Vista hoy, no me ha parecido ningún desastre, pero sí diría que es muy insípida. La historia francamente daba para más, pero Gil resulta incapaz de sacarle partido alguno a los personajes y las situaciones, ofreciendo una puesta en escena sin brío alguno. Además, el tramo final del final está fatalmente resuelto, tratando de hacer pasar lagunas por elipsis (la peli no dura ni hora cuarenta). Por tanto, lo que queda es una peli bastante arrítmica, en la que lo que más destaca es la belleza de las localizaciones y algunos momentos aislados de Sam Shepard, aunque en general éste interpreta a su personaje con bastante desgana, y cuando habla en español casi ni se le entiende.
Lo peor de todo son los flashback con Butch Cassidy y Sundance Kid de jóvenes, ya que entorpecen bastante la narración, y además, sufren de las inevitables comparaciones entre la mítica pareja Newman-Redford y el par de mamarrachos de saldo a los que han tenido que contratar Mateo Gil. Eduardo Noriega, para mi sorpresa, está aquí algo mejor de lo habitual en él, pero aún así sigue siendo un actor nefasto incapaz de aportar algo mínimamente aceptable al cine. Stephen Rea pasaba por ahí y poco más (por cierto, le vi en persona a la salida del cine, qué desgarbao es el jodío

).
Un saludete.