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Mateo Gil resucita a Butch Cassidy
El director español rueda en Bolivia un 'western' crepuscular con Sam Shepard y Eduardo Noriega
GREGORIO BELINCHÓN - Madrid - 07/04/2010
Y lo ha devuelto a la vida en Bolivia. Mateo Gil, el coguionista habitual de Alejandro Amenábar, dirige desde el pasado lunes 5 en ese país Blackthorn, la historia de los últimos días de Butch Cassidy, el ladrón de bancos que encarnó Paul Newman en Dos hombres y un destino.
En su western crepuscular, apoyado en leyendas de la época que aseguran que Cassidy no murió junto a Sundance en Bolivia en 1908, sino que escapó de la encerrona e incluso llegó a volver a EE UU, Mateo Gil muestra a un maduro James Blackthron, seudónimo bajo el que se camufla Cassidy -que a su vez era otro alias-, que vive emparejado con una indígena en los valles tropicales de Bolivia. Hasta que un día sus pasos se cruzan con otro jinete, más joven e inexperto. Es Eduardo Apodaca, un ingeniero español de minas reconvertido en ladrón. Por necesidades económicas, ambos acabarán juntos cometiendo atracos.
Sam Shepard encarna a Blackthorn, Eduardo Noriega, al ingeniero español, y entre el resto del reparto destacan Stephen Rea -interpreta a un viejo comisario- y Magaly Solier -como la indígena con la que comparte su vida Blackthorn-, además de diversos actores bolivianos. El rodaje, en inglés y de nueve semanas, se desarrolla en localidades bolivianas, y tiene como presupuesto 4,8 millones de euros. Gil y Noriega ya coincidieron como director y actor en Nadie conoce a nadie.
Con este rodaje, Gil deja temporalmente aparcado su ansiado proyecto, la adaptación de Pedro Páramo, en un año en que se ha llevado dos goyas: por el guión de Ágora y por el cortometraje Dime que yo.
El director español rueda en Bolivia un 'western' crepuscular con Sam Shepard y Eduardo Noriega
GREGORIO BELINCHÓN - Madrid - 07/04/2010
Y lo ha devuelto a la vida en Bolivia. Mateo Gil, el coguionista habitual de Alejandro Amenábar, dirige desde el pasado lunes 5 en ese país Blackthorn, la historia de los últimos días de Butch Cassidy, el ladrón de bancos que encarnó Paul Newman en Dos hombres y un destino.
En su western crepuscular, apoyado en leyendas de la época que aseguran que Cassidy no murió junto a Sundance en Bolivia en 1908, sino que escapó de la encerrona e incluso llegó a volver a EE UU, Mateo Gil muestra a un maduro James Blackthron, seudónimo bajo el que se camufla Cassidy -que a su vez era otro alias-, que vive emparejado con una indígena en los valles tropicales de Bolivia. Hasta que un día sus pasos se cruzan con otro jinete, más joven e inexperto. Es Eduardo Apodaca, un ingeniero español de minas reconvertido en ladrón. Por necesidades económicas, ambos acabarán juntos cometiendo atracos.
Sam Shepard encarna a Blackthorn, Eduardo Noriega, al ingeniero español, y entre el resto del reparto destacan Stephen Rea -interpreta a un viejo comisario- y Magaly Solier -como la indígena con la que comparte su vida Blackthorn-, además de diversos actores bolivianos. El rodaje, en inglés y de nueve semanas, se desarrolla en localidades bolivianas, y tiene como presupuesto 4,8 millones de euros. Gil y Noriega ya coincidieron como director y actor en Nadie conoce a nadie.
Con este rodaje, Gil deja temporalmente aparcado su ansiado proyecto, la adaptación de Pedro Páramo, en un año en que se ha llevado dos goyas: por el guión de Ágora y por el cortometraje Dime que yo.