Para dejar perfecto mi nuevo equipo Sagar Hozkatua, capaz de arrancar con Windows y con macOS, tengo que tener muy claro cómo organizar las particiones de los discos que albergan ambos sistemas.
El equipo está montado sobre una placa base Gigabyte Z390 Designare, en la que tengo instalados dos discos NVMe M.2 independientes:
Tenía previsto poder arrancar desde Windows o macOS seleccionando el volumen de arranque desde la BIOS, pulsando F12 y elegiendo el disco desde el que arrancar.
Y a día de hoy esto no es así, ya que tanto el gestor de arranque de Windows como el de macOS, están instalados en una partición EFI en el disco WD SN750, que es donde tengo instalado macOS, y si mañana quitara ese disco, Windows dejaría de funcionar.
Como cualquier equipo moderno, mi equipo está configurado en la BIOS para utilizar UEFI como método de arranque, y aunque podría instalar Windows usando BIOS+MBR, UEFI es la opción más moderna para Windows y además es necesaria para macOS.
Un equipo que arranque con UEFI requiere de un sistema de particiones GPT (GUID Partition Table), que tendrá una partición EFI en la que se ubicará el gestor de arranque (bootloader) de nuestro sistema. Windows tiene el suyo y para macOS estoy usando OpenCore.
Si arranco DISKPART desde Windows en mi equipo, puedo ver los dos discos y sus particiones. El "Disco 0" es el Samsung con Windows y el "Disco 1" es el WD SN750 con macOS.
Si os fijáis, en el disco de Windows tengo solo dos particiones: una partición reservada del sistema de 16MB y el resto del espacio para la de datos donde tengo instalado el sistema.
La explicación está en que a la hora de ejecutar la instalación de Windows, cuando el asistente me ofrece la opción de inicializar el disco, eliminé todas las particiones y creé unas nuevas para hacer una instalación completamente limpia, y a la hora de crearlas, no me creó la partición EFI ya que encontró otra partición EFI en mi sistema (en el disco WD para macOS) y colocó allí el gestor de arranque.
Lo he comprobado sobre una máquina virtual, y así hubiera quedado si hubiera desconectado el disco WD para macOS, con una partición EFI de 100MB para Windows en donde se hubiera instalado el gestor de arranque.
Además, después de realizar la instalación de Windows, me hubiera encontrado también con una cuarta partición de recuperación, ubicada al final del disco, que es muy útil para poder iniciar el equipo si se presenta algún problema, aunque conseguimos lo mismo si iniciamos desde el pendrive de instalación, que conviene guardar a buen recaudo.
Puedo arreglar el tema creando una partición EFI manualmente en el disco de Windows, pero quedaría al final y no tendría la de recuperación. Además prefiero que el instalador de Windows se encargue de todo ello, así que voy a descartar esta opción.
Pensando en que las cosas salgan como quiero, estoy pensando en abrir el equipo, desconectar físicamente el WD SN750 y ejecutar el instalador de Windows 10 desde el pendrive para que se cree la estructura de particiones como se debe en el Samsung EVO 970.
Lo de desconectar el disco físicamente es un poco coñazo, pero no veo una opción en la BIOS para deshabilitar el disco, y si el WD de macOS sigue conectado, el instalador verá una partición EFI en él y no hará lo que quiero.
Una alternativa podría ser usar OpenCore como gestor de arranque para Windows y macOS, pero tendría dependencia del disco de macOS y prefiero tener garantía de funcionamiento separada.
¿Qué opináis?

El equipo está montado sobre una placa base Gigabyte Z390 Designare, en la que tengo instalados dos discos NVMe M.2 independientes:
- Samsung EVO 970 500GB: para Windows 10 Pro
- WD SN 750 500GB: para macOS Catalina y macOS Big Sur
Tenía previsto poder arrancar desde Windows o macOS seleccionando el volumen de arranque desde la BIOS, pulsando F12 y elegiendo el disco desde el que arrancar.
Y a día de hoy esto no es así, ya que tanto el gestor de arranque de Windows como el de macOS, están instalados en una partición EFI en el disco WD SN750, que es donde tengo instalado macOS, y si mañana quitara ese disco, Windows dejaría de funcionar.
Como cualquier equipo moderno, mi equipo está configurado en la BIOS para utilizar UEFI como método de arranque, y aunque podría instalar Windows usando BIOS+MBR, UEFI es la opción más moderna para Windows y además es necesaria para macOS.
Un equipo que arranque con UEFI requiere de un sistema de particiones GPT (GUID Partition Table), que tendrá una partición EFI en la que se ubicará el gestor de arranque (bootloader) de nuestro sistema. Windows tiene el suyo y para macOS estoy usando OpenCore.
Si arranco DISKPART desde Windows en mi equipo, puedo ver los dos discos y sus particiones. El "Disco 0" es el Samsung con Windows y el "Disco 1" es el WD SN750 con macOS.
Si os fijáis, en el disco de Windows tengo solo dos particiones: una partición reservada del sistema de 16MB y el resto del espacio para la de datos donde tengo instalado el sistema.

La explicación está en que a la hora de ejecutar la instalación de Windows, cuando el asistente me ofrece la opción de inicializar el disco, eliminé todas las particiones y creé unas nuevas para hacer una instalación completamente limpia, y a la hora de crearlas, no me creó la partición EFI ya que encontró otra partición EFI en mi sistema (en el disco WD para macOS) y colocó allí el gestor de arranque.
Lo he comprobado sobre una máquina virtual, y así hubiera quedado si hubiera desconectado el disco WD para macOS, con una partición EFI de 100MB para Windows en donde se hubiera instalado el gestor de arranque.

Además, después de realizar la instalación de Windows, me hubiera encontrado también con una cuarta partición de recuperación, ubicada al final del disco, que es muy útil para poder iniciar el equipo si se presenta algún problema, aunque conseguimos lo mismo si iniciamos desde el pendrive de instalación, que conviene guardar a buen recaudo.

Puedo arreglar el tema creando una partición EFI manualmente en el disco de Windows, pero quedaría al final y no tendría la de recuperación. Además prefiero que el instalador de Windows se encargue de todo ello, así que voy a descartar esta opción.
Pensando en que las cosas salgan como quiero, estoy pensando en abrir el equipo, desconectar físicamente el WD SN750 y ejecutar el instalador de Windows 10 desde el pendrive para que se cree la estructura de particiones como se debe en el Samsung EVO 970.
Lo de desconectar el disco físicamente es un poco coñazo, pero no veo una opción en la BIOS para deshabilitar el disco, y si el WD de macOS sigue conectado, el instalador verá una partición EFI en él y no hará lo que quiero.
Una alternativa podría ser usar OpenCore como gestor de arranque para Windows y macOS, pero tendría dependencia del disco de macOS y prefiero tener garantía de funcionamiento separada.
¿Qué opináis?


