Max Renn
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Aparte de la histórica y ASOMBROSA remontada de los Seattle Seahawks a los Green Bay Packers, se está hablando de algo que uno jamás esperaría...
Antes de la inminente gran final de la Superbowl en Phoenix (Arizona) que enfrentará el 1 de febrero a Seattle Seahawks y New England Patriots (impresionante choque entre los dos grandes favoritos), ha saltado el escándalo de los balones desinflados que utilizaron los Patriots en la final de Conferencia ante Indianápolis Colts. Los de New England arrasaron a los Colts, un jugador de Colts se quejó del balón y en los últimos días la NFL ha abierto una investigación para dilucidar lo que ocurrió y si se incurrió en una ilegalidad. En las últimas noticias que leo parece ser que la NFL ha confirmado que los balones utilizados durante el primer periodo del partido estaban por debajo de la presión reglamentaria.
Todo este tema ha generado un lío monumental que perjudica la imagen de los Patriots, que fue el equipo local y quien suministró los balones. Me imagino que ahora, en la Superbowl, los aficionados que no son ni de un equipo ni de otro irán en contra de Tom Brady y cía.
¡¡¡Hasta en el superprofesionalizado deporte americano de élite se hacen trampas!!!
En esta entrada del blog Zona Roja lo analizan:
No lo saben muchos aficionados, pero antes de los partidos era práctica habitual modificar los balones. Hasta el año 2000, era responsabilidad del equipo local proveer los 24 de partido que se usaban en el día. Un balón de NFL directo desde la fábrica es tan difícil de lanzar como es de atrapar, se asemeja a un ladrillo resbaladizo. Entonces, desde la intimidad del vestuario y antes de los partidos, los jugadores le quitábamos el brillo a los balones con cepillos o a mano, los desinflábamos del todo para luego inflarlos de nuevo y así estirar el cuero. Hay equipos que hasta los pasaban por un ciclo en la secadora. Los hay que hacían esto, pero por supuesto no los Steelers… En los Steelers éramos honrados y nunca desobedecíamos las reglas. Y cuando esos otros equipos —no los Steelers— terminaban con los balones, los volvían a meter en sus bolsas de plástico y envoltorios originales como si nada. Y estos equipos —no los Steelers— esperaban a que los árbitros inspeccionaran los balones para luego soltarles aire y así hacerlos más manejables para el quarterback. Era una ventaja para ambos bandos, ya que usaban los mismos balones. —Terry Bradshaw en ‘It’s Only a Game’
Aunque todo realmente empezó en el segundo cuarto con D'Qwell Jackson, el linebacker de los Colts que interceptó a Brady y se acercó a los colegiados para quejarse del balón. La NFL ha abierto un expediente y, en teoría, pronto sabremos más. Es debido apuntar que los 12 balones inspeccionados eran los de los Patriots… Si la liga comprueba que los de los Colts eran diferentes, tenemos en nuestras manos un enorme lío. Mientras tanto, podemos darle más vueltas a este tinglado.
1. El frío. Graham Gano, kicker de los Panthers, contribuyó a la discusión con un interesante apunte. En una serie de cuatro tweets, dijio lo siguiente: “Cuando los árbitros comprueban la integridad de los balones, lo hacen dentro, en el calor. Es algo frustrante, porque con el frío los balones pierden presión. En el encuentro de playoffs que jugamos en casa, le pedí al árbitro que comprobase de nuevo el balón porque me parecía que estaba desinflado. Me dijo que las normas no le permitían hacerlo. Quizá la liga pueda hacer algo al respecto porque no mola nada patear balones deshinchados”. El día siguiente, Ganó dijo: “¡No hablaba de los Patriots! Dudo mucho que el frío pueda quitarle dos libras PSI al balón".
2. Cámaras. Andrew Luck tuvo su peor día de la temporada el domingo, completando apenas 12 de 23 pases por 126 yardas y un QB rating de 23.0. ¿Fue porque los balones de los Patriots eran más blandos que los de los Colts? Si tomamos el testimonio de Bradshaw como ejemplo, en principio todos los balones estarían igual de hinchados para unos como para otros. Mientras tanto, el Boston Globe se pregunta: “La NFL hizo alarde de tener unas 46 cámaras operativas durante el encuentro, ¿de verdad pensáis que ninguna hubiese captado a un utillero o al propio Belichick metiéndole una aguja a algún balón?”.
3. La excepción. A Aaron Rodgers le gusta cuando el balón está inflado de más. Eso le dijo a Phil Simms de CBS: “Me gusta empujar los límites y meter el máximo aire posible dentro del balón. Luego compruebo si los árbitros le sacan aire o no. Esto no constituye una ventaja, los balones apenas los pateamos”. Joe Biden, vicepresidente de EE UU (en el último vídeo) dice: "Como exreceptor, está claro que es mucho mejor jugar con un balón más blando".
4. Riesgo innecesario. Dos horas y quince minutos antes de kickoff. Es entonces cuando estipula el reglamento que se ha de comprobar la calidad y presión aérea de los balones. Dos horas y quince minutos dan para mucho… Pero, ¿de verdad necesitaba Belichick recurrir a algo así? Por muy paranoico que sea, no creo que temiese ni por un instante caer ante los Colts. Entre el encuentro de playoffs del año pasado y los dos choques de esta campaña, los Pats han marcado 130 puntos, concedido 49 y sumado 657 yardas de carrera. Los Colts, sencillamente, son muy malos ante la carrera y Belichick es el primero que lo sabe.
5. Antecedentes. El SpyGate de 2007 es el principal motivo por el que hay que tomar las acusaciones de los balones muy en serio. Belichick, entonces, ordenó que se grabaran las señales de los coordinadores defensivos de los Jets durante un partido y desde un costado del estadio. Al técnico de los Pats se le encontró culpable, se le impuso la mayor sanción a un entrenador de la historia (500.000 dólares), se multó a los Patriots con $250.000 y se les quitó una primera ronda del Draft de 2008. La clave de todo esto es una conversación entre Kraft y Belichick que el propio dueño desveló: [Kraft] Bill, de uno a cien… Dime, ¿cuánto nos ayudó deportivamente lo de las cintas? [Belichick] Diría que uno. [Kraft] Entonces has sido un verdadero idiota.
6. Super Bowl / Super Scandal. Cabe recordar que Pete Carroll se escapó por los pelos de una tormenta en USC, la universidad en la que entrenó de 2000 hasta 2009. Cosa que no pudo hacer Reggie Bush estando ya en la NFL… Se descubrió que bajo Carroll, Bush había aceptado regalos de su agente (una casa para un familiar, entre otras cosas) y rescindido su estatus de amateur, algo terminantemente prohibido por la NCAA. Bush tuvo que devolver su trofeo Heisman de 2005 y la universidad sufrió duras represalias. Pero Carroll se libró justo a tiempo.
Conclusión. Sabemos que Belichick tomaba riesgos innecesarios antes del 2008. ¿Los seguiría tomando ahora con SpyGate en sus antecedentes? ¿Es algo que hacen todos los equipos? Sólo nos lo hará saber el tiempo o una investigación apta por parte de la NFL.
@danihidalgo
http://blogs.as.com/zona-roja/2015/...r-o-no-desinflar-esa-es-la-pregunta.html#more