Mensch Maschine
Santur
Pues nada, acabo de ver en el Yomvi el último capítulo (creo) de esta serie documental que el profesor y escritor británico John Dickie (especializado al parecer en las mafias italianas) ha dedicado a la cocina de nuestros primos italianos, y me ha parecido un programa más que recomendable. La serie tiene un tono ligero y divertido gracias al carácter risueño de su presentador, aunque no es todo lo completo que podría haber sido (en el capítulo de la pizza, por ejemplo, hablan de todo menos de la pizza). Pero nos da a conocer de manera general la variedad de una cocina que a los españoles nos resulta especialmente familiar, y no sólo por las versiones de sus platos que nos llegan a través de las típicas franquicia. Realmente parece ser una cocina (la auténtica, claro) hecha para disfrutar y dejarte llevar sin tener que preocuparte del exceso.
Y esto me hace reflexionar sobre la suerte que tienen los italianos con su imagen ante el exterior. A pesar de su imagen negativa en muchos aspectos (totalmente merecida, a mi modo de ver), se las arreglan para saber vender lo bueno que tienen, por poco que sea, y hacer que los extranjeros disculpen sus defectos e incluso los consideren parte de su encanto como pueblo. Y si ya encima ellos saben cómo vender la moto, cuando encima tienen a un guiri que les haga ese trabajo (especialmente los británicos, que llevan siglos riéndoles las gracias), sí que son completamente imparables.
Ya sé que esto que voy a decir a lo mejor es un poco rancio y nacionalista de mi parte, pero lo que más me fastidia es ver cómo nuestra cocina tradicional, que, al igual que la propia Historia, tiene tanto en común con la de ellos, no parece tener tanta admiración popular en el extranjero. En la serie, desde luego, ni se la menta a pesar de la gran cantidad de interinfluencias culturales y figuras políticas que hemos compartido italianos y españoles a lo largo de los siglos (algo que sí se dice en la serie).
Un saludete.
Y esto me hace reflexionar sobre la suerte que tienen los italianos con su imagen ante el exterior. A pesar de su imagen negativa en muchos aspectos (totalmente merecida, a mi modo de ver), se las arreglan para saber vender lo bueno que tienen, por poco que sea, y hacer que los extranjeros disculpen sus defectos e incluso los consideren parte de su encanto como pueblo. Y si ya encima ellos saben cómo vender la moto, cuando encima tienen a un guiri que les haga ese trabajo (especialmente los británicos, que llevan siglos riéndoles las gracias), sí que son completamente imparables.
Ya sé que esto que voy a decir a lo mejor es un poco rancio y nacionalista de mi parte, pero lo que más me fastidia es ver cómo nuestra cocina tradicional, que, al igual que la propia Historia, tiene tanto en común con la de ellos, no parece tener tanta admiración popular en el extranjero. En la serie, desde luego, ni se la menta a pesar de la gran cantidad de interinfluencias culturales y figuras políticas que hemos compartido italianos y españoles a lo largo de los siglos (algo que sí se dice en la serie).
Un saludete.
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