¡Un año ha pasado desde que abrí este post! Un año desde que me decidí a emprender uno de esos proyectos que vagamente siempre tuve en mente. Entonces no sabía nada, absolutamente nada, sobre este mundo. ¡Cuantas ideas preconcebidas y tontas tenía!
Desde entonces he fotografiado y revelado como unos 40-50 negativos (de 36 exposiciones) en blanco y negro, y quizá unos diez en color (que me gusta más para fotografiar cosillas con colorido, pero es menos gratificante al tener que mandarlo a la casa de revelado). Los primeros dos negativos que revelé salieron totalmente velados (la novatada

) al guardarlos en su correspondiente espiral en una habitación con un poco demasiada luz.
Desde entonces he aprendido mucho, y... ¡que pasada! Gasto las horas en el pequeño laboratorio casero, a lo loco. Suelo meterme a revelar los domingos después de comer y hasta la noche, se me pasan las horas sin percatarme de ello. Al principio los resultados fotográficos eran nulos; casi desde el principio las fotos me salían, pero mal (demasiada luz del diafragma de la ampliadora, exposiciones incorrectas) y sucias (no limpiaba los negativos ni el portanegativos antes de empezar) cosas que he ido paliando. He aprendido la importancia de lavar inmediatamente todo el equipo cuando terminas. La necesidad de hacer hojas de contacto, tiras de prueba, reservas... he tenido la GRAN suerte de encontrar a un hombre (uno de los mejores fotógrafos de este país aunque, como suele suceder con los mejores humildes, no es conocido fuera de su entorno) que me ha estado enseñando desinteresadamente los "trucos del oficio". Sin sus consejos creo que habría tardado otro año más en llegar, de forma autodidacta, hasta donde estoy ahora.
Mi Olympus OM 10 (la que puse a principios de este post) está ahora en un armario. Aunque le tengo mucho cariño por ser mi primera cámara, hay varias cosas que no me gustaron de ella; ya el solo hecho de ser electrónica me repele, porque con el tiempo me he ido dando cuenta de que prefiero cámaras totalmente mecánicas (salvo el fotómetro de turno). Por otro lado, la óptica de la Olympus debía tener algún fallo, ya que las fotos me salían continuamente desenfocadas pese a un enfoque cada vez más cuidadoso, cosa que desapareció por completo en el momento en que me compré la actual cámara, una (brutal) Nikon F2 Photomic.
Poco puedo decir ya, salvo que esto es una afición increíble que ha logrado desplazar y quitar tiempo a otras (cine, comics) consume tiempo, pero también te da disciplina, y una enorme satisfacción. Me vuelvo loco probando distintos reveladores, papeles (RC, baritado, multigrado) leyendo sobre composiciones entre varias fotografías, dobles exposiciones, procesos raros que espero poder probar en un futuro... una locura. Ahora estoy probando el primer carrete de película diapositiva (en color) y si me gusta igual hasta adquiero algún proyector baratillo.
Una locura, que recomiendo al mundo entero
