Mo Cuishle dijo:
Habría que preguntarle a la engañada o el engañado el humor con que se lo toman, no a la tercera persona que mira desde la distancia.
La vida es un drama mientras la vives, pero, si sabes vivirla, puede ser una comedia cuando la recuerdas.
El caso que comentaba tiene guasa: un señor brasileño, de unos 50 tacos, que tras 8 matrimonios con mujeres infieles, se toma su propia historia a cachondeo y funda un club de cornudos... admirable espíritu el de este hombre, que da consejos a otros cornudos para pasar el mal trago y quitarle hierro al asunto. En sus propias palabras: "Ser cornudo no es extraño, lo que pasa es que nadie lo admite". Este hombre ha escrito, entre otros, libros con títulos como "Los cornudos también son gente", "Dolor del cuerno", o "Cornudos unidos, jamás serán vencidos".
Si algo importante hemos descubierto por fin en las últimas décadas de humanidad, es que el ser humano dista mucho de ser perfecto, y que toda filosofía, religión, sistema social o político que base sus premisas en exceso en la creencia de valores superiores y el castigo severo de las infracciones morales, está condenado al fracaso. En
Espartaco de Stanley Kubrick, el personaje de Charles Laughton lanzaba una gloriosa reflexión sobre esto: "Todos los tiranos hablan de virtud y son gente virtuosa. La democracia, sin embargo, es corrupta, pero mucho más sostenible, mientras tenga un grado razonable de corrupción."
Gracias a Dios, a día de hoy no se lapida a los adúlteros, y a muchos de los que dicen "de este agua no beberé" la vida les da sorpresas, de hecho, sobre todo a estos...