Respuesta: Soy leyenda: final alternativo.
Vista por 2ª vez después de 5 años de por medio. En cine me pareció la planicie hecha película. No le supe ver la gracia a aquello y preferí dejar el revisionado cuando la tuviese totalmente olvidada pues me gusta, como ya sabéis, dar una segunda oportunidad.
Ayer.
(
I am legend, Francis Lawrence, 2007)
Y si bien en cine me dejó frío como un pingüino indicar que ayer me dejó en los estertores. Es un filme que contaba con un potencial abrumador. Un filme con las características necesarias para deparar un buen filme de acción pues cuenta, en principio, con un diseño de producción y una ambientación post-apocalíptica muy maja. Pero Lawrence creyó que esto debía ser enfocado desde un tono más íntimo, casi contemplativo, viendo el día a día del ser solitario frente a la selva urbana que se ha convertido Manhattan por culpa de un virus letal.
La propuesta, así tal cual, no es mala tampoco, pero leñe: dame razones para que esa decisión sea válida. No me presentes a tito Will haciendo carreras, persiguiendo una manada de ciervos escopeta en ristre y pasar al sopor hecho película como si contemplar a Will Smith comiendo y mirndo la tele fuese lo más divertido o interesante del mundo cuando se nota que el fallo está en la carencia de haberse sentado a meditar un poco más el guión y no querer pegarse la coolada del momento.
Porque esto es un filme de infectados sedientos de sangre y carne. Lo pinten como lo pinten y si no me das algo de acción que compense el tostón que me estoy tragando me siento estafado o como mínimo engañado por el truco del tocomocho. Pero ahí no acaba el error: esos infectados están taaaaan digitalizados que parecen carne de Asylum la credibilidad es nula, sin ápice de consistencia o credibilidad y acaba convirtiéndose en un mata - mata sin sentido alguno. No se puede negar que dentro de todo hay un par de escenas realmente contundentes como la entrada en la guarida (perfecta en su propuesta visual), la trampa con el sol apagándose o momentos más o menos acertados como la resolutiva del perro pero son pequeños puntos en un océano de nadería supina.
Añadámosle una enajenación poco creíble al tito Will que habla con maniquíes, recita soliloquios enteros de Shreck o canta por soleares fragmentos de Bob Marley para darle esa especie de "humanidad" enajenada al personaje y todo acaba siendo confuso a la par que vergüenzanesco. Y llegamos al final característico. Pues tanto me da el original que el alternativo. No mejora ni empeora nada, sólo que el alternativo hubiese dado algo más de coherencia a la secuela que viene y no que ahora tienen que reinventarse vayan ustedes a saber. El planteamiento general es anodino y sin mucho que rascar. Una película que prometía bastante tirando a mucho y que acabó siendo una tomadura de pelo de proporciones bastante grandes. Pues nada, otros cinco años (o más) en la nevera.