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Raúl: ¿No echas un poco de menos clasicazos como La bella durmiente? Porque cosas como Bichos están a muchos años luz, ¿no?
Jorge: Yo creo que no se deben comparar. Para empezar, entre La bella durmiente (1959) y Bichos (1998) hay nada menos que 40 años de diferencia. Lógicamente el cine (de animación) ha evolucionado mucho en medio siglo de historia. Es como si me dijeras que cualquier clásico del cine (por el sólo hecho de ser un clásico) es mucho mejor que lo que se hace ahora. Pues lamento opinar que no es así. Hay clásicos muy buenos… pero también hay clásicos bastante-bastante flojitos que han pasado a la historia del cine a fuerza de ser nombrados una y otra vez en libros y enciclopedias. Y hay películas realizadas durante los últimos años que con el tiempo se convertirán en grandes clásicos. Es decir: ¿La bella durmiente es mejor película que Bichos? Pues… las dos son muy buenas, cada una en su tiempo.
Raúl: ¿Y qué opinas de los cortos, día a día de esta santa casa? Nosotros creemos que muchas veces son mejor que las películas que vienen después...
Jorge: En ocasiones sí. Pixar, siguiendo el ejemplo de la Disney en su día, ha realizado algunos cortos realmente buenos. Mis preferidos, sin duda, son Pajaritos (2000), El hombre orquesta (2005), Abducido (2007), Presto (2008) y La Luna (2012). Pero también tiene otros que… mejor olvidarlos, como Saltando (2003) o Parcialmente nublado (2009).
Raúl: ¿Qué películas crees que merecen más la pena de Pixar?
Jorge: Las tres partes de Toy Story (por supuesto), Monstruos, S.A., Buscando a Nemo, Los Increíbles, Ratatouille, Wall-E y Up. Es decir, todas menos las dos de Cars y esa cosa a lo Princesas Disney llamada Brave.
Raúl: ¿Qué piensas del nuevo sistema de animación usado por Spielberg o Zemeckis? ¿Crees que la Pixar se rendirá a él o seguirá por su vía?
Jorge: Bueno, son técnicas de animación completamente distintas. El sistema performer capture con el que Zemeckis rodó su trilogía digital poco o nada tiene que ver con la animación digital que se utiliza en Pixar. Pixar no utiliza actores reales para reproducir luego en el ordenador todos y cada uno de sus movimientos… ellos los crean como siempre se ha hecho en animación. Hay un sutil pero enorme diferencia. Una cosa es COPIAR y otra CREAR.
La historia detrás del físico de La Bella Durmiente es bastante curiosa.
Resulta que los personajes de la peli ya estaban diseñados con el característico estilo "redondeado" de Disney, como era costumbre, y contrataron a Eyvind Earle para que diseñara los fondos de inspiración entre lo gótico y lo renacentista. Así hizo esos diseños tan angulares, geométricos, estilizados y rompedores para una producción Disney.
Gustaron tanto que obligaron a los dibujantes de los personajes a cambiar sus diseños para que conjuntaran mejor con los fondos. Con el consiguiente cabreo de las "estrellonas", ya que los artistas de fondos eran "de segunda categoría".
Entonces es cuando se fijaron en Audrey, como máxima representante de la belleza estilizada, delgada y angular, alejada de las "redondeces" de Marilyn.
The two animators figured they'd take a new approach to Belle and try to make her more “European” looking. In order to find what that entailed they turned to European models and actresses like Vivien Leigh and Audrey Hepburn. Audrey Hepburn was also used for Aurora but her rounded features were lost to the angular style of the film but now ideal for Belle
Yellow, however, is the color of happiness and joy which brings us to her iconic gown. This dress has been seen before. It was directly inspired by the royal gown worn by Audrey Hepburn in Roman Holiday. While the film was shot in black and white, publicity and editorial shots reveal that Miss Hepburn's dress was a golden yellow. Belle's gown was given the rippled skirt since the original design was deamed 'too plain'.