Centenario de Miguel Hernández

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Hoy, 30 de octubre de 2010, se cumplen 100 años del nacimiento de Miguel Hernández, lo que es un pretexto tan bueno como cualquier otro para recordar su enorme figura. Poesía social limpia y honrada, tal vez del único poeta de su generación que verdaderamente nació y trabajó en el campo, como reconociera después Juan Ramón Jiménez. Precisamente por eso sus versos, escritos desde la experiencia, rezuman tanta verdad y honradez. Admiro profundamente su talento innato, sus palabras sinceras e inmediatas, despojadas de retórica, que parecían manar directamente de su corazón a sus escritos. Lástima de su biografía. Terrible tiempo de España en el que le tocó vivir.

Carta de Miguel Hernández a Juan Ramón Jiménez dijo:
Orihuela, noviembre 1931

Venerado Poeta:

Sólo conozco a usted por su "Segunda Antología" que-créalo-ya he leido cincuenta veces aprendiéndome algunas de sus composiciones. ¿Sabe usted dónde he leido tantas veces su libro?. Dónde son mejores: en la soledad, a plena naturaleza, y en silenciosa, misteriosa, llorosa hora del crepúsculo, yendo por antiguos senderos empolvados y desiertos entre sollozos de esquilas.

No le extrañe lo que le digo, admirado maestro es que soy pastor, No mucho poético, como lo que usted canta, pero sí un poquito poeta. Soy pastor de cabras desde mi niñez. Y estoy contento con serlo, porque habiendo nacido en casa pobre, pudo mi padre darme otro oficio y me dió este que fue de dioses paganos y héroes bíblicos.

Como le he dicho, creo ser un poco poeta. En los prados por que yerro con el cabrío ostenta natura su mayor grado de belleza y pompa; muchas flores, muchos ruiseñores y verdores, mucho cielo y mucho azul, algunas majestuosas montañas tras las cuales rueda la gran era del Mediterráneo.

...Por fuerza he tenido que cantar. Inculto, tosco, sé que escribiendo poesia profano al divino arte...No tengo culpa de llevar en mi alma una chispa de la hoguera que arde en la suya...

Usted, tan refinado, tan exquisito, cuando lea esto ¿qué pensará?Mire: odio la pobreza en la que he nacido, yo no sé por muchas cosas...Particularmente por ser causa del estado inculto en que me hallo, que no deja expresarme bien ni claro, ni decir las muchas cosas que pienso. Si son molestas mis confesiones, perdóneme, y ...ya no sé como empezar de nuevo. Le decía antes que escribo poesías...Tengo un millar de versos compuestos, sin publicar. Algunos diarios de la provincia comenzaron a sacar en sus páginas mis primeros poemas, con elogios...Dejé de publicar en ellos. En provincia leen poco los versos y los que lo leen no los entienden.Y heme aquí con un millar de versos que no sé qué hacer con ellos. A veces me he dicho que quemarlos tal vez fuera lo mejor.Soñador, como tantos, quiero ir a madrid. Abandonaré las cabras-¡ oh, esa esquila en la tarde!- y con el escaso cobre que puedan darme tomaré el trende aquí a una quincena de días para la corte.

¿Podría usted, dulcísimo Juan Ramón, recibirme en su casa y leer lo que le lleve? ¿Podrá enviarme unas letras diciéndome lo que crea mejor?

Hágalo por este pastor un poquito poeta, que se lo agradecerá eternamente.

Miguel Hernández

Arriba 73. Orihuela.

Fuente
 
Respuesta: Centenario de Miguel Hernández

El niño yuntero

Carne de yugo, ha nacido
más humillado que bello,
con el cuello perseguido
por el yugo para el cuello.

Nace, como la herramienta,
a los golpes destinado,
de una tierra descontenta
y un insatifecho arado.

Entre estiércol puro y vivo
de vacas, trae a la vida
un alma color de olivo
vieja ya y encallecida.

Empieza a vivir, y empieza
a morir de punta a punta
levantando la corteza
de su madre con la yunta.

Empieza a sentir, y siente
la vida como una guerra,
y a dar fatigosamente
en los huesos de la tierra.

Contar sus años no sabe,
y ya sabe que el sudor
es una corona grave
de sal para el labrador.

Trabaja, y mientras trabaja
masculinamente serio,
se unge de lluvia y se alhaja
de carne de cementerio.

A fuerza de golpes, fuerte,
y a fuerza de sol, bruñido,
con una ambición de muerte
despedaza un pan reñido.

Cada nuevo día es
más raíz, menos criatura,
que escucha bajo sus pies
la voz de la sepurtura.

Y como raíz se hunde
en la tierra lentamente
para que la tierra inunde
de paz y panes su frente.

Me duele este niño hambriento
como una grandiosa espina,
y su vivir ceniciento
resuelve mi alma de encina.

Le veo arar los rastrojos,
y devorar un mendrugo,
u declarar con los ojos
que por qué es carne de yugo.

Me da su arado en el pecho,
y su vida en la garganta,
y sufro viendo el barbecho
tan grande bajo su planta.

¿Quién salvará a este chiquillo
menor que un grano de avena?
¿De dónde saldrá el martillo
verdugo de esta cadena?

Que salga del corazón
de los hombres jornaleros,
que antes de ser hombres son
y han sido niños yunteros.

Miguel Hernández
 
Respuesta: Centenario de Miguel Hernández



Hoy, 30 de octubre de 2010, se cumplen 100 años del nacimiento de Miguel Hernández, lo que es un pretexto tan bueno como cualquier otro para recordar su enorme figura.

:lee

:cuniao

A ver si se anima alguien más y celebramos este "cualquier otro pretexto" en condiciones... ;)
 
Respuesta: Centenario de Miguel Hernández

YouTube - JOAN MANUEL SERRAT - Para la libertad (completo)

EL HERIDO

Para el muro de un hospital de sangre.

I


Por los campos luchados se extienden los heridos.
Y de aquella extensión de cuerpos luchadores
salta un trigal de chorros calientes, extendidos
en roncos surtidores.

La sangre llueve siempre boca arriba, hacia el cielo.
Y las heridas suenan, igual que caracolas,
cuando hay en las heridas celeridad de vuelo,
esencia de las olas.

La sangre huele a mar, sabe a mar y a bodega.
La bodega del mar, del vino bravo, estalla
allí donde el herido palpitante se anega,
y florece, y se halla.

Herido estoy, miradme: necesito más vidas.
La que contengo es poca para el gran cometido
de sangre que quisiera perder por las heridas.
Decid quién no fue herido.

Mi vida es una herida de juventud dichosa.
¡Ay de quien no esté herido, de quien jamás se siente
herido por la vida, ni en la vida reposa
herido alegremente!

Si hasta a los hospitales se va con alegría,
se convierten en huertos de heridas entreabiertas,
de adelfos florecidos ante la cirugía.
de ensangrentadas puertas.

II

Para la libertad sangro, lucho, pervivo.
Para la libertad, mis ojos y mis manos,
como un árbol carnal, generoso y cautivo,
doy a los cirujanos.

Para la libertad siento más corazones
que arenas en mi pecho: dan espumas mis venas,
y entro en los hospitales, y entro en los algodones
como en las azucenas.

Para la libertad me desprendo a balazos
de los que han revolcado su estatua por el lodo.
Y me desprendo a golpes de mis pies, de mis brazos,
de mi casa, de todo.

Porque donde unas cuencas vacías amanezcan,
ella pondrá dos piedras de futura mirada
y hará que nuevos brazos y nuevas piernas crezcan
en la carne talada.

Retoñarán aladas de savia sin otoño
reliquias de mi cuerpo que pierdo en cada herida.
Porque soy como el árbol talado, que retoño:
porque aún tengo la vida.
 
Respuesta: Centenario de Miguel Hernández

¿Cómo has conseguido que un Serrat te lo acepte el foro? A mi de diez que he intentado, no me salían... :mparto
 
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