Encuesta en Verso

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Pues lo que más me gusta de la poesía es precisamente eso: que en diez versos te puede transmitir tanto o más que una novela de 500 páginas. Son medios de expresión diferentes, cierto; pero para un culo inquieto como yo, tiene mucha importancia. :cuniao

Seguimos con la Oda a la vida retirada de Fray Luis de León, poema popularísimo del que, por desgracia, sólo suelen recordarse los dos primeros versos, cuando es una obra maestra desde la primera palabra hasta la última. Además, y aunque sea un tópico renacentista, es un ideal de vida al que aspiro y que me encantaría poder realizar, aunque a día de hoy supongo que es imposible.

(Para darle un poco de vidilla al hilo, podríamos comentar algo más ¿eh? Venga, no seamos vagos, que ésto no sea un simple corta-pega de poemas).


¡Qué descansada vida
la del que huye del mundanal ruïdo,
y sigue la escondida
senda, por donde han ido
los pocos sabios que en el mundo han sido;
Que no le enturbia el pecho
de los soberbios grandes el estado,
ni del dorado techo
se admira, fabricado
del sabio Moro, en jaspe sustentado!

No cura si la fama
canta con voz su nombre pregonera,
ni cura si encarama
la lengua lisonjera
lo que condena la verdad sincera.

¿Qué presta a mi contento
si soy del vano dedo señalado;
si, en busca deste viento,
ando desalentado
con ansias vivas, con mortal cuidado?

¡Oh monte, oh fuente, oh río,!
¡Oh secreto seguro, deleitoso!
Roto casi el navío,
a vuestro almo reposo
huyo de aqueste mar tempestuoso.

Un no rompido sueño,
un día puro, alegre, libre quiero;
no quiero ver el ceño
vanamente severo
de a quien la sangre ensalza o el dinero.

Despiértenme las aves
con su cantar sabroso no aprendido;
no los cuidados graves
de que es siempre seguido
el que al ajeno arbitrio está atenido.

Vivir quiero conmigo,
gozar quiero del bien que debo al cielo,
a solas, sin testigo,
libre de amor, de celo,
de odio, de esperanzas, de recelo.

Del monte en la ladera,
por mi mano plantado tengo un huerto,
que con la primavera
de bella flor cubierto
ya muestra en esperanza el fruto cierto.

Y como codiciosa
por ver y acrecentar su hermosura,
desde la cumbre airosa
una fontana pura
hasta llegar corriendo se apresura.

Y luego, sosegada,
el paso entre los árboles torciendo,
el suelo de pasada
de verdura vistiendo
y con diversas flores va esparciendo.

El aire del huerto orea
y ofrece mil olores al sentido;
los árboles menea
con un manso ruïdo
que del oro y del cetro pone olvido.

Téngase su tesoro
los que de un falso leño se confían;
no es mío ver el lloro
de los que desconfían
cuando el cierzo y el ábrego porfían.

La combatida antena
cruje, y en ciega noche el claro día
se torna, al cielo suena
confusa vocería,
y la mar enriquecen a porfía.

A mí una pobrecilla
mesa de amable paz bien abastada
me basta, y la vajilla,
de fino oro labrada
sea de quien la mar no teme airada.

Y mientras miserable-
mente se están los otros abrazando
con sed insacïable
del peligroso mando,
tendido yo a la sombra esté cantando.

A la sombra tendido,
de hiedra y lauro eterno coronado,
puesto el atento oído
al son dulce, acordado,
del plectro sabiamente meneado.
 
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Indeseable.

No me deja pasar el guardia.
He traspasado el límite de edad.
Provengo de un país que ya no existe.
Mis papeles no están en orden.
Me falta un sello.
Necesito otra firma.
No hablo el idioma.
No tengo cuenta en el banco.
Reprobé el examen de admisión.
Cancelaron mi puesto en la gran fábrica.
Me desemplearon hoy y para siempre.
Carezco por completo de influencias.
Llevo aquí en este mundo largo tiempo.
Y nuestros amos dicen que ya es hora
de callarme y hundirme en la basura.

José Emilio Pacheco
 
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Con motivo de la llegada de un amigo

-Oh, amigo mío, el de las largas piernas,
El de las largas piernas de progreso.
¿Por qué a París tan azorado vienes?
¿Qué hay tras el Rhin de nuevo?
¿Ha sonado por fin en nuestra patria
De libertad el salvador acento?
-Todo va a maravilla: en nuestra patria
Hay paz fecunda, bendición del cielo;
Y Alemania, con pie firme y seguro,
Con pacíficos medios,
En lo exterior y en lo interior su vida,
Poco a poco, con calma, va extendiendo.
Prósperos somos, sí; no la de Francia
Prosperidad superficial tenemos,
Donde la libertad va destrozando
El exterior progreso:
Su libertad el alemán no lleva
Sino de su alma en los profundos senos.
Ya acabóse la iglesia de Colonia;
De Hohenzollern al linaje excelso
Debemos tal merced; Halzbourgo un poco
Contribuyó a tal hecho,
Y un rey de Wittelsbach fue el encargado
De hacer pintar los vidrios con esmero.
Leyes, constitución y libertades,
Con palabra del Rey nos prometieron,
Y del Rey la palabra soberana
Joya es de tanto precio,
Cual de los Niebelungos el tesoro
Que del Rhin enterrado está en el lecho.
El libre Rhin, el Bruto de los ríos,
Que nadie ha de robarnos en su anhelo,
Los holandeses graves lo sostienen
Por las plantas sujeto,
Y los suizos pacíficos lo guardan
Por la altiva cabeza prisionero.
Dios también una flota nos regala;
De una armada alemana, ya hablaremos;
Y la sobra de vida de la patria
Ya sobre barcos nuestros
Se extenderá gallarda y altanera,
De corrección las casas suprimiendo.
Llegó la primavera; la flor brota,
Los gérmenes estallan ante el viento;
Respiremos pacíficos y libres,
De la naturaleza libre en medio;
Y como nuestros libros se prohíben
Antes de estar impresos,
Seguramente dejará bien pronto
La censura cruel de ser un hecho.

Heinrich Heine
 
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Lector

Lector: si oyes los rumores
de la ignorada arpa mía,
oíras ecos de dolores;
más sabe que tengo flores
también, de dulce alegría.

Rubén Darío
 
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Tu Paris

Tu Parìs , a mi entender , era americano .
Quise darte la razòn.
Cuando saliste ,entre un estallido de exclamaciones ,
del hotel des Deux Continents ,
pasando de un marco a otro marco ,
de una calle a otra calle , de la pintura impresionista
a la sombra del castaño de Hemingway ,
Fitzgerald , Henry Miller o Gertrude Stein ,
apartè mi Parìs de ti. Mi Parìs
ùnicamente no era alemàn . La capital
de la Ocupaciòn y de la antigua pesadilla .
Leì cada cicatriz de bala en la mamposterìa del Quai
con raro sentimiento familiar ,
y mirè la afligida y soleada revelaciòn del pavimento
como por debajo . Habìa ensayado yo
cuidadosamente , una y otra vez , precisamente tales momentos .
La mayor parte de mi vida , dirìa . Mientras
tù me llamabas Aristide Bruant y querìas
dibujar les toits , y tus èxtasis rebotaban
desde los muros con grietas y costras de carteles .
Oì el contrapunto del contrabajo
en mi ponderado anàlisis de perro olfateador
en las sillas de los cafès donde manìquies de las SS
habìan representado tableaux vivants
tan recientemente que aùn estaba amargo el cafè
como las bellotas, y los ojos de los camareros
atascados con posos de traiciòn , represalia y odio .
Yo no estaba tan fascinado por la vista de los tejados .
Mi Parìs era un superviviente ùtil de la posguerra .
El hedor del miedo colgaba aùn de los armarios .
Collaborateurs apenas pasados sus veinte años .
Los rostros de los demàs cerrados por los Campos
o el Maquis . Era un observador de fantasmas .
Mis perpesctivas se velaban por lo que ascendiò
como el metano de la fosa comùn que se
abriò en Verdùn . Para todos vosotros
no era sino el anecdòtico toque estètico
del retrato que Pìcasso hizo
de Apollinaire , con su prolèptica señal
para la bala . Y donde fuera
que se posara tu vista , tu inmaculada paleta ,
el gran diccionario de tus gritos ,
tocò en sus tintes y texturas .Tu jerga
siempre como igniciòn de combustible para una emergencia
que te protegiera de la combustiòn espontànea
te protegiò a ti
y a tu Parìs . Era gasoil ardiendo
para el perro que estaba en mì . Chamuscò
cada sensaciòn y cara aroma . Y sellò
aquel sòtano , tu refugio ,
aquella habitaciòn donde aùn esperabas
que tu torturador
se acordara de divertirse . Aquellas paredes ,
con carteles harapientos , eran tu propia piel desollada -
extendida sobre tu dios de piedra .
Lo que a mi lado caminaba estaba desollado ,
una herida ambulante que el aire
empujando en sentido contrario mantenìa en fiebre , retrocediendo
hacia las agonìas . Tus labios adiestrados
tradujeron los espasmos en parloteos afectivos
que los disculpaban - lo que descifrè
en un lenguaje , absolutamente nuevo para mì ,
con significados conjeturales y desesperanzadamente erròneos .
No me diste ninguna pista de còmo , en cada esquina ,
mis dedos enlazados a los tuyos , aguardaban
el definitivo cara a cara de una revelaciòn
que asiese tu cuerpo entero . Tu Parìs
era el secreter de una pension
donde tus cartas
le esperaban sin abrir , Era un laberinto
donde aùn caìas , esparciendo làgrimas .
Era un sueño en el que no podìas
despertar ni hallar la salida ,
ni el Minotauro que pusiera un final feliz
a la tormenta . Por cuàntas millas de bùsqueda
arrastraste tu dolor
que para mì no eran sino simple pavimento , aunque
rasguñado por raras y fallidas balas històricas.
El perro que habìa en mì , feliz de protegerte
de tu agitaciòn y tus horas de piedra ,
como perro de ciego , fiel para evitarte tropiezos ,
bostezò y dio cabezadas viendo còmo te tranquilizabas
con tus antiestèticos tejados , tus dibujos , como a tientas ,
con alguna señal de tràfico , una botella o conmigo , sin màs .


Ted Hughes
 
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Preguntas de un obrero ante un libro

Tebas, la de las Siete Puertas, ¿quién la construyó?
En los libros figuran los nombres de los reyes.
¿Arrastraron los reyes los grandes bloques de piedra?
Y Babilonia, destruida tantas veces,
¿quién la volvió a construir otras tantas? ¿En qué casas
de la dorada Lima vivían los obreros que la construyeron?
La noche en que fue terminada la Muralla china,
¿a dónde fueron los albañiles? Roma la Grande
está llena de arcos de triunfo. ¿Quién los erigió?
¿Sobre quiénes triunfaron los Césares? Bizancio, tan cantada,
¿tenía sólo palacios para sus habitantes? Hasta en la fabulosa Atlántida,
la noche en que el mar se la tragaba, los habitantes clamaban
pidiendo ayuda a sus esclavos.
El joven Alejandro conquistó la India.
¿El sólo?
César venció a los galos.
¿No llevaba consigo ni siquiera un cocinero?
Felipe II lloró al hundirse
su flota. ¿No lloró nadie más?
Federico II ganó la Guerra de los Siete Años.
¿Quién la ganó, además?
Una victoria en cada página.
¿Quién cocinaba los banquetes de la victoria?
Un gran hombre cada diez años.
¿Quién paga sus gastos?
Una pregunta para cada historia.


Bertolt Bretch
 
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Del Brecht poeta hay demasiado poco publicado en España.
 
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No dejeis morir este post...;)

Hasta mi corazón, desde un país lejano,
sopla un aire asesino:
¿qué son esas colinas recordadas,
azules, y qué torres y qué granjas?

Es el país de la dicha perdida.
Yo veo su extensión brillante.
Carreteras felices por las que me marché
y a las que no podré volver de nuevo.

A. E. Housman
 
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Dicen que es triste mi poesía, no me extraña.
Su estrecha medida abarca
lágrimas de eternidad y de pena.
No mías, sino del hombre.

Esto es para los enfermos,
los no nacidos, los nunca llegados,
para que ellos lean cuando sientan las angustias
que yo ya no sienta.

A. E. Housman
 
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Ciencia de amor.

No sé. Sólo me llega, en el venero
de tus ojos, la lóbrega noticia
de Dios; sólo en tus labios, la caricia
de un mundo en mies, de un celestial granero.



¿Eres limpio cristal, o ventisquero
destructor? No, no sé... De esta delicia,
yo sólo sé su cósmica avaricia,
el sideral latir con que te quiero.



Yo no sé si eres muerte o eres vida,
si toco rosa en ti, si toco estrella,
si llamo a Dios o a ti cuando te llamo.



Junco en el agua o sorda piedra herida,
sólo sé que la tarde es ancha y bella,
sólo sé que soy hombre y que te amo.



Dámaso Alonso
 
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A. E. Housman

De nadie, ni aún en Cambridge, fue la culpa
-del destino del hombre, si quereis-.
Herido el corazón en Londres, fue,
en su generación, el latinista.

Eligió esa aridez. Guardó las lágrimas
en un cajón, como postales sucias.
Comer fue su amor público; los pobres
y la violencia fueron el privado.

En crueles notas para injustos libros
tímidamente ataca aquella vida.
Gastó el dinero de sus sentimientos

en el trato sin critica entre muertos,
donde solo había límites geográficos
entre el soldado ahorcado y el maestro.

W. H. Auden
 
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Sin ranas en japon

Hojeo al azar
mi diccionario inglés-japones
y no encuentro la palabra rana.
No está aquí.
¿Significa eso que en Japon no hay ranas?

Brautigan

Bar americano en Tokyo

Me encuentro en un bar repleto de
jovenes y esnobs ejecutivos
americanos,
bebiendo e intentando ligar con
mujeres japonesas.
Es muy difícil encontrar inspiracion
aquí
como atestigua este poema.

Brautigan

Gusanos

Las distancias de la soledad
hacen que la cuarta dimension
se parezca a tres cuervos hambrientos
mirando a un gusano para comerselo.

Brautigan

Tokyo, 11 de Junio de 1976

Tengo los cinco poemas
que he escrito esta mañana
en un cuaderno
en el mismo bolsillo donde
llevo mi pasaporte. Son
la misma cosa.

Brautigan

brautigan.jpg
 
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¿Quién es este Brautigan? Es la primera vez que oigo hablar de él y tiene su puntito. Me recuerda un poco a Ángel González.

Y ahora uno de los monumentos más grandes que ha dado la lengua castellana. Para leerlo despacio; y leerlo cien veces, y luego doscientas:


Diré cómo nacisteis, placeres prohibidos,
como nace un deseo sobre torres de espanto,
amenazadores barrotes, hiel descolorida,
noche petrificada a fuerza de puños,
ante todos, incluso el más rebelde,
apto solamente en la vida sin muros.

Corazas infranqueables, lanzas o puñales,
todo es bueno si deforma un cuerpo;
tu deseo es beber esas hojas lascivas
o dormir en ese agua acariciadora.
No importa;
Ya declaran tu espíritu impuro.

No importa la pureza, los dones que un destino
levantó hacia las aves con manos imperecederas;
no importa la juventud, sueño más que hombre,
la sonrisa tan noble, playa de seda bajo la tempestad
de un régimen caído.

Placeres prohibidos, planetas terrenales,
miembros de mármol con sabor de estío,
jugo de esponjas abandonadas por el mar,
flores de hierro, resonantes como el pecho de un hombre.

Soledades altivas, coronas derribadas,
libertades memorables, manto de juventudes;
quien insulta esos frutos, tinieblas en la lengua,
es vil como un rey, como sombra de rey
arrastrándose a los pies de la tierra
para conseguir un trozo de vida.

No sabía los límites impuestos,
límites de metal o papel,
ya que el azar le hizo abrir los ojos bajo una luz tan alta,
adonde no llegan realidades vacías,
leyes hediondas, códigos, ratas de paisajes derruidos.

Extender entonces la mano
es hallar una montaña que prohíbe,
un bosque impenetrable que niega,
un mar que traga adolescentes rebeldes.

Pero si la ira, el ultraje, el oprobio y la muerte,
ávidos dientes sin carne todavía,
amenazan abriendo sus torrentes,
de otro lado vosotros, placeres prohibidos,
bronce de orgullo, blasfemia que nada precipita,
tendéis en una mano el misterio.
Sabor que ninguna amargura corrompe,
cielos, cielos relampagueantes que aniquilan.
Abajo estatuas anónimas,
sombras de sombras, miseria, preceptos de niebla;
una chispa de aquellos placeres
brilla en la hora vengativa.
Su fulgor puede destruir vuestro mundo.

LUIS CERNUDA
 
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[FONT=Arial, Helvetica, sans-serif]AULLIDO

I
[/FONT] [FONT=Arial, Helvetica, sans-serif]
[/FONT]
[FONT=Arial, Helvetica, sans-serif]Vi las mejores mentes de mi generación destruidas por la locura, hambrientas histéricas desnudas,
arrastrándose por las calles de los negros al amanecer en busca de un colérico pinchazo,
hipsters con cabezas de ángel ardiendo por la antigua conexión celestial con el estrellado dínamo de la maquinaria nocturna,
que pobres y harapientos y ojerosos y drogados pasaron la noche fumando en la oscuridad sobrenatural de apartamentos de agua fría, flotando sobre las cimas de las ciudades contemplando jazz,
que desnudaron sus cerebros ante el cielo bajo el El y vieron ángeles mahometanos tambaleándose sobre techos iluminados,
que pasaron por las universidades con radiantes ojos imperturbables alucinando Arkansas y tragedia en la luz de Blake entre los maestros de la guerra,
que fueron expulsados de las academias por locos y por publicar odas obscenas en las ventanas de la calavera,
que se acurrucaron en ropa interior en habitaciones sin afeitar, quemando su dinero en papeleras y escuchando al Terror a través del muro,
que fueron arrestados por sus barbas púbicas regresando por Laredo con un cinturón de marihuana hacia Nueva York,
que comieron fuego en hoteles de pintura o bebieron trementina en Paradise Alley, muerte, o sometieron sus torsos a un purgatorio noche tras noche,
con sueños, con drogas, con pesadillas que despiertan, alcohol y verga y bailes sin fin,
incomparables callejones de temblorosa nube y relámpago en la mente saltando hacia los polos de Canadá y Paterson, iluminando todo el inmóvil mundo del intertiempo,
realidades de salones de Peyote, amaneceres de cementerio de árbol verde en el patio trasero, borrachera de vino sobre los tejados, barrios de escaparate de paseos drogados luz de tráfico de neón parpadeante, vibraciones de sol, luna y árbol en los rugientes atardeceres invernales de Brooklyn, desvaríos de cenicero y bondadosa luz reina de la mente,
que se encadenaron a los subterráneos para el interminable viaje desde Battery al santo Bronx en benzedrina hasta que el ruido de ruedas y niños los hizo caer temblando con la boca desvencijada y golpeados yermos de cerebro completamente drenados de brillo bajo la lúgubre luz del Zoológico,
que se hundieron toda la noche en la submarina luz de Bickford salían flotando y se sentaban a lo largo de tardes de cerveza desvanecida en el desolado Fugazzi’s, escuchando el crujir del Apocalipsis en el jukebox de hidrógeno,
que hablaron sin parar por setenta horas del parque al departamento al bar a Bellevue al museo al puente de Brooklyn,
un batallón perdido de conversadores platónicos saltando desde las barandas de salidas de incendio desde ventanas desde el Empire State desde la luna,
parloteando gritando vomitando susurrando hechos y memorias y anécdotas y excitaciones del globo ocular y shocks de hospitales y cárceles y guerras,
intelectos enteros expulsados en recuerdo de todo por siete días y noches con ojos brillantes, carne para la sinagoga arrojada en el pavimento,
que se desvanecieron en la nada Zen Nueva Jersey dejando un rastro de ambiguas postales del Atlantic City Hall,
sufriendo sudores orientales y crujidos de huesos tangerinos y migrañas de la china con síndrome de abstinencia en un pobremente amoblado cuarto de Newark,
que vagaron por ahí y por ahí a medianoche en los patios de ferrocarriles preguntándose dónde ir, y se iban, sin dejar corazones rotos,
que encendieron cigarrillos en furgones furgones furgones haciendo ruido a través de la nieve hacia granjas solitarias en la abuela noche,
que estudiaron a Plotino Poe San Juan de la Cruz telepatía bop kabbalah porque el cosmos instintivamente vibraba a sus pies en Kansas,
que vagaron solos por las calles de Idaho buscando ángeles indios visionarios que fueran ángeles indios visionarios,
que pensaron que tan sólo estaban locos cuando Baltimore refulgió en un éxtasis sobrenatural,
que subieron en limosinas con el chino de Oklahoma impulsados por la lluvia de pueblo luz de calle en la medianoche invernal,
que vagaron hambrientos y solitarios en Houston en busca de jazz o sexo o sopa, y siguieron al brillante Español para conversar sobre América y la Eternidad, una tarea inútil y así se embarcaron hacia África,
que desaparecieron en los volcanes de México dejando atrás nada sino la sombra de jeans y la lava y la ceniza de la poesía esparcida en la chimenea Chicago,
que reaparecieron en la costa oeste investigando al F.B.I. con barba y pantalones cortos con grandes ojos pacifistas sensuales en su oscura piel repartiendo incomprensibles panfletos,
que se quemaron los brazos con cigarrillos protestando por la neblina narcótica del tabaco del Capitalismo,
que distribuyeron panfletos supercomunistas en Union Square sollozando y desnudándose mientras las sirenas de Los Álamos aullaban por ellos y aullaban por la calle Wall, y el ferry de Staten Island también aullaba,
que se derrumbaron llorando en gimnasios blancos desnudos y temblando ante la maquinaria de otros esqueletos,
que mordieron detectives en el cuello y chillaron con deleite en autos de policías por no cometer más crimen que su propia salvaje pederastia e intoxicación,
que aullaron de rodillas en el subterráneo y eran arrastrados por los tejados blandiendo genitales y manuscritos,
que se dejaron follar por el culo por santos motociclistas, y gritaban de gozo,
que mamaron y fueron mamados por esos serafines humanos, los marinos, caricias de amor Atlántico y Caribeño,
que follaron en la mañana en las tardes en rosales y en el pasto de parques públicos y cementerios repartiendo su semen libremente a quien quisiera venir,
que hiparon interminablemente tratando de reír pero terminaron con un llanto tras la partición de un baño turco cuando el blanco y desnudo ángel vino para atravesarlos con una espada,
que perdieron sus efebos por las tres viejas arpías del destino la arpía tuerta del dólar heterosexual la arpía tuerta que guiña el ojo fuera del vientre y la arpía tuerta que no hace más que sentarse en su culo y cortar las hebras intelectuales doradas del telar del artesano,
que copularon extáticos e insaciables con una botella de cerveza un amorcito un paquete de cigarrillos una vela y se cayeron de la cama, y continuaron por el suelo y por el pasillo y terminaron desmayándose en el muro con una visión del coño supremo y eyacularon eludiendo el último hálito de conciencia,
que endulzaron los coños de un millón de muchachas estremeciéndose en el crepúsculo, y tenían los ojos rojos en las mañanas pero estaban preparados para endulzar el coño del amanecer, resplandecientes nalgas bajo graneros y desnudos en el lago,
que salieron de putas por Colorado en miríadas de autos robados por una noche, N.C. héroe secreto de estos poemas, follador y Adonis de Denver -regocijémonos con el recuerdo de sus innumerables jodiendas de muchachas en solares vacíos y patios traseros de restaurantes, en desvencijados asientos de cines, en cimas de montañas, en cuevas o con demacradas camareras en familiares solitarios levantamientos de enaguas y especialmente secretos solipsismos en baños de gasolineras y también en callejones de la ciudad natal,
que se desvanecieron en vastas y sórdidas películas, eran cambiados en sueños, despertaban en un súbito Manhattan y se levantaron en sótanos con resacas de despiadado Tokai y horrores de sueños de hierro de la tercera avenida y se tambalearon hacia las oficinas de desempleo,
que caminaron toda la noche con los zapatos llenos de sangre sobre los bancos de nieve en los muelles esperando que una puerta se abriera en el East River hacia una habitación llena de vapor caliente y opio,
que crearon grandes dramas suicidas en los farellones de los departamentos del Hudson bajo el foco azul de la luna durante la guerra y sus cabezas serán coronadas de laurel y olvido,
que comieron estofado de cordero de la imaginación o digirieron el cangrejo en el lodoso fondo de los ríos de Bowery,
que lloraron ante el romance de las calles con sus carritos llenos de cebollas y mala música,
[/FONT]
[FONT=Arial, Helvetica, sans-serif]que se sentaron sobre cajas respirando en la oscuridad bajo el puente y se levantaron para construir clavicordios en sus áticos,
que tosieron en el sexto piso de Harlem coronados de fuego bajo el cielo tubercular rodeados por cajas naranjas de Teología,
que escribieron frenéticos toda la noche balanceándose y rodando sobre sublimes encantamientos que en el amarillo amanecer eran estrofas incoherentes,
que cocinaron animales podridos pulmón corazón pié cola borsht & tortillas soñando con el puro reino vegetal,
que se arrojaron bajo camiones de carne en busca de un huevo,
que tiraron sus relojes desde el techo para emitir su voto por una eternidad fuera del tiempo, & cayeron despertadores en sus cabezas cada día por toda la década siguiente,
que cortaron sus muñecas tres veces sucesivamente sin éxito, desistieron y fueron forzados a abrir tiendas de antigüedades donde pensaron que estaban envejeciendo y lloraron,
que fueron quemados vivos en sus inocentes trajes de franela en Madison Avenue entre explosiones de versos plúmbeos & el enlatado martilleo de los férreos regimientos de la moda & los gritos de nitroglicerina de maricas de la publicidad & el gas mostaza de inteligentes editores siniestros, o fueron atropellados por los taxis ebrios de la realidad absoluta,
que saltaron del puente de Brooklyn esto realmente ocurrió y se alejaron desconocidos y olvidados dentro de la fantasmal niebla de los callejones de sopa y carros de bomba del barrio Chino, ni siquiera una cerveza gratis,
que cantaron desesperados desde sus ventanas, se cayeron por la ventana del metro, saltaron en el sucio Passaic, se abalanzaron sobre negros, lloraron por toda la calle, bailaron descalzos sobre vasos de vino rotos y discos de fonógrafo destrozados de nostálgico Europeo jazz Alemán de los años 30 se acabaron el whisky y vomitaron gimiendo en el baño sangriento, con lamentos en sus oídos y la explosión de colosales silbatos de vapor,
que se lanzaron por las autopistas del pasado viajando hacia la cárcel del gólgota -solitario mirar- autos preparados de cada uno de ellos o Encarnación de Jazz de Birmingham,
que condujeron campo traviesa por 72 horas para averiguar si yo había tenido una visión o tú habías tenido una visión o él había tenido una visión para conocer la eternidad,
que viajaron a Denver, murieron en Denver, que volvían a Denver; que velaron por Denver y meditaron y andaban solos en Denver y finalmente se fueron lejos para averiguar el tiempo, y ahora Denver extraña a sus héroes,
que cayeron de rodillas en desesperanzadas catedrales rezando por la salvación de cada uno y la luz y los pechos, hasta que al alma se le iluminó el cabello por un segundo,
que chocaron a través de su mente en la cárcel esperando por imposibles criminales de cabeza dorada y el encanto de la realidad en sus corazones que cantaba dulces blues a Alcatraz,
que se retiraron a México a cultivar un hábito o a Rocky Mount hacia el tierno Buda o a Tánger en busca de muchachos o a la Southern Pacific hacia la negra locomotora o de Harvard a Narciso a Woodland hacia la guirnalda de margaritas o a la tumba,
que exigieron juicios de cordura acusando a la radio de hipnotismo y fueron abandonados con su locura y sus manos y un jurado indeciso,
que tiraron ensalada de papas a los lectores de la CCNY sobre dadaísmo y subsiguientemente se presentan en los escalones de granito del manicomio con las cabezas afeitadas y un arlequinesco discurso de suicidio, exigiendo una lobotomía al instante,
y recibieron a cambio el concreto vacío de la insulina Metrazol electricidad hidroterapia psicoterapia terapia ocupacional ping pong y amnesia,
que en una protesta sin humor volcaron sólo una simbólica mesa de ping pong, descansando brevemente en catatonia,
volviendo años después realmente calvos excepto por una peluca de sangre, y de lágrimas y dedos, a la visible condenación del loco de los barrios de las locas ciudades del Este,
los fétidos salones del Pilgrim State Rockland y Greystones, discutiendo con los ecos del alma, balanceándose y rodando en la banca de la soledad de medianoche reinos dolmen del amor, sueño de la vida una pesadilla, cuerpos convertidos en piedra tan pesada como la luna,
con la madre finalmente ****** http://www.cyberhumanitatis.uchile....,1241,SCID%3D14605%26ISID%3D287,00.html#_edn1 , y el último fantástico libro arrojado por la ventana de la habitación, y a la última puerta cerrada a las 4 AM y el último teléfono golpeado contra el muro en protesta y el último cuarto amoblado vaciado hasta la última pieza de mueblería mental, un papel amarillo se irguió torcido en un colgador de alambre en el closet, e incluso eso imaginario, nada sino un esperanzado poco de alucinación-
ah, Carl, mientras no estés a salvo yo no voy a estar a salvo, y ahora estás realmente en la total sopa animal del tiempo-
y que por lo tanto corrió a través de las heladas calles obsesionado con una súbita inspiración sobre la alquimia del uso de la elipse el catálogo del medidor y el plano vibratorio,
que soñaron e hicieron aberturas encarnadas en el tiempo y el espacio a través de imágenes yuxtapuestas y atraparon al Arcángel del alma entre 2 imágenes visuales y unieron los verbos elementales y pusieron el nombre y una pieza de conciencia saltando juntos con una sensación de Pater Omnipotens Aeterna Deus
para recrear la sintaxis y medida de la pobre prosa humana y pararse frente a ti mudos e inteligentes y temblorosos de vergüenza, rechazados y no obstante confesando el alma para conformarse al ritmo del pensamiento en su desnuda cabeza sin fin,
el vagabundo demente y el ángel beat en el tiempo, desconocido, y no obstante escribiendo aquí lo que podría quedar por decir en el tiempo después de la muerte,
y se alzaron reencarnando en las fantasmales ropas del jazz en la sombra de cuerno dorado de la banda y soplaron el sufrimiento de la mente desnuda de América por el amor en un llanto de saxofón eli eli lamma lamma sabacthani que estremeció las ciudades hasta la última radio
con el absoluto corazón del poema sanguinariamente arrancado de sus cuerpos bueno para alimentarse mil años.

[/FONT]
[FONT=Arial, Helvetica, sans-serif]II[/FONT] [FONT=Arial, Helvetica, sans-serif]
[/FONT]
[FONT=Arial, Helvetica, sans-serif]¿Qué esfinge de cemento y aluminio abrió sus cráneos y devoró sus cerebros y su imaginación?
¡Moloch! ¡Soledad! ¡Inmundicia! ¡Ceniceros y dólares inalcanzables! ¡Niños gritando bajo las escaleras! ¡Muchachos sollozando en ejércitos! ¡Ancianos llorando en los parques!
¡Moloch! ¡Moloch! ¡Pesadilla de Moloch! ¡Moloch el sin amor! ¡Moloch mental! ¡Moloch el pesado juez de los hombres!
¡Moloch la prisión incomprensible! ¡Moloch la desalmada cárcel de tibias cruzadas y congreso de tristezas! ¡Moloch cuyos edificios son juicio! ¡Moloch la vasta piedra de la guerra! ¡Moloch los pasmados gobiernos!
¡Moloch cuya mente es maquinaria pura! ¡Moloch cuya sangre es un torrente de dinero! ¡Moloch cuyos dedos son diez ejércitos! ¡Moloch cuyo pecho es un dínamo caníbal! ¡Moloch cuya oreja es una tumba humeante!
¡Moloch cuyos ojos son mil ventanas ciegas! ¡Moloch cuyos rascacielos se yerguen en las largas calles como inacabables Jehovás! ¡Moloch cuyas fábricas sueñan y croan en la niebla! ¡Moloch cuyas chimeneas y antenas coronan las ciudades!
¡Moloch cuyo amor es aceite y piedra sin fin! ¡Moloch cuya alma es electricidad y bancos! ¡Moloch cuya pobreza es el espectro del genio! ¡Moloch cuyo destino es una nube de hidrógeno asexuado! ¡Moloch cuyo nombre es la mente!
¡Moloch en quien me asiento solitario! ¡Moloch en quien sueño ángeles! ¡Demente en Moloch! ¡Chupa vergas en Moloch! ¡Sin amor ni hombre en Moloch!
¡Moloch quien entró tempranamente en mi alma! ¡Moloch en quien soy una conciencia sin un cuerpo! ¡Moloch quien me ahuyentó de mi éxtasis natural! ¡Moloch a quien yo abandono! ¡Despierten en Moloch! ¡Luz chorreando del cielo!
¡Moloch! ¡Moloch! ¡Departamentos robots! ¡Suburbios invisibles! ¡Tesorerías esqueléticas!
¡Capitales ciegas! ¡Industrias demoníacas! ¡Naciones espectrales! ¡Invencibles manicomios! ¡Vergas de granito! ¡Bombas monstruosas!
¡Rompieron sus espaldas levantando a Moloch hasta el cielo! ¡Pavimentos, árboles, radios, toneladas! ¡Levantando la ciudad al cielo que existe y está alrededor nuestro!
¡Visiones! ¡Presagios! ¡Alucinaciones! ¡Milagros! ¡Éxtasis! ¡Arrastrados por el río americano!
¡Sueños! ¡Adoraciones! ¡Iluminaciones! ¡Religiones! ¡Todo el cargamento de mierda sensible!
¡Progresos! ¡Sobre el río! ¡Giros y crucifixiones! ¡Arrastrados por la corriente! ¡Epifanías! ¡Desesperaciones! ¡Diez años de gritos animales y suicidios! ¡Mentes! ¡Nuevos amores! ¡Generación demente! ¡Abajo sobre las rocas del tiempo!
¡Auténtica risa santa en el río! ¡Ellos lo vieron todo! ¡Los ojos salvajes! ¡Los santos gritos! ¡Dijeron hasta luego! ¡Saltaron del techo! ¡Hacia la soledad! ¡Despidiéndose! ¡Llevando flores! ¡Hacia el río! ¡Por la calle!

[/FONT]
[FONT=Arial, Helvetica, sans-serif]III[/FONT] [FONT=Arial, Helvetica, sans-serif]
[/FONT]
[FONT=Arial, Helvetica, sans-serif]¡Carl Solomon! Estoy contigo en Rockland
Donde estás más loco de lo que yo estoy
Estoy contigo en Rockland
Donde te debes sentir muy extraño
Estoy contigo en Rockland
Donde imitas la sombra de mi madre
Estoy contigo en Rockland
Donde has asesinado a tus doce secretarias
Estoy contigo en Rockland
Donde te ríes de este humor invisible
Estoy contigo en Rockland
Donde somos grandes escritores en la misma horrorosa máquina de escribir
Estoy contigo en Rockland
Donde tu condición se ha vuelto seria y es reportada por la radio
Estoy contigo en Rockland
Donde las facultades de la calavera no admiten más los gusanos de los sentidos
Estoy contigo en Rockland
Donde bebes el té de los pechos de las solteras de Utica
Estoy contigo en Rockland
Donde te burlas de los cuerpos de tus enfermeras las arpías del Bronx
Estoy contigo en Rockland
Donde gritas en una camisa de fuerza que estás perdiendo el juego del verdadero
ping pong del abismo
Estoy contigo en Rockland
Donde golpeas el piano catatónico el alma es inocente e inmortal jamás debería
morir sin dios en una casa de locos armada
Estoy contigo en Rockland
Donde cincuenta shocks más no te devolverán nunca tu alma a su cuerpo de su
peregrinaje a una cruz en el vacío
Estoy contigo en Rockland
Donde acusas a tus doctores de locura y planeas la revolución socialista hebrea
contra el Gólgota nacional fascista
Estoy contigo en Rockland
Donde abres los cielos de Long Island y resucitas a tu Jesús humano y viviente de la
tumba sobrehumana
Estoy contigo en Rockland
Donde hay veinticinco mil camaradas locos juntos cantando las estrofas finales de
La Internacional
Estoy contigo en Rockland
Donde abrazamos y besamos a los Estados Unidos bajo nuestras sábanas los
Estados Unidos que tosen toda la noche y no nos dejan dormir
[/FONT]
[FONT=Arial, Helvetica, sans-serif]Estoy contigo en Rockland
Donde despertamos electrificados del coma por el rugir de los aeroplanos de
nuestras propias almas sobre el tejado ellos han venido para lanzar bombas
angelicales el hospital se ilumina a sí mismo colapsan muros imaginarios Oh
escuálidas legiones corren afuera Oh estrellado shock de compasión la guerra
eterna está aquí Oh victoria olvida tu ropa interior somos libres
Estoy contigo en Rockland
En mis sueños caminas goteando por un viaje a través del mar sobre las carreteras a
través de América llorando hasta la puerta de mi cabaña en la noche del oeste

[/FONT]
[FONT=Arial, Helvetica, sans-serif]San Francisco, 1955-1956

[/FONT]
[FONT=Arial, Helvetica, sans-serif]Nota A Pie De Página Para “Aullido”[/FONT] [FONT=Arial, Helvetica, sans-serif]
[/FONT]
[FONT=Arial, Helvetica, sans-serif]¡Santo! ¡Santo! ¡Santo! ¡Santo! ¡Santo! ¡Santo! ¡Santo! ¡Santo! ¡Santo! ¡Santo! ¡Santo! ¡Santo! ¡Santo! ¡Santo! ¡Santo!
¡El mundo es santo! ¡El alma es santa! ¡La piel es santa! ¡La nariz es santa! ¡La lengua y la verga y la mano y el agujero del culo son santos!
¡Todo es santo! ¡todos son santos! ¡todos los lugares son santos! ¡todo día está en la eternidad! ¡Todo hombre es un ángel!
¡El vago es tan santo como el serafín! ¡el demente es tan santo como tú mi alma eres santa!
¡La máquina de escribir es santa el poema es santo la voz es santa los oyentes son santos el éxtasis es santo!
¡Santo Peter santo Allen santo Solomon santo Lucien santo Kerouac santo Huncke santo Burroughs santo Cassady santos los desconocidos locos y sufrientes mendigos santos los horribles ángeles humanos!
¡Santa mi madre en la casa de locos! ¡Santas las vergas de los abuelos de Kansas!
[/FONT]
[FONT=Arial, Helvetica, sans-serif]¡Santo el gimiente saxofón! ¡Santo el apocalipsis del bop! ¡Santas las bandas de jazz marihuana hipsters paz peyote pipas y baterías!
¡Santa las soledades de los rascacielos y pavimentos! ¡Santas las cafeterías llenas con los millones! ¡Santos los misteriosos ríos de lágrimas bajo las calles!
¡Santo el argonauta solitario! ¡Santo el vasto cordero de la clase media! ¡Santos los pastores locos de la rebelión! ¡Quien goza Los Ángeles es Los Ángeles!
¡Santa New York santa San Francisco santa Peoria & Seattle santa París santa Tánger santa Moscú santa Estambul!
¡Santo el tiempo en la eternidad santa eternidad en el tiempo santos los relojes en el espacio la cuarta dimensión santa la quinta Internacional santo el ángel en Moloch!
¡Santo el mar santo el desierto santa la vía férrea santa la locomotora santas las visiones santas las alucinaciones santos los milagros santo el globo ocular santo el abismo!
¡Santo perdón! ¡compasión! ¡caridad! ¡fe! ¡Santos! ¡Nosotros! ¡cuerpos! ¡sufriendo! ¡magnanimidad!
¡Santa la sobrenatural extra brillante inteligente bondad del alma!

[/FONT]
[FONT=Arial, Helvetica, sans-serif]Berkeley, 1955[/FONT]​
[FONT=Arial, Helvetica, sans-serif]
Allen Ginsberg

[/FONT]
ginsberg.jpg
 
Respuesta: Encuesta en Verso

Ya que me habeis recordado al maestro Cernuda...

Si el hombre pudiera decir

Si el hombre pudiera decir lo que ama,
si el hombre pudiera levantar su amor por el cielo
como una nube en la luz;
si como muros que se derrumban,
para saludar la verdad erguida en medio,
pudiera derrumbar su cuerpo,
dejando sólo la verdad de su amor,
la verdad de sí mismo,
que no se llama gloria, fortuna o ambición,
sino amor o deseo,
yo sería aquel que imaginaba;
aquel que con su lengua, sus ojos y sus manos
proclama ante los hombres la verdad ignorada,
la verdad de su amor verdadero.

Libertad no conozco sino la libertad de estar preso en alguien
cuyo nombre no puedo oír sin escalofrío;
alguien por quien me olvido de esta existencia mezquina
por quien el día y la noche son para mí lo que quiera,
y mi cuerpo y espíritu flotan en su cuerpo y espíritu
como leños perdidos que el mar anega o levanta
libremente, con la libertad del amor,
la única libertad que me exalta,
la única libertad por que muero.

Tú justificas mi existencia:
si no te conozco, no he vivido;
si muero sin conocerte, no muero, porque no he vivido.
 
Respuesta: Encuesta en Verso

Ya que me habeis recordado al maestro Cernuda...

Es absolutamente desolador. Cuánta amargura transpira este poema. Cuánta impotencia de ese hombre que quiere derribar su cuerpo para que los demás vean lo único que importa: la verdad de su amor verdadero. La única forma de libertad. La única justificación de una existencia mezquina.

Bravo.
 
Respuesta: Encuesta en Verso

Haikus Americanos

No hubo telegrama hoy
Sólo más hojas
cayeron.


Borracho como un búho,
escribiendo cartas
bajo la tormenta


Todo el día
usando un gorro
eso no estaba en mi cabeza


Cruzando un campo de fútbol
volviendo a casa del trabajo
el solitario hombre de negocios


Chasquea tus dedos
detén el mundo
la lluvia se acrecienta.


Anochece
demasiado oscuro para leer la página
demasiado frío.


Persiguiéndose entre ellos
mis gatos se detienen
cuando truena.


Luminoso gusano
durmiendo en esta flor -
tu luz está encendida.


Crepúsculo,
niño aplastando dientes de león
con un palo.


Amarillas flores del amanecer
pensando en
los borrachos de México


Solo, en viejos
ropajes, saboreando el vino
bajo la luna


La luna
es un
limón ciego


Antiguo antiguo mundo
- faldas apretadas
en el auto nuevo


Ah!, ¿a quién le importa?
Haré lo que quiera
liar otro porro.


El sueño de Dios
es sólo
un sueño


Escuchando a los pájaros usando
diferentes voces, perdiendo
mi perspectiva de la Historia

[FONT=Arial,Helvetica,Geneva,Swiss,SunSans-Regular]Poema[/FONT] [FONT=Arial,Helvetica,Geneva,Swiss,SunSans-Regular]¿Cómo consiguieron quitarme al fin
mi abertura al exterior?
¿Es que estaba cansado de dar?
dfícil abertura
Árbol familiar

No fui un amable ser generoso.


[/FONT][FONT=Arial,Helvetica,Geneva,Swiss,SunSans-Regular]Blues[/FONT]
[FONT=Arial,Helvetica,Geneva,Swiss,SunSans-Regular]Parte de las estrellas matutinas
La Luna y el correo
La codiciosa X, el rabioso dolor,
—la luna Sittle La
Pottle, ti, ti, ti—,

Los poetas son viejas habitaciones sabiondas
escriben doblados sobre palabras
y saben que las palabras se inventaron
porque nada era nada

Al usar palabras, usa palabras
la X y el papel
Y la página blanca del emperador
Y el último de los toros
Antes de que la primavera funciones
Estamos todos perdidos nada
que consigamos como sea
Así comerciamos en la noche
en el mercado de palabras[/FONT]

Jack Kerouac

kerouac.gif
 
Respuesta: Encuesta en Verso

Llevo toda la vida en "beat" :disimulo

Haikus


“Un viejo estanque;
se zambulle una rana,
ruido de agua".


"Habiendo enfermado en el camino
mis sueños merodean
por páramos yermos".



La primavera pasa;
lloran las aves
y son lágrimas los ojos de los peces.


Llora
la sombra sola de la anciana.
Compañera de la luna.

A una amapola
deja sus alas una mariposa
como recuerdo.

Sobre la rama seca
un cuervo se ha posado;
tarde de otoño.

Matsuo Basho


bashoo.jpg
 
Respuesta: Encuesta en Verso

Es absolutamente desolador. Cuánta amargura transpira este poema. Cuánta impotencia de ese hombre que quiere derribar su cuerpo para que los demás vean lo único que importa: la verdad de su amor verdadero. La única forma de libertad. La única justificación de una existencia mezquina.

Si, era un genio este hombre. Bueno, yo siento predilección por la generación del 27. Esa manera tan integra, cruda, honesta, delicada y tan llena de moral, con la que se revelan ante la realidad...salen de las mismas entrañas...Yo no me he emocionado tanto como con esta generación. No se puede contar de manera mas clara, directa, ni mas honesta...no se puede.
Y este poema que pongo abajo, de Cernuda tambien, es desgarrador, es puro. Y describe de una forma magnifica la soledad. Y cómo, cuando uno esta cansado y deseperanzado de la vida, lo unico que le proporciona ya placer es la soledad. Brutal.

Soliloquio del farero

Cómo llenarte, soledad,
Sino contigo misma.
De niño, entre las pobres guaridas de la tierra,
Quieto en ángulo oscuro,
Buscaba en ti, encendida guirnalda,
Mis auroras futuras y furtivos nocturnos,
Y en ti los vislumbraba,
Naturales y exactos, también libres y fieles,
A semejanza mía,
A semejanza tuya, eterna soledad.
Fui luz serena y anhelo desbocado,
Y en la lluvia sombría o en el sol evidente
Quería una verdad que a ti te traicionase,
Olvidando en mi afán
Cómo las alas fugitivas su propia nube crean.
Y al velarse a mis ojos
Con nubes sobre nubes de otoño desbordado
La luz de aquellos días en ti misma entrevistos,
Te negué por bien poco;
Por menudos amores ni ciertos ni fingidos,
Por quietas amistades de sillón y de gesto,
Por un nombre de reducida cola en un mundo fantasma,
En bocas de mentira y palabras de hielo.
Por ti me encuentro ahora el eco de la antigua persona
Que yo fui,
Que yo mismo manché con aquellas juveniles traiciones;
Por ti me encuentro ahora, constelados hallazgos,
Limpios de otro deseo,
El sol, mi dios, la noche rumorosa,
La lluvia, intimidad de siempre,
El bosque y su alentar pagano,
El mar, el mar como su nombre hermoso;
Y sobre todos ellos,
Cuerpo oscuro y esbelto,
Te encuentro a ti, tú, soledad tan mía,
Y tú me das fuerza y debilidad
Como al ave cansada los brazos de la piedra.
Acodado al balcón miro insaciable el oleaje,
Oigo sus oscuras imprecaciones,
Contemplo sus blancas caricias;
Y erguido desde cuna vigilante
Soy en la noche un diamante que gira advirtiendo a los hombres,
Por quienes vivo, aun cuando no los vea;
Y así, lejos de ellos,
Ya olvidados sus nombres, los amo en muchedumbres,
Roncas y violentas como el mar, mi morada,
Puras ante la espera de una revolución ardiente
O rendidas y dóciles, como el mar sabe serlo
Cuando toca la llora de reposo que su fuerza conquista.
Tú, verdad solitaria,
Transparente pasión, mi soledad de siempre,
Eres inmenso abrazo;
El sol, el mar,
La oscuridad, la estepa,
El hombre y su deseo,
La airada muchedumbre,
¿Qué son sino tú misma?
Por ti, mi soledad, los busqué un día;
En ti, mi soledad, los amo ahora.

 
Respuesta: Encuesta en Verso

A quien en la ciudad estuvo largo tiempo...

A quien en la ciudad estuvo largo tiempo
confinado, le es dulce contemplar la serena
y abierta faz del cielo, exhalar su plegaria
hacia la gran sonrisa del azul.
¿Quién más feliz, entonces, si, con el alma alegre,
se hunde, fatigado, en la blanda yacija
de la hierba ondulante y lee una acabada,
una gentil historia de amor y languidez?
Si, atardecido, vuelve al hogar, ya en su oído
la voz de Filomela, y acechando sus ojos
la fúlgida carrera de una pequeña nube,
lamenta el deslizarse del presuroso día,
desvanecido como la lágrima de un ángel
que cae por el éter claro, calladamente.

Canción de la margarita

Con su gran ojo, el sol
no ve lo que yo veo.
La luna, toda plata, orgullosa, pudiera
ocultarse igualmente en una nube.

Y al llegar primavera -¡oh, primavera!-
es la de un rey mi vida.
Echada entre los brotes de la hierba,
acecho a las muchachas bonitas en su paso.

Miro por los lugares donde no osara nadie
y se fijan mis ojos donde nadie los fija,
y si la noche viene,
me cantan los corderos una canción de cuna.

La paloma

Una paloma tuve muy dulce, pero un día
se murió. Y he pensado que murió de tristeza.
¡Oh! ¿Qué le apenaría? Sus pies ataba un hilo
de seda, y con mis dedos lo entrelacé yo mismo.
¿Por qué morías, tú, de pies lindos y rojos?
¿Por qué dejarme, pájaro tan dulce? ¿Por qué? Dime.
Muy solito vivías en el árbol del bosque:
¿Por qué, gracioso pájaro, no viviste conmigo?
Te besaba a menudo, te di guisantes dulces:
¿Por qué no vivirías como en el árbol verde?

Oda a la melancolía
1
No vayas al Leteo ni exprimas el morado
acónito buscando su vino embriagador;
no dejes que tu pálida frente sea besada
por la noche, violácea uva de Proserpina.
No hagas tu rosario con los frutos del tejo
ni dejes que polilla o escarabajo sean
tu alma plañidera, ni que el búho nocturno
contemple los misterios de tu honda tristeza.
Pues la sombra a la sombra regresa, somnolienta,
y ahoga la vigilia angustiosa del espíritu.

2
Pero cuando el acceso de atroz melancolía
se cierna repentino, cual nube desde el cielo
que cuida de las flores combadas por el sol
y que la verde colina desdibuja en su lluvia,
enjuga tu tristeza en una rosa temprana
o en el salino arco iris de la ola marina
o en la hermosura esférica de las peonías;
o, si tu amada expresa el motivo de su enfado,
toma firme su mano, deja que en tanto truene
y contempla, constante, sus ojos sin igual.


3
Con la Belleza habita, Belleza que es mortal.
También con la alegría, cuya mano en sus labios
siempre esboza un adiós; y con el placer doliente
que en tanto la abeja liba se torna veneno.
Pues en el mismo templo del Placer, con su velo
tiene su soberano numen Melancolía,
aunque lo pueda ver sólo aquel cuya ansiosa
boca muerde la uva fatal de la alegría.
Esa alma probará su tristísimo poder
y entre sus neblinosos trofeos será expuesta.



John Keats


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Respuesta: Encuesta en Verso

A SU ESQUIVA AMADA


De tener tiempo y mundo suficientes,
no sería delito tu recato.
Dónde ir pensaríamos, sentados,
y en pasar nuestro amor en largo día.
Tú, en las riberas índicas del Ganges
en busca de rubíes; yo, plañeando
en las ondas del Humber. Te amaría
desde diez años antes del Diluvio:
y rehusar podrías, si quisieseis,
hasta la conversión de los judíos.
Mi vegetal amor de extendería
más vasto que un imperio y más despacio.
Unos buenos cien años yo daría
para alabar tus ojos y tu frente,
doscientos adorando cada pecho:
y quizá treinta mil en cuanto resta.
Mil años, por lo menos, cada parte,
si al fin tu corazón se me mostrase.
Pues, Señora, mereces tal respeto;
y amarte no podría a menos precio.
Pero, detrás de mí, yo siempre escucho
la carroza del tiempo, inexorable:
y allende de nosotros se dilatan
desiertos de la vasta eternidad.
No tendrás todo el tiempo tu belleza,
ni habrá de resonar en tu sepulcro
el eco de mi canto: pues gusanos
probarán tu inmortal virginidad:
tu honor sin par se habrá tornado polvo;
muertas cenizas todo mi deseo.
La tumba es un lugar íntimo y bello,
pero creo que allí nadie se abraza.
Por eso, ahora, cuando un fresco tinte
vive en tu piel cual matinal rocío,
y mientras tu alma diáfana transpire
por cada poro fuegos instantáneos,
vámonos a gozar mientras podemos;
como amorosas aves de rapiña,
devoremos al punto nuestro tiempo,
en vez de perecer entre sus fauces.
Envolvamos, pues, todas nuestras fuerzas,
nuestra dulzura toda, en una esfera:
nuestros placeres, bastos, adentremos
por el portal de hierro de la vida.
Si parar no podemos nuestro sol,
al menos obliguémoslo a correr.

Andrew Marvell


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Respuesta: Encuesta en Verso

Ante el temor de una mujer a que el hombre no volviera

El hombre dijo:

Como la marea
Que llega desde el bajío de las cañas,sube
Sin pausa,
Así, mi amor por ti
siempre aumenta.

La mujer respondió:

Oculto cual abra cubierta de cañas
De tu corazón es elamor.
¿Cómo lo podré conocer?
Sólo hincando la pértiga del barquero
Lo podré saber

Cantares de Ise

LXXIII

Una vez un hombre, mientras se paseaba cerca de la casa de una mujer, que él había oído decir que allí habitaba, pero a la que no podía enviar ninguna carta, pensaba:

Sois al igual
Que aquella higuera
Que en la Luna se halla,
Con los ojos se contempla,
Pero no puede tocarse con las manos.

Cantares de Ise


LXXVIII


Aunque el procedimiento sea imperfecto,
Por medio de la piedra mostraré
Los invisibles sentimientos
Que guarda mi corazón,
Pues otro medio no encuentro.

Cantares de Ise

LXXIV


Aunque en verdad no haya
Escarpadas montañas
Entre nosotros apiladas,
Muchos son los días en que no nos encontraremos,
[y sin embargo] os sigo amando

cantares de Ise


LXXI

Si me amáis
Venid a verme
Pues no es camino
Que hayan prohibido
Los dioses omnipotentes.

Cantares de Ise
 
Respuesta: Encuesta en Verso

IX

Me despiertas,
Separas mis muslos, y me besas.
Yo te doy el rocío
De la primera mañana del mundo.


XV

Porque sueño
Contigo cada noche,
Mis días solitarios
Son sólo sueños.

Kenneth Rexroth

Ciervos

Los ciervos son tiernos y elegantes
Y tienen ojos bellos.
No hieren a nadie sino a sí mismos,
Los machos, y sólo por amor.
Los hombres han inventado varias
Miles de formas de matarlos.

Kenneth Rexroth

LAS VENTAJAS DE APRENDER

Soy un hombre sin ambiciones
Y con pocos amigos, totalmente incapaz
De ganarse la vida, que no
Rejuvenece, fugitivo de alguna condena.
Solitario, mal vestido, qué importa?
A medianoche me preparo una taza
De vino blanco caliente y semillas de cardamomo.
En una rasgada bata gris y vieja boina,
Me siento en el frío a escribir poemas,
A dibujar desnudos en los arrugados márgenes,
A copular con quinceañeras
Ninfómanas de mi imaginación.


Kenneth Rexroth

El orden en el universo
Es sólo el reflejo
De la voluntad y la razón humanas.
Todo ser es contingente,
Ningún ser subsiste por sí mismo.
Todos los objetos son movidos por otros objetos.
Ningún objeto se mueve por sí mismo.
Todos los seres tienen origen en otros seres.
Ningún ser lleva en sí su propia causa.
No hay ser que sea perfecto.
El ser ignora la economía.
Los seres se multiplican
Sin una necesidad. No poseen
Principio de razón suficiente.
El único orden de la naturaleza
Es la relación armónica
De una persona con otra.
Las relaciones que abjuran de la persona
Son por esencia caóticas.
Las relaciones entre las personas
Son el modelo a través del cual vemos
En la naturaleza un sistema.
Desde Homero, todos los hombres sensibles
Nos han exhortado una y otra vez
Acerca de que el universo y
Los grandes principios y fuerzas
Que mueven el mundo, poseen armonía
Sólo como reflejos
Del coraje, la lealtad,
El amor y la honestidad de los hombres.
Dejados a su suerte, esos principios son crueles
Y completamente superfluos.
El hombre que claudica ante ellos acaba en la locura,
Mata a sus hijos, su mujer o sus amigos
Y muere sumergido en el polvo sangriento,
Habiendo destruido el trabajo
Atesorado por las manos de otros hombres
Sólo quien es más listo que ellos logra sobrevivir
Y encuentra un hogar donde envejecer.


Kenneth Rexroth


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