Darle vida a un personaje tan arraigado, tan querido y del que cada quien tiene su versión de lo que fue, es, o debería ser, es un gran reto. Y más si ese personaje tiene dos identidades: Mario Moreno y Cantinflas.
En el filme “Cantinflas”, el enigma Cantinflas/Moreno sigue intacto, al abordarse de una manera sumamente cuidada, pasajes de la vida del mimo de México. Como si el actor y su personaje maestro nos siguieran cantinfleando.
Es ahí donde, el que toma el toro por los cuernos es el protagonista, Óscar Jaenada, quien más allá del parecido físico y del tono de voz, derriba nacionalidades, bordando un personaje sin caricaturizarlo ni enaltecerlo, humanizándolo, pero, manteniendo su tan celoso enigma.