Respuesta: Stephen Hawking sugiere evitar cualquier contacto con inteligencia extrate
Esos conceptos deberían teóricamente poderse aplicar a las sociedades humanas que tomaron la decisión de explorar mundos lejanos y desconocidos (revolución de grandísimo calado, superando uno de los momentos de la historia más llenos de ensimismamiento y miedo como fue la edad media, por ejemplo), y como que no.
¿Como que no qué?
¿Como que no somos ahora un montonazo más de europeos y americanos pertenecientes a una misma civilización mucho más avanzada tecnologicamente y con una esperanza de vida de más del doble?
PD: Corrigiendo y ampliando lo que dije hace un momento, lo que planteáis no es un silogismo indemostrable, sino falso, porque parte de una premisa en absoluto demostrada: que las sociedades tecnológicamente más avanzadas son, necesariamente, más bondadosas (de hecho incluso planteáis la bondad absoluta, que aun suponiendo la veracidad de esa premisa, sería imposible calcular qué grado de refinamiento tecnológico/cultural habría que alcanzar para llegar a ella).
Por supuesto, no hablemos de sociedades de bondad absoluta, porque ya sabemos como acaban siempre: en el más absoluto de los horrores.
Por eso hablo de una ética progresista, que permita el desarrollo de la tecnología interplanetaria, estaría más basada en en la colaboración y el beneficio mutuo a largo plazo que en la simple moral bondadosa. Y eso sí que está estudiado y desarrollado en varias teorías (como la "
teoría de los juegos"). El conflicto puede dar beneficios a corto plazo pero la colaboración siempre es más beneficiosa a largo plazo.
Y los avances tecnológicos simpre va asociado a los avances éticos. No es que vayan a la par, y como nos ha enseñado el siglo XX, sociedades avanzadas tecnologicamente pueden sufrir horrendos retrocesos éticos. Pero son temporales. Y en general, se puede decir que los avances tecnológicos y las sociedades que los producen y desarrollan favorecen la supervivencia humana a largo plazo. Y, a su vez, estas sociedades pueden desarrollarse tecnologicamente porque son más benignas para el ser humano.
Jámás en la historia de la humanidad ha habido tantos seres humanos con tanta esperanza de vida como ahora. Si hablamos de la supervivencia de la humanidad fuera de la Tierra, esta estadística es lo único que cuenta. Los horrores éticos se quedan en meras pesadillas pasadas.
También hay que tener en cuenta que esos avances tecnológicos pueden hacer que la humanidad llegue a un punto crítico en el que quede amenazada su propia supervivencia por lo contrario, es decir, por un éxito tal que resulte en una superpoblación catastrófica y a una grave crísis ecológica. Superar ese punto crítico es un paso necesario que debe dar toda civilización.
Y más si pretende dar un salto interplanetario o sobrevivir en un entorno tan inhóspito como es el espacio. Olvidémonos de los escenarios típicos de las películas de ciencia ficción con galaxias superpobladas y rápidamente transitables cual autopistas, que permiten la rápida expansión de siniestros imperios.
Cuando las distancias a recorrer son tan grandes, la maldad egoista, opresora o destructiva es un signo de estupidez incompatible con la supervivencia.