Ropit
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Bande a part (1964). Poco que añadir a una de las más admiradas de su filmo, con un argumento entre unos chapuzas coenianos y un noir de serie b el disfrute son los tiempos muertos ("hay que esperar porque en la serie b americana los robos pasan de noche"), esos paseos en coche, la mítica escena del baile, además es muy emocional, hay un triángulo muy curioso.
Made in USA (1966). Esta creo que no le gustó a @sikander. Godard lleva todavía más lejos lo de pasarse el argumento por la entrepierna, pura reinvención de lo que le evoca el noir (de serie b, otra vez) pero con la excusa hawksiana de que la historia es lo de menos (The Big Sleep). La rueda a todo color y se recrea con Anna Karina entre paredes de colores, es bastante más loca (y ya es decir) que mi querida Inherent Vice de PTA pero hay un sentimiento de melancolía común en ambas, aquí ya introduce explícitamente temas políticos y de comunismo con grabaciones del muerto. A mí me flipa esa atmósfera noir de cada escena, de cada vis a vis, es como si sacara jugo de noir. Por cierto, la escena final, maravillosa.
2 ou 3 choses que je sais d'elle (1967). Cada vez más activo tocando temas políticos y retratando una sociedad absorbida por el consumismo, aquí saca adelante una metáfora de una esposa (y sus compañeras) llevada a prostituirse por una sociedad moderna retratada casi como un monstruo invisible que obliga a consumir, que degrada la ciudad y la deshumaniza (esos planos de transición mostrando la construcción en los suburbios), pese a tener una protagonista clara la película se manifiesta como un retrato coral de las gentes de París, con toda la ironía y el misterio típicos de Godard. Como todas, hipnótica.
La chinoise (1967). Esta me fascina como voyeur, ver una célula intelectual maoísta terrorista desde dentro es de un morbo tremendo, muy curioso que apunten mucho más contra el revisionismo comunista soviético que contra el enemigo fascista, otra vez el uso del color es magnífico y Godard logra unas imágenes de una iconicidad impresionantes. Las discusiones, peleas, discursos e incluso representaciones teatrales dentro de ese piso crean el caldo de cultivo y la expectativa de si van a pasar a mayores con acción, todo esto hace que, por contraste, maraville una larga conversación en un tren de la más radical del grupo con su profesor mentor de la universidad. Lo curioso es que Godard no se posiciona y, si lo hace, es para manifestar un cierto ridículo de esos jóvenes. Después los insertos de cómic son una pasada. Y la cancioncita!
Weekend (1967). Aquí entra en la sátira pura como ya hiciera en Les carabiniers, es su película más buñuelesca y, verdaderamente, se desata, todo ya arranca con un mal rollo impresionante, con la música acentuándolo, puras conspiraciones de todos para matar a todos, perversiones sexuales contadas de una manera más siniestra que Eyes Wide Shut, y todo es un prólogo para una salida en coche surrealista en grado sumo, Godard se divierte con un humor psicópata y vuelve a encontrar unas imágenes en color poderosísimas, sobre todo en ese final salvaje y selvático. Otra locura desarmante.
Le gai savoir (1969). Esta ya es hardcore, aquí se deshace de todo, está claro que el argumento siempre había sido una excusa pero es que aquí ya ni siquiera lo hay: dos actores, fondo negro, Godard de voz en off a ratos e insertos. La película es un ensayo de cómo volver a empezar el cine desde cero, a desnudar la imagen, a no meter ideología en ella, etc. Aunque suene a rollazo la verdad que, otra vez, a nivel visual vuelve a ser muy satisfactoria. Puede parecer más críptica que las anteriores pero lo cierto es que en las otras quizás lo camuflaba y nos divertía con los géneros y con sus estimulantes filmaciones de París y otros lugares.
Made in USA (1966). Esta creo que no le gustó a @sikander. Godard lleva todavía más lejos lo de pasarse el argumento por la entrepierna, pura reinvención de lo que le evoca el noir (de serie b, otra vez) pero con la excusa hawksiana de que la historia es lo de menos (The Big Sleep). La rueda a todo color y se recrea con Anna Karina entre paredes de colores, es bastante más loca (y ya es decir) que mi querida Inherent Vice de PTA pero hay un sentimiento de melancolía común en ambas, aquí ya introduce explícitamente temas políticos y de comunismo con grabaciones del muerto. A mí me flipa esa atmósfera noir de cada escena, de cada vis a vis, es como si sacara jugo de noir. Por cierto, la escena final, maravillosa.
2 ou 3 choses que je sais d'elle (1967). Cada vez más activo tocando temas políticos y retratando una sociedad absorbida por el consumismo, aquí saca adelante una metáfora de una esposa (y sus compañeras) llevada a prostituirse por una sociedad moderna retratada casi como un monstruo invisible que obliga a consumir, que degrada la ciudad y la deshumaniza (esos planos de transición mostrando la construcción en los suburbios), pese a tener una protagonista clara la película se manifiesta como un retrato coral de las gentes de París, con toda la ironía y el misterio típicos de Godard. Como todas, hipnótica.
La chinoise (1967). Esta me fascina como voyeur, ver una célula intelectual maoísta terrorista desde dentro es de un morbo tremendo, muy curioso que apunten mucho más contra el revisionismo comunista soviético que contra el enemigo fascista, otra vez el uso del color es magnífico y Godard logra unas imágenes de una iconicidad impresionantes. Las discusiones, peleas, discursos e incluso representaciones teatrales dentro de ese piso crean el caldo de cultivo y la expectativa de si van a pasar a mayores con acción, todo esto hace que, por contraste, maraville una larga conversación en un tren de la más radical del grupo con su profesor mentor de la universidad. Lo curioso es que Godard no se posiciona y, si lo hace, es para manifestar un cierto ridículo de esos jóvenes. Después los insertos de cómic son una pasada. Y la cancioncita!
Weekend (1967). Aquí entra en la sátira pura como ya hiciera en Les carabiniers, es su película más buñuelesca y, verdaderamente, se desata, todo ya arranca con un mal rollo impresionante, con la música acentuándolo, puras conspiraciones de todos para matar a todos, perversiones sexuales contadas de una manera más siniestra que Eyes Wide Shut, y todo es un prólogo para una salida en coche surrealista en grado sumo, Godard se divierte con un humor psicópata y vuelve a encontrar unas imágenes en color poderosísimas, sobre todo en ese final salvaje y selvático. Otra locura desarmante.
Le gai savoir (1969). Esta ya es hardcore, aquí se deshace de todo, está claro que el argumento siempre había sido una excusa pero es que aquí ya ni siquiera lo hay: dos actores, fondo negro, Godard de voz en off a ratos e insertos. La película es un ensayo de cómo volver a empezar el cine desde cero, a desnudar la imagen, a no meter ideología en ella, etc. Aunque suene a rollazo la verdad que, otra vez, a nivel visual vuelve a ser muy satisfactoria. Puede parecer más críptica que las anteriores pero lo cierto es que en las otras quizás lo camuflaba y nos divertía con los géneros y con sus estimulantes filmaciones de París y otros lugares.