Philippe Grandrieux | NosoloHD

Philippe Grandrieux

Harkness_666

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Zamora
Tiene tres películas (Sombre, La vie nouvelle, Un lac) """conocidas""", un documental sobre un ignoto cineasta nipón, y a partir de ahí, unos trabajos rarunos que recuerdan a Begotten y con una apariencia más experimental y videoartística que otra cosa (lo cual no deja de ser una característica, al parecer, de toda su obra); imágenes oscuras, turbadoras, un sonido del cual podría decirse lo mismo...

Juraría que suele ponérsele al lado de gente tipo Noé o Carax, no sé si de manera justificada o no.

No he visto nada, cosa que tal vez debería remediar. Contadme algo sobre este señor y si creéis que merece la pena o no su cine (o lo que sea).
 
No te olvides de Malgré la nuit, su última película y quizá la narrativa más directa que haya elaborado hasta el momento.

Yo no le incluiría en un grupo en el que esté Gaspar Noé, quizá por el simple motivo de que Grandrieux es infinitamente mejor. Y las posibles similitudes con el cine de Léos Carax, al que adoro, creo que son totalmente circunstanciales. Los tres son cineastas muy diferentes.

Lo que hace Grandrieux, a diferencia del terriblemente convencional Noé, es llevar sus propuestas hasta el límite. Podríamos decir que toda su filmografía se basa en intentar hallar dónde está ese supuesto límite, en el mero hecho de tocarlo y rebasarlo, adentrarse más allá de la línea divisoria. Y una de las cosas que más aprecio de su cine es que, incluso con toda la abstracción y onirismo que poseen sus películas, es la insistencia en pegarse a los cuerpos de los personajes que filma lo que podríamos destacar como su característica más persistente. Se trata de explorar todas las posibilidades que nos puede ofrecer un cuerpo, a través de los diferentes estados de ánimo por los que pasa una persona. Y partiendo de ese cuerpo y su relación con el paisaje se establece una dialéctica sobre la que se construye todo el cine de Grandrieux.

Mi favorita es La vie nouvelle, que creo que es un muy buen punto de entrada para iniciarse con su obra. A nivel de montaje, y esto es una constante en toda su filmografía, es enormemente compleja. Su cine explota una serie de posibilidades y patrones formales que colocan a Grandrieux a una distancia enorme de alguien como Noé, que no deja de ser un cineasta terriblemente limitado y superficial.
 
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¿A qué tipo de "límite" te refieres? Porque en cuanto a horrores explícitos y cosas así, las imagenes que he visto tampoco llegan a tanto. O tal vez te refieras a algún tipo de límite formal a la hora de filmar, montar, etc.

(Lo sé, ésto lo tendría que descubrir yo mismo, pero ahora mismo no sé si podré ver algo de este hombre... y así, ya de paso, damos un poco más de vida a este tipo de hilos no muy frecuentados que digamos).

A mí Noé tampoco es que me vuelva loco, más que nada porque en todas sus propuestas lo ves venir con tanta crudeza, y tan evidente a la hora de plasmarla. Tendría que darle otra oportunidad. La comparación viene por lo de que ambos sean encasillados dentro de eso llamado "new french extremity"... que es, mucho me temo, la típica etiqueta de moda que no significa nada en el fondo.

Creo que también lo comparan con Murnau y los orígenes del cine, eso ya me convence más.
 
No hablo del límite para referirme a horrores explícitos que se puedan mostrar en una película. Estaba hablando desde una perspectiva formal: cómo el cineasta, a través de la puesta en escena, escruta lo indecible, ampliando el espectro de sentimientos y adentrándose, partiendo de los cuerpos y el paisaje en el que se enmarcan, en todo tipo de estados anímicos.

Creo que Grandrieux se implica de manera rotunda en sus películas, como si fuera un personaje más. A veces se intuye la sombra y respiración del cineasta en las imágenes y sonidos. Un acercamiento al dispositivo cinematográfico que lo separa completamente de Noé. No defiendo que una mayor implicación directa del artista en la obra sea necesariamente algo positivo, pero en este tipo de cine, que intenta acercarnos a experiencias y sentimientos extremos, agradezco cuando el cineasta se mancha las manos. Noé es un cobarde: siempre mantiene una distancia segura respecto a todo, encantado de juzgar y mover a sus marionetas por unas imágenes absolutamente artificiales, que buscan epatar de la manera más barata. A Grandrieux no podría importarle menos todo esto, él es un explorador, no un provocador. Creo que es muy fácil intuir estas intenciones al ver una película suya, ese continuo baile con el límite: de los sentimientos y de lo que se puede filmar.

Me interesa mucho eso que dices al final. Creo que las comparaciones que se establecen entre Grandrieux y ciertos directores del cine mudo son mucho más atinadas que aquellas que lo relacionan con el Nuevo extremismo francés. Porque es cierto que en el cine de Grandrieux hay un primitivismo muy latente: es un director consciente de la tierra que pisa y de los sonidos que dan forma a un paisaje. En esencia, su obra intenta retornar hacia algo, en parte, olvidado por el cine de hoy en día.

Por eso creo que tiene toda la razón cuando dice que el suyo no es un cine psicológico, sino de acontecimientos.

"Unos acontecimientos que habitan, atraviesan también el cuerpo de los espectadores, ¿no?

Así es, acontecimientos que habitan “en” el cuerpo del espectador y “en” el cuerpo de los actores y de los personajes. Pero unos personajes que al final son más figuras que personajes. Pues no se trata tanto de encarnar una “idea” en el cuerpo del personaje como de transmitir lo que acontece en el cuerpo. Transmitir pensamiento, pero un pensamiento que pasa “por” el cuerpo. Un pensamiento encarnado. Por eso adoro a Murnau y, particularmente, Amanecer. Pero también, por ejemplo, los filmes de Tarkovski están embebidos de esa misma necesidad.

Como el joven que no sabe cómo hacer una campana en el último episodio de Andrei Rublev. No sabe cómo hacerla, pero dice que conoce la técnica. Y, finalmente, consigue que la campana suene. ¿Consistiría en eso tu deseo de filmar?

Sí. Saber a dónde apuntas, saber cuál es el objeto, pero no conocer la manera de realizarlo o el esquema técnico. Y encontrar tu propio camino, tu propia máquina afectiva para lograrlo.

Es decir, nunca sabes si la campana va a sonar.

No. Si supieses que va a sonar, sonaría mal. Hay que asumir el riesgo de que nunca suene."

Transit: cine y otros desvíos | Entrevista a Philippe Grandrieux
 
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La vie nouvelle

Inquietante tripi visual dirigido por el hijo macarra y politoxicómano de Robert Bresson. Seguimos a un individuo en su descenso al averno, que es algún lugar de Europa del este, en busca de una prostituta con quien está obsesionado. Lo que ocurre con él (es devorado sin piedad por un mundo infernal y sórdido) no es difícil de imaginar. La gente que emerge de entre las sombras al principio bien podemos ser nosotros, espectadores, con la mirada perdida en algo fuera del plano, más allá de lo visible. Consigue el gabacho describir la pura maldad, el vicio, la explotación... sin apenas revelar nada concreto que nos horrorice, es más un horror latente y esquivo lo que nos acecha tras un efectista (a la par que elaborado) envoltorio visual y sonoro.

Nada que ver con un cine fácil y mascadito; es un tanteo constante con lo improvisado, ajeno a fórmulas, sin un devenir claro de los acontecimientos, con imágenes inestables y un montaje que no hace sino añadir más confusión, como si estuviéramos ante el recuerdo borroso de algún mal sueño.

La cámara en mano (a veces una especie de ¿cámara hiperrápida?) supone el ingrediente fundamental de todo un despliegue de recursos visuales feístas (tela marinera con la parte “begotteniana” del final) que en cierto cine europeo representan la búsqueda de un realismo puro, pero que aquí son más bien lo contrario; asumir sin reparos una plasticidad bruta de lo filmado y un acercamiento directo a ello, a los cuerpos y rostros que emergen como protagonistas, más que personajes con psicología propiamente dicha. Comprendo que algunos encuentren ésto cargante y excesivamente artístico; el efecto tan original de extrañeza puede perderse fácilmente al final... aunque por eso mismo algunos lo considerarán una experiencia hipnótica y única.
 
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