Respuesta: Frank Miller’s Holy Terror
A mí Sienkiewicz me sobrepasa, la verdad. Y lo digo en el mejor sentido: es un genio. Su trabajo en
"Daredevil: Love and War" es impresionante, de una expresividad totalmente turbadora a través de recursos muy audaces para lo que era costumbre. Véase la manera retorcida de dibujar a Victor, ese psicópata terrorífico y del todo desquiciado, o la forma de mostrar a Kingpin como una inmensa mole imposible, o el modo de caracterizar a Daredevil como una figura de rojo saturado que se instala en un segundo plano. Esa experimentación gráfica se desarrolla en virtud de la base argumental del amor y de la rotura del mismo. Tenemos a un Kingpin en la sombra, moviendo los hilos, poderosísimo físicamente... pero roto sentimentalmente. El corazoncito del gigante sufre, se desgarra. Y en el otro extremo, la admiración enfermiza de Víctor por la secuestrada, otra fémina que mueve los cimientos de la masculinidad. Hasta Daredevil tendrá su interacción con una mujer, como en el caso del rescate de ella y las cabriolas por las alturas de la ciudad, dando la sensación de ser una danza seductora.
Evidentemente, luego, con esa colosal obra titulada
"Elektra: Assassin", Miller y Sienkiewicz llegaron aún más lejos. Hasta extremos, diría yo, complicadísimos o casi imposibles de igualar porque se produjo la unión de dos talentos salvajes. "Daredevil: Love and War" parece una iniciación entre ambos, un campo de pruebas, explotando como bombas atómicas en su colaboración posterior.
Aquí pedazo de entrevista a Sienkiewicz a razón de su trabajo en Daredevil:
http://www.manwithoutfear.com/daredevil-interviews/Sienkiewicz