Nacho, que interesante lo que cuentas del Nostromo de Lean, no tenía ni idea... precisamente cuando mencioné lo de los 60 en el post inicial pensaba sobre todo en su cine, con esos espectaculos tan cuidados por un lado e intimistas por otro.
Pues yo prefiero "Bailando con Lobos" a "Uno de los Nuestros", que ni siquiera me parece la mejor del italoamericano. Una película como la de Costner no puede envejecer mal, porque no atiende a modas en ningún aspecto.
la escena de los bufalos es tremenda, ¿de dónde los sacaron si en libertad apenas hay? y el propio Costner rodando sin doble a sus lado, casi ná![]()
Uno de los nuestros no envejecerá nunca. Es un prodigio de narración, donde cada secuencia es un diálogo constante con el espectador, y a su vez, cada una con la siguiente. Y creo que pocas veces se habrá utilizado mejor una voz en off , es maravilloso ver cómo influye en lo narrado hasta el punto de hacer detener la imagen y al revés, de sobrepasar la velocidad a la que transcurre.
Uno de los nuestros no envejecerá nunca. Es un prodigio de narración, donde cada secuencia es un diálogo constante con el espectador, y a su vez, cada una con la siguiente. Y creo que pocas veces se habrá utilizado mejor una voz en off , es maravilloso ver cómo influye en lo narrado hasta el punto de hacer detener la imagen y al revés, de sobrepasar la velocidad a la que transcurre.
cada secuencia es un diálogo constante con el espectador
Prefiriendo como prefiero "Dances With Wolves", le reconozco a "Goodfellas" su rupturismo e inspiración narrativa, si bien a nivel formal/estético está muy lastrada por un incompetente at his best, que la deja anclada en una época muy determinada. La de Costner, en este aspecto, es atemporal: hoy podría rodarse exactamente de la misma manera, pero es que si se hubiera rodado 20 años antes, podría haber sido prácticamente igual (la foto un poco menos natural, pero poco más).
que raro que Harmo no compare las fotos de ambas un poco...
EDITO: tarde!
cada secuencia es un diálogo constante con el espectador
tio, deja la Cahiers... o las drogas.
Así, es grato volver a encontrarse con personajes de gran integridad moral y ética –casi desaparecidos del panorama cinematográfico actual– que llevan la defensa de su código de conducta, y de la justicia, hasta las últimas consecuencias (como sudede en los grandes clásicos del género