JDUG dijo:
Ya estoy aquí otra vez. Recapitulemos:
- He meditado sobre los comentarios de William A. Fraker y no pienso que la fotografía de “Vicky Cristina Barcelona” se limite a la corrección por ir en contra de su teoría. ¿Ha vivido Aguirresarobe en la Ciudad Condal? Porque de no ser así, tan exótica podría llegar a ser su visión como la de un operador norteamericano. Y aunque así fuera, no sería difícil imaginarse a todos los turistas marcando España en el mapa como próximo destino vacacional. Más idealización y exotismo imposible. Así que, ¿dónde está el problema? Bueno, además de esos desenfoques (cómo no reírse de los comentarios de Allen, por Dios...
), ni las composiciones son buenas (más bien parecen improvisadas el día del rodaje) ni está la fotografía al servicio de la narrativa, de hecho, los planos de las distintas escenas son intercambiables por estar iluminados en igualdad de condiciones.
Se me ha ocurrido otro ejemplo cojonudo de un director de fotografía que tiene un estilo muy definido, muy propio del lugar en el que trabaja habitualmente (UK, aunque es neozelandés) y que ha llevado a proyectos super diversos rodados en otras partes del mundo. Hablo de Michael Seresin y "El Expreso de Medianoche" y especialmente "El Corazón del Ángel". Sobre todo esta última no parece, ni mucho menos, la típica película rodada en el sur de los Estados Unidos, sino que tiene un aire totalmente europeo, con su luz del norte, cielos blancos sobreexpuestos, tonos grises, etc, etc. Incluso "Mercury Rising" tiene una concepción naturalista totalmente europea que la aleja de la estética EEUU.
En concreto, no me importa demasiado que Aguirresarobe conozca a la perfección o que viva o haya vivido en Barcelona, pero sí es evidente que participa de la cultura mediterránea y eso es lo que importa. Cuando Bill Fraker hablaba de contratar a un operador que no fuera de Hollywood hablaba en sentido amplio (o así lo creo yo), es decir, buscaba a alguien que aún trabajando en Hollywood tuviera unas raíces y una formación diferentes, como Laszlo Kovacs.
[/*:m:1khn4szg][*]Y ahora que hablo de Aguirresarobe, me apetece comentar que leí “La Carretera” (“The Road”) de Cormac McCarthy y veo que, de ser la adaptación mínimamente fiel a la novela en lo que a estética se refiere, nuestro operador y el equipo de dirección de arte se van a enfrentar a verdaderos problemas a la hora de recrear el mundo apocalíptico o al abordar las numerosas escenas nocturnas sin iluminación artificial en las que el paisaje, como ya ocurría en “No es país para viejos”, es un protagonista más de la historia.
A priori no me cuadra mucho en este proyecto (por lo poco que sé), pero veremos a ver qué sale.
[list:1khn4szg][*]También he leído “Ensayo sobre la Ceguera” de José Saramago, que será otro gran desafío para Meirelles y su equipo, pero que tiene como punto de partida una obra literaria sin fisuras, a la altura de la de McCarthy (y de adaptación más “sencilla”). Por lo que comenta César Charlone en el American Cinematographer de Septiembre, la combinación de múltiples formatos (super16, super35, MiniDV y Genesis), unificados bajo su concepto para representar el mar lechoso con el que el escritor describe frecuentemente la ceguera de los protagonistas, podría dar lugar a algo interesante. Recordemos que, al fin y al cabo, Charlone es el responsable de la fotografía de “Ciudad de Dios”, ni más ni menos.
Añade que las tomas iniciales de Sao Paulo están rodadas en 35mm 8-perf, es decir, en VistaVision. Charlone probó a rodarlas con la Thomson Viper Filmstream y se dió cuenta de que el antiguo formato de la Paramount le proporcionaba mucha más resolución.
Yo no ví "Ciudad de Dios" en cine y no sé qué tal se vería (el DVD se ve demasiado bien y no se distingue entre las escenas en S16mm y S35mm), pero sí ví "El Jardinero Fiel" y la diferencia entre los planos generales y medios en 35mm y los primeros planos en 16mm era demasiado notoria, en el mal sentido. Puedo aceptar inconsistencia si es para sumergirme en algo mucho mejor, como el IMAX de "The Dark Knight", pero esa misma inconsistencia aplicada por abajo es mucho más dolorosa. Veremos, aunque será interesante aunque únicamente sea por lo que tiene de experimento.
[list:1khn4szg][*]Con motivo del estreno de “Tiro en la cabeza” de Jaime Rosales revisé su anterior trabajo “La Soledad”. Lo cierto es que tengo sentimientos encontrados ante esta propuesta. Por una parte, creo que Rosales es un director que está siempre dispuesto a aportar algo nuevo, a arriesgar, a romper las reglas (escritas y no escritas) del cine actual, además es un excelente director de actores y cuida mucho la puesta en escena de sus proyectos (aunque no es un Kubrick), en este caso con su forma de utilizar la pantalla partida, lo que denominan polivisión. Por otra parte, en más de una ocasión pienso que pasa de la naturalidad a solemnidad, y de la solemnidad a la pretensión, y es en esos instantes cuando se cae la película entera. Como ya he dicho, cualquier trabajo suyo es más interesante que la mayor parte de la cartelera junta pero, al arriesgarse tanto, no ha conseguido todavía la maestría, lo que me da mucha rabia.
La fotografía de esta película corre a cargo de Óscar Durán, que realiza un trabajo muy correcto. El mayor acierto es la mencionada polivisión, que ayuda en todo momento a transmitir la idea de soledad (al quedar habitaciones vacías o personas separadas aunque estén frente a frente). E incluso cuando no la utilizan, la pantalla queda dividida por algún elemento en dos partes iguales (como en el plano que abre el film). Me gusta que la cámara esté quieta por ser menos llamativa que la técnica de cámara al hombro que tanto se usa cuando se quiere emular la realidad. Es curioso ver que la mayor parte de la cinta está rodada con focales cercanas al 50mm y que por su posición consigan que el espectador parezca un personaje más, que espía las conversaciones desde los pasillos. También considero un acierto la elección de emulsiones Fuji, por su distinta reproducción del color, que ayuda a transmitir la idea de la luz que llena todos los rincones de las viviendas dejando al descubierto la fragilidad de los personajes. Sin embargo, es en las escenas nocturnas donde flaquea el proyecto, porque precisamente el característico virado a azul de éstas genera un aspecto muy extraño para la calidez del vapor de sodio de las farolas de la ciudad, pero...[/*:m:1khn4szg]
No he visto ninguna de las dos y, la verdad, con la falta de tiempo que me invade en estos momentos, tampoco creo que vaya a hacerlo en breve. Creo que lo explico bastante bien si digo que tengo la trilogía de "El Padrino" en Blu-ray desde hace días y permanece con su precinto...
- Lo que a Óscar Durán le falta a la hora de generar la sensación de monotonía, soledad y melancólica paz es llamarse Conrad L. Hall. Revisionada “American Beauty” después de casi nueve años sigue siendo jodidamente perfecta. Los trajes y peinados han envejecido, sí, pero todo lo demás se mantiene.
Lo que quería decir es que me parece fascinante que Hall padre consiguiera que su trabajo pareciera de bajo perfil sin perder un ápice de genialidad. Los encuadres, el color o su ausencia, los movimientos de cámara y la luz cuentan toda la película, pero la mayor parte del público no diría aquel “qué bonita fotografía”. Y, además de todo eso, las imágenes resultan mundanas y poéticas a la vez, y la monotonía no se confunde jamás con la planicie, ya que el cinematographer (y éste lo era) aprovecha la latitud de exposición de la emulsión con la que trabaja, separando siempre “planos” para dar sensación de profundidad manteniendo el contraste impecable en todo momento. Sí que es cierto que Hall tiende a la estilización en muchos en muchos momentos, rasgo que de él aprendió y convirtió en vicio Tom Stern. La verdad es que no sé cuál prefiero, si ésta o “Camino a la Perdición” (como película me quedo con la primera sin dudarlo, porque el guión de la otra es más bien dudoso), pero elegir en estas condiciones es demasiado complicado, aunque sea evidente cuál es técnicamente superior.
Paul Newman, descanse en paz, gigante.[/*:m:1khn4szg]
Casi no la veo desde su estreno, pero en su momento pensé que el mayor mérito de Hall (además de algunas escenas oníricas muy vistosas) era rescatar una película cuyo
look visual corría serios riesgos de convertirse en un vulgar telefilm -en manos de casi cualquier otro- y elevarlo notablemente de categoría. Eso y cargar con un debutante como Mike Nichols (¡¡¡digo Sam Mendes!!!

) y contribuir decisivamente a que gane el Óscar, claro. De todas formas, no pienso que fuese lo mejor a nivel visual de 1999 (me gustan más "Eyes Wide Shut" y "El Dilema", p.e.), pero sí entiendo que la Academia viese la oportunidad de otorgarle un Óscar semi-honorífico a un grande como Hall y no quisiera perderla. Si "Camino a la Perdición" hubiera llegado antes, no creo que hubiera ganado con "American Beauty" ante los mismos rivales que tuvo. De Hall me quedo antes, por ejemplo, con "Los Profesionales", "Dos Hombres y un Destino", "Fat City", "Como Plaga de Langosta", "En Busca de Bobby Fischer", "Acción Civil", "Camino a la Perdición" y mi favorita de todas ellas, "A Sangre Fría".
- Y en el mismo año de la primera película de Mendes, Paul Thomas Anderson dirigió aquella maravilla intensa y excesiva que es “Magnolia”. Maravilloso guión lleno de matices (la primera vez se me pasó ese “Let me go, Jimmy!” del restaurante). Desde luego que es una película muy buena (otra que se ha mantenido intacta), pero no me gusta que el personaje que interpreta John C. Reilly (el policía) explique tanto o que, llegada la bíblica lluvia de ranas el niño diga algo así como “estas cosas pasan”. Después de ver la genial introducción, el agresivo trabajo de cámara, y a todo el reparto cantando “Wise up”, uno asume lo que acontece con total naturalidad, sin necesidad de mayores explicaciones. Aimee Mann estupenda, ese “Save Me” es para morirse de bueno. ¿”Crash” ganadora del Oscar y “Mag
Robert Elswit [ASC] está en su sitio, pero no me acaban de convencer las combinaciones de distintas temperaturas de color por resultarme exageradas. Sus fuentes están muy bien justificadas en casi todo momento, y ya por aquel entonces apuntaba maneras: conseguir iluminar esos largísimos y complicados planos de Steadicam es una prueba de fuego técnica que pocos podrían superar (Atención a la llegada de Stanley al plató de televisión).[/*:m:1khn4szg]
[/*:m:1khn4szg][/list:u:1khn4szg][/*:m:1khn4szg][/list:u:1khn4szg]partida aceptable.
Magnolia hace bien en ignorar la propuesta.
A mí Elswit nunca me había gustado, ni un poquito, antes de verlo con P.T. Anderson. Me gusta más la foto de "Boogie Nights" que la de "Magnolia" (quizá simplemente porque tiene cierto retrato de época y le permite lucirse algo más), pero coincido contigo en que en "Magnolia" no está afortunado con algunas mezclas de color, sobre todo en las de la historia de John C. Reilly y la chica. No debió de ser una película fácil por lo que comentas de la puesta en escena del director, con muchos y elaborados movimientos de cámara, pero si a eso le añadimos que tampoco dispone de un gran diseño de producción y que posiblemente rodasen deprisa, se entiende que la faceta visual no destaque mucho más. Y aún así está bastante bien. En "Punch Drunk Love" sí comienzan a entreverse, en cambio, la tendencia a la hora de exponer el negativo en exteriores que le ha encumbrado en "There Will Be Blood".
Yo también he visto “Tropic Thunder”.
Es triste que esto sea así, pero no hay grandes directores de fotografía contemporáneos que trabajen exclusivamente en Hollywood y que tengan una carrera no solo sólida en lo suyo, sino en cuanto a la calidad de las películas que ruedan. Toll no es una excepción. Por eso dice Gordon Willis que se retiró relativamente joven: porque no le dejaban tener control absoluto y porque no quería participar en este tipo de productos.