Parecéis Santa Teresa de Calculta, todo parece bueno pero no deja de estar impostado...
Noche en L.A. Un gigante dormido. Cuando el sol se esconde, no lo encuentras. En esa jungla no hay perdón de Dios ni necesidad de redención. Los cazadores nocturnos salen de sus "bungalows" y tras él siempre habrá un carroñero que se aproveche de su labor. Hay que sobrevivir, es la ley de la selva. ¿Moral? ¿Qué es eso?
Se dice que hay una crítica hacía los medios... cuando no somos más que ávidos consumidores de esa carroña. La película va del que te la sirve en bruto. Ni siquiera edita sus noticias para que otros elijan bien cuales son los puntos de impacto. Mañana en LA. La vida "decente" se levanta de la cama, se dirige a la cocina y se prepara unos "Chocapics" con leche... Clava la cuchara en el "boll" y pone la TV. Son las seis de la mañana. Buenos días, aquí tienes lo que quieres tu racioncita de sangre y tu morbo, editado y manipulado para venderte una historia, la misma historia que quieres que te contemos mañana. A lo mejor alguna se lleva la mano a la boca... ¿pero no es lo que la gusta? Estamos hablando de uno de los productos estrellas de los noticiarios estadounidenses, las noticias locales de sucesos. ¿Por qué? ¡Pues porque amamos la violencia! Tanto como el mundo artificial que nos la presenta, que es el mismo que el de los anuncios de champú. Sí, los americanos felices que van todos los domingos a su parroquia donde el pastor les sorberá el cerebro de la misma manera se interesan por lo que ocurre en su comunidad. "¿Has visto a la zorra de Andie que se la pega a su marido?". Y ese mundo ideal ve una turbación en la fuerza cuando un negro, hispano o "ponga aquí la minoría étnica que más odie" va y pega unos cuantos tiros en la casa de un hijo de puta. Y hay otro que lo filma para que nosotros consumamos lo que queremos, el miedo impostado a esa turbación en la fuerza... Pero mientras no me toque a mí... ¿Empatía? En el fondo la misma que tiene el bueno de Lou, solo que este ve un nicho de mercado y ofrece un producto en bruto, como las hamburguesas que se mete para el cuerpo la celulítica vecina a la que sonries y que pones a parir cuando no te oye.
Excelente película, con una gran fotografía y de nuevo un enorme Gyllenhaal al que habría que ir abriendo un hilo. No le importa ensuciarse las manos y mostrarnos personajes complejos en películas no muy grandes y que no son muy agradecidos para que el tipo nos caiga simpáticos, pero ahí está, siempre dispuesto a dar el callo en una buena historia. ¿El fallo? Bueno la historia del final de Gyllenhaal contándole a la policía como descubrió eso quedaría desmontada con las cámaras de tráfico...
Sobre la necesidad y la presión por contar historias
bigger than life en los telediarios estadounidenses, casualmente hoy ha salido esta noticia...
http://cultura.elpais.com/cultura/2015/02/07/television/1423329018_451101.html