Vista a lo largo de esta semana, pues nada, una coreanada de thriller y misterio de chichinabo, que parece sumarse a la moda neofeminista de estos tiempos, añadéndole la particular sátira oriental hacia el capitalismo salvaje, el clasismo y el postureo que parecen imperar por aquellos lares, aunque bueno, en el fondo esto no es tan distinto en el mundo occidental. De lo poco realmente interesante que ofrece a serie está el tímido retrato/sátira de cierta manera de vivir la religiosidad en Corea del Sur, con una sorprendente influencia del cristianismo, en convivencia con creencias chamánicas tradicionales.
Por cierto, una cosa que me llama la atención de Netflix es que, cuando doblan productos orientales al español, los dramas románticos y de tono más costumbrista suelen hacerlo sólo en español pendejo, mientras que los dramas con un punto siniestro, thrillers, y productos de género fantástico en general suelen doblarse casi indefectiblemente al castellano peninsular

. Supongo que piensan que los hispanoamericanos tienden más al culebrón, mientras que en España somos más de producto friki.
Un saludete.