Respuesta: HARAKIRI y otras de Kobayashi
y...
LA CONDICIÓN HUMANA III - LA PLEGARIA DEL SOLDADO (Ningen no joken III, 1961)
Últimos capítulos de la odisea de Kaji, en una idea y estructura diferente a las dos anteriores: prácticamente un survival clásico a través de un país destrozado y perdedor, tres horas de gente andandohacia un puto volcán en busca del camino a casa. Kaji, sea en solitario o con un séquito cambiante, ha idealizado tanto ese regreso a casa (y más concretamente el regreso a s mujer) que es fuerza motora y obsesión destructura a la vez. Es un tanto obvio, pero necesario.
Me interesa más el retrato de una nación que ha mordido el polvo y ahora apenas tiene restos que recoger. Clasicismo competente aparte, Kobayashi saca de aquí los momentos más interesantes (cinematográficamente) de la película, cuando las caminatas llegan al punto de lo enfermizo, la cámara hace ángulos desconcertantes, el punto de vista se mezcla con la alucinación/cansancio/pesadilla y los personajes parecen aislados en un mundo alienígena. En el recorrido por territorio enemigo, el protagonista tiene una serie de encuentros (con gente nueva o vieja) personificando las muchas actitudes hacia esa guerra acabada y sus consecuencias; desde el patriota derrotado hasta el vencedor insufrible, desde el carroñero que rapiña desgracias hasta el enemigo que resulta ser humano. Y entre otros, claro, el civil mayoritario, el inocente (en su guerra) que se arrastra por la supervivencia. Otra vez: es un tanto obvio, pero funciona.
La máxima llega cuando Kaji acaba de nuevo en un campo de prisioneros, esta vez al otro lado de la verja. Ahí su idealismo muere o se transforma en rebelión, el humanismo se conviere en individualismo y ¿sacrifica? su redención con la justicia personal. Cuando recorre el último camino, a través de un purgatorio congelado... confirmamos que nunca fue más que un chico sencillo y bueno al que la realidad le dio por el culo.
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LA CONDICIÓN HUMANA III - LA PLEGARIA DEL SOLDADO (Ningen no joken III, 1961)
Últimos capítulos de la odisea de Kaji, en una idea y estructura diferente a las dos anteriores: prácticamente un survival clásico a través de un país destrozado y perdedor, tres horas de gente andando
Me interesa más el retrato de una nación que ha mordido el polvo y ahora apenas tiene restos que recoger. Clasicismo competente aparte, Kobayashi saca de aquí los momentos más interesantes (cinematográficamente) de la película, cuando las caminatas llegan al punto de lo enfermizo, la cámara hace ángulos desconcertantes, el punto de vista se mezcla con la alucinación/cansancio/pesadilla y los personajes parecen aislados en un mundo alienígena. En el recorrido por territorio enemigo, el protagonista tiene una serie de encuentros (con gente nueva o vieja) personificando las muchas actitudes hacia esa guerra acabada y sus consecuencias; desde el patriota derrotado hasta el vencedor insufrible, desde el carroñero que rapiña desgracias hasta el enemigo que resulta ser humano. Y entre otros, claro, el civil mayoritario, el inocente (en su guerra) que se arrastra por la supervivencia. Otra vez: es un tanto obvio, pero funciona.
La máxima llega cuando Kaji acaba de nuevo en un campo de prisioneros, esta vez al otro lado de la verja. Ahí su idealismo muere o se transforma en rebelión, el humanismo se conviere en individualismo y ¿sacrifica? su redención con la justicia personal. Cuando recorre el último camino, a través de un purgatorio congelado... confirmamos que nunca fue más que un chico sencillo y bueno al que la realidad le dio por el culo.