Tercera entrega de la mítica pareja donde, esta vez, asistimos a su ciclo de matrimonio con hijos en período de rutina conyugal.
Con una estructura fascinante, la película comienza con un pequeño corto de giro final apabullante, continúa con una primera mitad de película naturalista, casi Romehriana, donde simplemente vemos cómo es la vida de los personajes en la actualidad cuando están, muy importante, frente a otras personas. Asistimos también a una deliciosa comida colectiva donde se analizan todas las perspectivas de pareja, incluso de la vejez.
Y en la segunda mitad, llega lo esperado, perfectamente entregado en un do sostenido que nos habla del verdadero estado de la pareja. Una pirueta narrativa radical y con un final sólo comparable al de Antes del atardecer. Una extraña película de "viajes en el tiempo" que nos desgrana todo tanto de nuestra pareja como del estado actual de un matrimonio de estas características. Yo creo que jamás en mi vida me he sentido tan identificado, porque precisamente dejé a los niños por primera vez para ir al cine con mi mujer. Teníamos que ver esta obra en el cine porque las dos anteriores las vimos en el ciclo de enamoramiento. Y nos encontramos en la pantalla con nosotros mismos. No nos defraudó y, creedme, lo tenía muy complicado.
Planos secuencia, bella fotografía naturalista, interpretaciones sublimes, localización griega encantadora, diálogos absolutamente perfectos y un bocado de realidad que entrega otra obra maestra de Linklater, en las mismas coordenadas.
Imprescindible. Esperanzadora.