Películas que vais viendo en casita

DESTINATION MURDER (1950 - Edward L.Cahn)​



Buen noir de Edward L. Cahn, con una dirección ágil que mantiene un ritmo que atrapa a lo largo de sus 72 minutos de duración... y que aunque sigue siendo una serie B de manual, está rodada con más medios, contando con una puesta en escena dinámica. La trama sigue a una joven que presencia el asesinato de su padre y decide infiltrarse en una organización criminal para descubrir al verdadero culpable. La película juega con una ambigüedad moral, donde los personajes no siempre son lo que parecen. Además destaca la presencia del inquietante Hurd Hatfield, un actor que casi siempre interpretaba personajes de apariencia siniestra
 
Happy Together (1989)............................... 6.5


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Mi comentario:

Juntos pero no revueltos (Happy Together, 1989) es una comedia romántica de finales de los 80 con un joven Patrick Dempsey que hacía como un año que había estrenado "No puedes comprar mi amor" junto a Amanda Peterson. Os juro que he pensado en Henry cuando la veía. La habrá visto, porque sino le va como anillo al dedo en el post que creó. Raro que yo no haya descubierto hasta ahora. Aquí, el señor McDreamy tiene como compañera a la Supergirl Helen Slater. No tienen la química que tenía con la Peterson, pero tienen un pase. Esta película recupera al compositor Robert Folk. No está nada mal. La verdad.
 

DESERT SANDS (1955 -Lesley Selander)​




Film de aventuras de los años 50 y aventura convencional pero entretenida, en puro formato de serie B , con una atmósfera tórrida y escenas de lucha emocionantes. Dirigida por Lesley Selander, un artesano todoterreno con una extensa filmografía se alejó aquí de sus habituales westerns para centrarse en una historia de aventuras sencilla pero efectiva, que sigue el asedio de un pequeño fortín de la Legión Extranjera por parte de una tribu árabe rebelde en el desierto del Sahara. Aunque está ambientada en los años 50, la película tiene un aire y una estética que recuerdan a la época colonial, con la excepción de algunas armas modernas y la aparición de un helicóptero al principio de la película.
Selander demuestra su habilidad en la dirección de escenas de lucha y la fotografía del desierto es notable, tal vez titubea en una historia de amor algo forzada entre Ralph Meeker y Marla English, pero es un buen ejemplo de cine de serie B compacto
 
Happy Together (1989)............................... 6.5


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Mi comentario:

Juntos pero no revueltos (Happy Together, 1989) es una comedia romántica de finales de los 80 con un joven Patrick Dempsey que hacía como un año que había estrenado "No puedes comprar mi amor" junto a Amanda Peterson. Os juro que he pensado en Henry cuando la veía. La habrá visto, porque sino le va como anillo al dedo en el post que creó. Raro que yo no haya descubierto hasta ahora. Aquí, el señor McDreamy tiene como compañera a la Supergirl Helen Slater. No tienen la química que tenía con la Peterson, pero tienen un pase. Esta película recupera al compositor Robert Folk. No está nada mal. La verdad.

Aaah, querido dawson, esa la vi hace tiempo. Calcé crítica, claro:

Ayer vi una de esas curiosas películas de finales de los 80... indefinida, incompleta, toca muchos palos y no es gran cosa, pero aún así, resulta fascinante. Estoy hablando de Juntos pero no revueltos, de 1989

La película tiene un argumento tópico a más no poder: Patrick Dempsey hace el papel que hacía por aquella época, de pringao: un empollón serio, responsable, que va a la Universidad a estudiar literatura. Chris, pues así se llama, ama leer y escribir, el orden y la precisión, y fumar en pipa. Si, FUMA EN PIPA. Desgraciadamente, será emparejado en la habitación con la alocadísima estudiante Alex Page (Helen Slater en sus buenos tiempos). Ella es desorganizada, juerguista, promiscua, impulsiva... evidentemente, el horrorizado Chris pedirá un traslado de habitación inmediatamente, pero como esos trámites tardan, no tiene más remedio que convivir, y conocer a su compañera. No tardará en producirse la típica transferencia entre ambos (él aprende a ser un poco más alocado, ella aprende a ser más responsable). No obstante, el final es asquerosamente convencional. Y es que, estamos ante una película que no tiene remedio; tiene alma de telefilm de sábado.

Y es que, esa relación es imposible. No tiene futuro. Chris aprende un poco de ella, pero ella realmente no aprende de él; está patológicamente incapacitada para ser fiel a un solo hombre. De hecho, su promiscuidad pronto le ganará fama de putón de Universidad, y su tendencia a liarse con un tío más chungo que el anterior cada vez la meterá (a ella, y a Chris) en más de un follón. De hecho, por ahí tenemos a Brad Pìtt en modo imberbe haciendo una breve aparición.
Si algo me revienta son las películas inconsistentes. Y es que, Juntos pero no revueltos es inconsistente de cojones. Evidentemente, uno no va a ver una peli de adolescentes ochenteros americana esperando realismo, pero en general me gusta que el happy end sea coherente y esté un mínimo trabajado, y no que sea brusco y surja de la nada. Y aquí, es así. En realidad no es un happy end, es un brusco y mal organizado punto y aparte; hay reconciliación final, pero esa pareja tiene menos futuro que Espinete en Mordor; están condenados a fracasar. No me importa que en una película haya parejas poco creíbles o finales felices sin mucho realismo, pero sí me gusta que tengan un mínimo de lógica y que de alguna forma, te hayan conducido hasta allí, que te hayan enseñado una excusa, una progresión. Aquí, desgraciadamente, no la hay. La peli acaba bien porque es una comedia romántica juvenil y porque el guionista no fue lo bastante inteligente o creativo como para darle mayor veracidad.

No obstante, no le habría dedicado ni la mitad de estas líneas si no me hubiera gustado algo. Y hay cosas buenas. Las historias de caracteres incompatibles obligados a convivir me gustan, aunque sean tan tópicas como aquí, y la película muestra un repertorio de secundarios lo bastante divertidos como para justificarla. Y es que, lo he dicho hasta la saciedad, si algo me gusta de las películas ochenteras son sus secundarios: no sé si estaban más trabajados, o faltos de pretensión, o qué, pero a menudo pueden brillar y hacer recordable una mala película.
Aquí tenemos a un profesor de literatura implacable contra los que escriben "mierda": él les exige a sus alumnos que escriban sobre lo que saben, lo que conocen y han vivido; prefiere un ensayo sobre un día corriente que la fantasía más elaborada y mejor escrita. Esto jode bastante a nuestro Chris, que llega a la Universidad puro y limpio de experiencias, nunca ha vivido fuera del orden y de sus libros, y seguramente es un motivo de los que le empujan a mantener su relación con la loca de Alex. Tenemos también a los sucesivos novios de ella, punkies y demás, tíos chungos que la tratan como a una posesión particular, o como si fuera mierda.

Sin embargo, mi secundario favorito es un gordito moreno y sabihondo que parece tener una enorme capacidad para juzgar con acierto a las personas; un estudiante de psicología, en apariencia completamente loco, que arrastra tras de si a un maniquí femenino con nombre propio, al que él trata como una persona; una novia con la que discute, comparte dormitorio, va a clases, come con ella, se pelea, siente celos... evidentemente, este comportamiento despierta el desprecio y el asco de sus compañeros. Nunca sabremos su nombre, le llaman por apodos (hacia el final, dirá llamarse Stan Lee). No obstante, sabremos que en realidad todo es una tapadera, que es un tipo serio, responsable y estudioso, como Chris, que se ha inventado lo de la muñeca hinchable para que todo el mundo le rechace y así poder estudiar en paz. En cierto modo, él es Chris, un Chris más inteligente que consiguió llevar la vida que quería en la Universidad. A lo largo de la película va dando consejos, y enseñando al prota cosas sobre la psicología femenina, y sobre sus propios sentimientos.
En el fondo, él es el mensaje de la película: ya tendrás tiempo para ser responsable y serio, ahora diviértete, que aún puedes si eres joven. No estoy en contra del mensaje, pero sí, como ya he dicho, del final de la película. Echo de menos más finales con huevos en el cine adolescente de los 80; finales si no realistas, al menos coherentes con la realidad, como los de El último americano virgen, o Polo de Limón. Curiosamente, ambas se hicieron fuera de Estados Unidos.

A pesar de lo crítico que pueda ser con ella, no desmerece del todo un visionado en día tonto. A mi me gustan las historias de polos opuestos que se atraen (aunque solo sea para luego repelerse mejor, cosa que NO sucede en esta película). Además, hay muchos otros motivos para echarle un vistazo, como las tetas de la Slater.
 
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