige más esfuerzo por tu parte, ¿eh?
En fin, que no. Que no sorprende nada, que aburre y no engancha. Una pena.