Rafalet
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Hoy estoy teniendo un día terrible, y por mucho que ya no esté tan activo como antes en el foro, siento la necesidad de escribir este post, aunque luego lo relea y no tenga ningún tipo de sentido. Porque en el fondo con muchos de los que seguís aquí me he criado, literalmente. Yo me registré y empecé a escribir en Mundodvd con 15 años, si mal no recuerdo. Y hasta ahora, aquí y en otros sitios como las redes sociales, con más de 26. Sois parte de mí.
El caso es que nada funciona como debería desde hace años. Y creo de verdad que, desde hace unos meses, estoy llegando a mi límite.
Desde hacía poco más de una década que mis padres tenían un bar, y estaban de alquiler a un precio alucinantemente prohibitivo visto a día de hoy. Pero entonces eran otros tiempos, y claro... Este bar empezó a ser deficitario hará más unos cuatro años, cuando comenzó realmente la crisis y el desgraciado de Zapatero no quiso reconocerlo. La clientela empezó descender, y en cuestión de poco más de otro año el desplome en los ingresos legaría al 70%, sin exagerar. Mis padres siempre han sido gente humilde y trabajadora y pusieron todos sus ahorros en ese bar, incluso tuvieron que pedir un préstamo al banco para poder pagar el traspaso y poder empezar inmediatamente con todo lo que ya había en el interior. En fin, que vista la situación hace pocos años, fuimos nosotros entonces cuando pusimos el cartel de traspaso.
Hemos sobrevivido hasta hace dos meses, cuando por fin lo pudimos traspasar por menos del 80% del dinero que pedíamos en 2008/2009. Una miseria que fliparíais, y a los primeros chinos que picaron de verdad (de no sé cuántos ya, he perdido la cuenta; los españoles interesados podría contarlos con los dedos de las manos y me sobrarían). Con esa miseria hemos tapado algunos agujeros y hemos empezado a montar otro negocio en pleno paseo comercial de Gavà, muy bien situado la verdad. Pero al ser una miseria, ha acabado volando en un suspiro. Y los chinos todavía nos deben unos dos mil euros del traspaso, hasta que se cambiase el nombre de los recibos de la luz del bar.
Pero van dando largas, y van pidiendo cosas. Y mis pobres padres, que no sé muy bien dónde tenían la cabeza (en la jubilación, supongo; y en el cansancio físico y mental que supone sacar adelante un bar muerto y una familia de cinco integrantes, por supuesto), acabaron pasando por el aro y el dinero del traspaso se acabó dando en negro, sin firmar ningún tipo de papel (lo cual yo no tenía ni idea hasta esta mañana). Se lo hemos explicado a la policía y nos lo han pintado tan mal que hoy nos hemos hundido todos, porque para más inri también nos han cortado la luz de casa por unos recibos impagados de enero de 2012 cuyas facturas, por lo visto, se enviaron a otra dirección.
Ahora mismo vivimos en la incertidumbre y con menos de 300 euros en el banco. Tener que pagar más de 600 euros de golpe esta mañana ha acabado de rematar la economía familiar. Suerte de mi hermana mayor, que nos ayuda con lo que puede de su sueldo, pese a que se acaba de emancipar. La pensión de mi padre, ya jubilado, apenas ayuda. Y yo, como otros millones de jóvenes en este país, sigo desempleado. Mi esperanza está en la tienda que iba a abrir con mi madre. Falta pagar los permisos al ayuntamiento (que no sé cómo lo haremos) y esperar a que llegue la mercancía que queda. Y abriremos a toda prisa, porque necesitamos ingresos inmediatamente.
Pero ahora mismo la verdad es que haría una tontería muy grande. Ya es mucho tiempo aguantando una situación penosa, tratando de ser el hombre tranquilo, paciente y optimista de la casa, y salir de un bache para meternos en un charco de fango me ha rematado. Tengo 26 años y todavía no cuento con vida propia y ni siquiera veo un futuro claro a medio plazo. Tampoco recibo el apoyo emocional que necesito (porque si ya hay mala suerte en el dinero, lo que es el amor...), y se hace muy difícil tirar cuesta arriba. Si tuviera dinero para irme de este país, me iría. Si lo tuviera para dárselo a mis padres, se lo daría. Todo se ha hecho mal, a la desesperada, y ahora recibimos la enésima ración de palos. Todo acaba saliendo mal, en definitiva. Miro abajo y no veo red de seguridad. Solo infelicidad y ansiedad. Y estoy muy, muy cansado.
Hoy mi madre se ha puesto a llorar mientras comíamos. "Estar toda una vida trabajando como animales, para acabar así." Y todavía sin saber cómo y cuándo puede acabar todo.
Me he querido morir.
El caso es que nada funciona como debería desde hace años. Y creo de verdad que, desde hace unos meses, estoy llegando a mi límite.
Desde hacía poco más de una década que mis padres tenían un bar, y estaban de alquiler a un precio alucinantemente prohibitivo visto a día de hoy. Pero entonces eran otros tiempos, y claro... Este bar empezó a ser deficitario hará más unos cuatro años, cuando comenzó realmente la crisis y el desgraciado de Zapatero no quiso reconocerlo. La clientela empezó descender, y en cuestión de poco más de otro año el desplome en los ingresos legaría al 70%, sin exagerar. Mis padres siempre han sido gente humilde y trabajadora y pusieron todos sus ahorros en ese bar, incluso tuvieron que pedir un préstamo al banco para poder pagar el traspaso y poder empezar inmediatamente con todo lo que ya había en el interior. En fin, que vista la situación hace pocos años, fuimos nosotros entonces cuando pusimos el cartel de traspaso.
Hemos sobrevivido hasta hace dos meses, cuando por fin lo pudimos traspasar por menos del 80% del dinero que pedíamos en 2008/2009. Una miseria que fliparíais, y a los primeros chinos que picaron de verdad (de no sé cuántos ya, he perdido la cuenta; los españoles interesados podría contarlos con los dedos de las manos y me sobrarían). Con esa miseria hemos tapado algunos agujeros y hemos empezado a montar otro negocio en pleno paseo comercial de Gavà, muy bien situado la verdad. Pero al ser una miseria, ha acabado volando en un suspiro. Y los chinos todavía nos deben unos dos mil euros del traspaso, hasta que se cambiase el nombre de los recibos de la luz del bar.
Pero van dando largas, y van pidiendo cosas. Y mis pobres padres, que no sé muy bien dónde tenían la cabeza (en la jubilación, supongo; y en el cansancio físico y mental que supone sacar adelante un bar muerto y una familia de cinco integrantes, por supuesto), acabaron pasando por el aro y el dinero del traspaso se acabó dando en negro, sin firmar ningún tipo de papel (lo cual yo no tenía ni idea hasta esta mañana). Se lo hemos explicado a la policía y nos lo han pintado tan mal que hoy nos hemos hundido todos, porque para más inri también nos han cortado la luz de casa por unos recibos impagados de enero de 2012 cuyas facturas, por lo visto, se enviaron a otra dirección.
Ahora mismo vivimos en la incertidumbre y con menos de 300 euros en el banco. Tener que pagar más de 600 euros de golpe esta mañana ha acabado de rematar la economía familiar. Suerte de mi hermana mayor, que nos ayuda con lo que puede de su sueldo, pese a que se acaba de emancipar. La pensión de mi padre, ya jubilado, apenas ayuda. Y yo, como otros millones de jóvenes en este país, sigo desempleado. Mi esperanza está en la tienda que iba a abrir con mi madre. Falta pagar los permisos al ayuntamiento (que no sé cómo lo haremos) y esperar a que llegue la mercancía que queda. Y abriremos a toda prisa, porque necesitamos ingresos inmediatamente.
Pero ahora mismo la verdad es que haría una tontería muy grande. Ya es mucho tiempo aguantando una situación penosa, tratando de ser el hombre tranquilo, paciente y optimista de la casa, y salir de un bache para meternos en un charco de fango me ha rematado. Tengo 26 años y todavía no cuento con vida propia y ni siquiera veo un futuro claro a medio plazo. Tampoco recibo el apoyo emocional que necesito (porque si ya hay mala suerte en el dinero, lo que es el amor...), y se hace muy difícil tirar cuesta arriba. Si tuviera dinero para irme de este país, me iría. Si lo tuviera para dárselo a mis padres, se lo daría. Todo se ha hecho mal, a la desesperada, y ahora recibimos la enésima ración de palos. Todo acaba saliendo mal, en definitiva. Miro abajo y no veo red de seguridad. Solo infelicidad y ansiedad. Y estoy muy, muy cansado.
Hoy mi madre se ha puesto a llorar mientras comíamos. "Estar toda una vida trabajando como animales, para acabar así." Y todavía sin saber cómo y cuándo puede acabar todo.
Me he querido morir.