He visto "Australia" de Baz Luhrmann, fotografiada por Mandy Walker [ACS]. No soy precisamente un fan de Donald M. McAlpine [ACS, ASC], pero sus dos películas junto a Luhrmann ("Romeo + Julieta" y "Moulin Rouge!") es muy posible que sean sus dos mejores trabajos, por lo que siempre he pensado que el realizador australiano algo tendría que ver en ello. Ahora mismo, no sé que pensar, porque "Australia" se parece tan poquito a estas películas que sería comparar peras con manzanas. Las otras son musicales urbanos, o básicamente de interiores con luz artificial, pero "Australia" se recrea en grandes vistas y escenarios a lo David Lean, aunque sea con suerte dispar. Puede que McAlpine sea más responsable del éxito visual de esas dos películas de lo que pensaba.
A primera vista, la fotografía de "Australia" es portentosa. Las tomas exteriores son muchísimas y muy generosas. El montaje nos deja apreciar los detalles del paisaje más de dos segundos y las cámaras captan grandes escenarios. Además, resulta muy evidente que bien Luhrmann, bien Walker o incluso ambos han insistido mucho en rodar mucho material evitando las horas centrales del día, e incluso ciertos momentos dramáticos (final incluido) en la hora mágica. Es un esfuerzo que tiene sobrada recompensa porque representa lo mejor de la fotografía y aporta muchísimo empaque a la producción. También hay las típicas tomas de postal que no sé si son de la primera o de una segunda unidad, pero no las tengo muy en cuenta en mi valoración porque su finalidad únicamente es esteticista, a pesar que son muy vistosas.
La media hora final, en la que hay bastante material nocturno que simula estar iluminado exclusivamente por fuego y hogueras, es también sobresaliente y posiblemente el mejor metraje de este tipo que he visto en un cine en varios años. Incluso a nivel técnico sigue sobresaliendo, porque en dichas ocasiones es fácil perder el nivel de negros o el contraste (que se lo digan a Salvatore Totino en "Cinderella Man", o incluso a Eduardo Serra en "Diamante de Sangre"), pero Walker los mantiene de forma admirable. Incluso la secuencia al amanecer que continúa esto que comento está a un gran nivel.
¿Qué es lo que falla entonces?
Aunque parezca increíble (o, al menos, a mí me lo parece), tener grandiosos escenarios y muchísimo dinero para rodar en ellos todo lo que haga falta no es suficiente. No sé si por idea de Luhrmann, de Walker o de ambos, o si del diseñador de producción o del supervisor de efectos visuales (o de todos), parece que únicamente han rodado en exteriores las tomas generales y algunos primeros planos, puesto que gran parte de los mismos están rodados ante pantallas verdes y/o azules. Eso masacra casi por completo el trabajo de Walker, supeditada en los primeros planos a igualar en el estudio la luz del resto de la escena que las cámaras captaron en los escenarios naturales. Sólo se me ocurre que siendo el tipo de película que es (y pensando que se orienta a un público púber), esto se debe a una voluntad de retratar a los actores de la forma más atractiva posible, aunque no resulte natural, lógico o incluso barato, pues el problema no es rodar más planos en una localización (especialmente los primeros, que son los más fáciles de modificar a tu gusto), sino desplazar a un equipo gigantesco y ponerlo a funcionar en ese lugar. Así, en demasiadas ocasiones, la película parece una especie de mezcla chunga entre "Lawrence de Arabia" y "El Ataque de los Clones", sin llegar al nivel de la primera o el ridículo de la segunda. También hay bastantes exteriores rodados en estudio, aunque casi todos nocturnos y ni mucho menos tan molestos, pues al menos no se produce ese continuo salto entre localizaciones y pantallas de croma. Aún con tanto rodaje con luz artificial y control al 100%, resulta sorprendente el estado de Nicole Kidman, con el rostro absolutamente paralizado y estirado. Walker ni la favorece ni la perjudica, a pesar que emplea ópticas esféricas Panavision de los 70 y 80 para suavizar sus rasgos. Estos planos también parecen algo desenfocados, como si se hubiera quitado detalle a través del
Digital Intermediate. Eso hace que su piel parezca de plástico, cosa que no ocurre con Hugh Jackman porque no hay tanto retoque en sus tomas.
A nivel técnico, con tantos exteriores a pleno sol y rodaje en estudio absolutamente bajo control para cualquier situación complicada, me parece imperdonable el uso del formato Super 35mm (las dos películas anteriores de Luhrmann eran anamórficas -y esto está confirmado- por idea de McAlpine) para su exhibición en la gran pantalla. Con el uso del
DI y un presupuesto tan grande, todos los exteriores deberían de haberse rodado en VistaVisión o 65mm, pues el nivel de detalle y resolución de la copia es insuficiente para tan vastos escenarios. El Super 35mm queda aceptable en los primeros planos o en las escenas nocturnas, pero en las diurnas se queda tan corto como el motor de un Seat Panda en un Mercedes. Al menos, un escaneado y finalizado a 4K era imperativo.
Con todo, hay tanto buen material y la mezcla es tan extraña, que no me resultaría demasiado raro que Mandy Walker sea la primera mujer nominada al Óscar a la mejor fotografía. Y lo peor es que tampoco podría decir que fuese una injusticia, puesto que sin ir más lejos pienso en otros dos australianos que en los últimos años se han llevado el premio a casa por trabajos bastante inferiores a éste
