Respuesta: El Post de la Oposición del PP
Vamos a ver. Lo explico otra vez. El barco peta. Y nadie sabe a estas alturas muy bien por qué. Pero el caso es que se avería gravemente. En ese momento, lo que
el capitán tenía que haber hecho, según todos los protocolos de seguridad, era pedir ayuda y evaluar los daños. Pero lo que hace es parar las máquinas (extrañísimo), abarloar y dejar que, consecuentemente, el barco se inunde por un boquete que no debería haber supuesto mucho problema en navegación (en la sentencia hay un informe del Colegio de Ingenieros Navales acreditándolo).
A partir de ese momento, la situación es tan, tan, tan extraña, y las decisiones que se toman, tan absurdas, que al final, el famoso proceso contra el PP no ha podido más que dirigirse contra el responsable REAL de lo que pasó: Mangouras, el capitán, y sus jefes.
Ya en el colmo de la absurdez, y viendo que el barco se le escora (lógicamente) hacia el lado inundado, y a pesar de que
no había riesgo de ir a mayores, este hombre decide inundar los compartimentos opuestos. Esto pone al barco con una carga real muy superior a la máxima, semihundiéndolo, y haciendo poco factible su remolcaje. El boquetito se hace boquetón, por que el monstruo no puede moverse y la avería... está de cara al temporal, que arrecia.
A partir de ese momento, intervienen las autoridades. Aunque está pendiente de sentencia, parece bastante acreditado que ellos mismos averían las máquinas para evitar tener que obedecer las órdenes que se les dan: dirigirse a mar abierto. La causa: no pagar el rescate. Y que apechuguemos los españolitos. Y para hacer la tarea más complicada, el capitán lanza un SOS de rescate de tripulación, que Salvamento Marítimo está obligado a efectuar.
Tenemos un barco semihundido, con los motores averiados, y un enorme boquete contra el que rompe el mar con fiereza.
Y esa es la situación que se encuentra el Gobierno. Lo acontecido antes, queda fuera de su alcance y responsabilidad. Ante la duda sobre qué hacer, hacen lo más lógico: ponerse en manos del Director General de la Marina Mercante, señor Sorts. Es él el que toma las decisiones a partir de ese momento. También ha quedado acreditado.
Pide consejo, y dado el estado del barco, los ingenieros afirman que llevarlo a puerto, y dada la complicadísima orografía de la costa, sería una temeridad. El temporal arrecia, el barco es ingobernable, y la avería amenaza con dejar escapar miles de toneladas de petróleo en cualquier momento.
Pero estamos hablando de cuestiones técnicas. ¿Y las consideraciones medioambientales? Tampoco eran favorables a otra cosa que no fuese la que se decidió. Por dos motivos:
1) Los técnicos creían que, en el peor de los escenarios, el Prestige simplemente se hundiría. Si lo hacía en mar abierto, a la profundidad estimada a la que quería llevarse el barco, el petróleo almacenado se solidificaría y el problema sería de manchas en mar abierto, perfectamente tratables.
2) Una catástrofe con origen en la costa, según todas las experiencias, es tremendamente peor que otra mar adentro. En esta segunda, hay que luchar contra "oleadas" de manchas superficiales. Es factible, y de hecho se hizo, gracias a los voluntarios. Hubo grandes daños, pero nada irreparable. En cambio, un vertido más localizado, de un espesor considerable, hubiera arrasado toda vida, y la posibilidad futura de ella, en la zona que hubiese ocurrido el accidente. ¿Os imagináis que el barco se hunde en la Ría de Vigo?

Además, cada cambio de viento, cada corriente marítima, hubiera esparcido igual el chapapote a lo largo de la costa en dirección imprevisible.
Así que (con buen criterio), se decide llevar el barco mar adentro. Por que se confía en que no se parta, por que todos contaban con la colaboración del capitán, y por que a pesar de no contar con demasiados remolcadores, Smit Salvage ya estaba llevando para allá un pedazo de monstruo perfectamente capaz de remolcar al Prestige de popa. Que es la forma de evitar que la avería vaya a mayores.
Pero... el capitán se niega a colaborar. Hasta el punto de que hay que amenazarlo con buques de guerra. Para cuando la coacción da sus frutos, las máquinas ya están destrozadas y hemos perdido varias horas cruciales. Además, se niega a que el remolcador de Smit Salvage los rescate para no pagar los 500 millones que les piden (puede parecer una burrada, pero es baratísimo). Incluso desde el gobierno se inician gestiones a toda prisa para que el Estado (manda narices) pague esa suma. Se contacta con Lloyds para estudiar si el seguro del barco cubriría eso. Se hace lo imposible. Pero el armador y capitán se niegan en redondo. Quieren que los lleven a costa para no tener que pagar. Smit se larga. Se consulta la opción de si sería mejor llevarlo a costa y los expertos coinciden: ni locos. Es ingobernable. Y se intenta a la desesperada llevar al Prestige mar adentro. Pero los remolcadores se averían. Además, son pequeños y solo pueden remolcarlo de proa, la peor posición posible. El barco vuelve a ponerse frente al temporal. Y de pronto, sin que nadie lo esperase... se parte en dos. Pese a que los informes del capitán decían que la avería "no era grave", y que el barco cumplía la normativa de seguridad (obviamente no).
En toda esta historia, el PP actuó como debía de actuar. Le fallaron las formas, le falló quizás el exceso de confianza, le falló la previsión al no tener medios de rescate suficientes... pero no falló en la gestión del desastre como el PSOE se empeñó en hacernos ver. No se equivocó llevando el barco mar adentro. Y se dejó aconsejar por los más capacitados para ello. Pero en maquiavelismo político, el PSOE les dio sopas con honda, y no supieron defenderse. Nada más.
Manu1oo1