Perder a un hijo es lo peor que puede pasar para un padre. Durante los tres meses que pasó mi hija en la UCI de neonatos cuando nació, me tocó vivir varias experiencias que no se las deseo a nadie. Hubieron dos que me marcaron profundamente, la primera: vi fallecer delante de mio a un bebé ingresado pocas horas antes por urgencias, nadie pudo hacer nada cuando saltaron las alarmas. Lo peor fue ver a aquellos padres desolados, llorando a su hijo, no puedo reprimir las lágrimas mientras escribo. El segundo caso me tocó mucho más cerca pues era hijo de un compañero de trabajo de mi mujer y estaba en la incubadora de al lado, una mañana me llamó mi mujer y me contó que había fallecido la noche anterior, cada vez que me acuerdo de él se me inundan los ojos de lágrimas, los padres a día de hoy creo que no se han recuperado del mazazo, y han pasado ya casi dos años.
Nosotros estuvimos a punto de perder a nuestra pequeña varias veces, los médicos nos decian que no nos hiciesemos muchas ilusiones ya que lo tenia muy dificil por ser era una prematura de 6 meses y 700gr, la vi pasar muy malos momentos pero por suerte fue una luchadora y salió adelante sin ninguna secuela, pero ese periodo vivio no creo que lo olvide mientras viva.