Ya la he visto. Sala 7 de Kinépolis Pozuelo (Madrid), proyección digital a 2K.
Primero, sobre la película: me ha parecido que está entretenida, pero es muy mala. El guión (por decir algo) es planísimo, no hay historia, no hay situaciones dramáticas que aporten chicha a la función, el desarrollo de personajes es inexistente y es solo una mera excusa para que Spielberg ruede una persecución de dos horas. No sé cómo sería el guión de Frank Darabont, o el de Shyamalan, o cualquier otro de los rechazados, pero peor que el de Koepp, dificil. El judío, por su parte, rueda con el piloto automático, sin aportar un ápice de su clase y talento para la puesta en escena. Si me dicen que el director es Stephen Sommers ("La Momia") o Jon Turteltaub ("La Búsqueda") me lo hubiera creido. Y de los actores salvo a Ford, que está sorprendentemente bien en lo suyo, sin que la edad y los achaques mermen su carisma. Pero lo demás es ridículo, desde un John Hurt poseído cual Gollum hasta una Karen Allen que no pinta nada en la historia. John Williams y Michael Kahn, pues como Spielberg, bien felices con sus cheques.
La foto de Kaminski es un verdadero DESASTRE. Pero ojo, yo no le echo la culpa al polaco, sino a quien le ha contratado para hacer un trabajo que era bien sabido que no podría hacer bien. Hace mucho tiempo que Spielberg debería de haber prescindido de él, pero si después de esto no lo hace, es posible que nunca lo haga. Kaminski se ha pensado que el estilo de Douglas Slocombe en las tres primeras entregas se limitaba a utilizar un fuerte contraluz y luces de contorno sobre los personajes y después ha hecho lo que le daba la gana. La captura retocada de Deimos es tan reveladora que da lástima.
Son tantas cosas que no sé ni por dónde comenzar, así que iré a lo peor: la inconsistencia de las imágenes. Slocombe rodó las tres películas sin ningún tipo de difusión, excepto la última secuencia de la tercera película -en la que empleó una media detrás del objetivo- y puede que algún momento muy aislado de las otras, como el club Obi-Wan de "El Templo Maldito". Kaminski no. Ha empleado medias detrás de los objetivos en unas escenas sí, en otras escenas no, en unos planos de una escena sí, en otros de la misma escena no, en los primeros planos de Ford sí, en los contraplanos de quien sea no, etc. En la escena en que los rusos atan a Indy en la tienda de campaña, los destellos sobre las fuentes de luz van y vienen en función del plano, porque Kaminski pone la media y luego la quita. Y así, en multitud de momentos. Cuando sí la utiliza, crea tales sobreexposiciones y halos en torno a las fuentes de luz que el color se desvanece, el contraste se reduce al instante y, unido a la pérdida de detalle que produce la media, toda la imagen queda borrosa y muy poco nítida. Basta comparar la secuencia en que Indy da clase en versión Kaminski, a la secuencia en que Indy da clase en "En Busca del Arca Perdida".
Las malditas sobreexposiciones con filtros difusores del polaco también se cargan la reproducción de los cielos. Comprobad que en "En Busca del Arca Perdida", durante las escenas en Túnez con los canastos, el cielo siempre es de un azul espléndido y muy saturado. Slocombe exponía para una perfecta reproducción de los fondos y entonces usaba luces sobre los actores para compensar, de forma que tanto unos como otros quedaban perfectos (buen ejemplo también es la secuencia que abre dicho film, en la que Slocombe evita sobreexponer la jungla y utiliza luces dirigidas sobre los actores, que de otra forma estarían en penumbra). Kaminski no, claro. Aunque ha usado mucha luz sobre los actores en exteriores (casi siempre, contra, lateral y rebotada en los rostros), expone para los actores, que siempre están más oscuros que el cielo. La consecuencia, el cielo queda blanco y quemado, sin detalle. El plano de la ciudad de Perú que termina en una contrapicado de Ray Winstone siguiendo a Indy es pésimo en este aspecto. Y como Kaminski tiene una media detrás del objetivo, a veces crea halos en torno a los personajes que hacen que el cielo parezca una pantalla de croma. Y cuando hay cromas, o efectos, mejor no hablar. ¿Es esto todo lo que da de sí la tecnología de efectos del año 2008? En fin.
Aunque las luces empleadas son más duras y directas que las habituales en el polaco, continúan siendo más suaves que las de Slocombe. Sin embargo, Kaminski no obtiene los fuertes contrastes del operador británico (las otras películas prácticamente pueden verse en blanco y negro y se mantiene la separación entre personajes y fondos) y con tantas luces de contorno sobreexpuestas únicamente consigue que la película tenga un aspecto falso, acartonado y, en definitiva, sobreiluminado. A pesar de ello, la profundidad de campo es menor que en las anteriores películas: es la prueba definitiva de que todo el exceso de luz ha ido a parar a las sobreexposiciones, en lugar de a cerrar el diafragma y enfocar fondos y primer plano simultáneamente. El trabajo de cámara y de composición de planos tampoco está a la altura: cuando aparecen más de tres o cuatro rusos en pantalla, todos aparecen apelotonados y sin ningún orden ni concierto, fruto posiblemente de un rodaje rápido que ha evitado complicaciones.
En definitiva, me ha parecido una imitación patética por parte de un señor que no estaba capacitado para el trabajo. Si Spielberg quería recrear los años 50 con difusión, debería de haber llamado a Robert Richardson, que al menos sabe utilizarla con consistencia (si me pongo a ver ahora a Geoffrey Unsworth en "Superman", p.e., lloro seguro). Pero si quería recrear el
look Slocombe, ahí tenía a Stephen H. Burum ("Misión Imposible"), a su viejo colaborador Vilmos Zsigmond ("Los Demonios de la Noche") o hasta Phil Méheux, que sin quererlo se acercó bastante más a Slocombe en "Casino Royale". Lo único que ha conseguido es que el polaco haya alternado planos nítidos, con otros tipo "Munich" y muchos que parecen sacados de "1941" (esa pelea en el bar años 50...), aunque en aquélla William Fraker sabía lo que hacía y la película tiene un aspecto fabuloso y CONSISTENTE, palabra que es posible que no exista en el vocabulario de Janusz Kaminski.
Lo digo desde ya: "Indiana Jones y el Templo de la Calavera de Cristal" tiene una de las peores fotografías que he visto en cine de alto presupuesto en muchos años. Incluso más que el inefable Ballhaus, me viene más a la memoria otro estropicio colosal como "Die Another Day", de la serie Bond. ¿Y es coincidencia que el DP de aquélla fuera David Tattersall, el de la nueva trilogía de "Star Wars" y favorito de George Lucas?
P.D. ¿Por qué en la primera secuencia, cuando Indy es capturado por los rusos, en un tiro de cámara es de día y en otro es prácticamente de noche?
