Respuesta: La boda de mi mejor amiga ( Bridesmaids ): Una nueva producción Apatow
Pues para mí también es, por el momento, la comedia del año. Y sí, a mí también me ha gustado más que
Resacón, aún siendo ambas dos buenas comedias.
Paul Feig se dio a conocer con
Freaks & Geeks, aquella maravillosa serie sobre marginados de instituto que se convertía en un hito de su género, no tanto por lo que se contaba (que veían a ser lo mismo de siempre: frikis y macarras contra cheerleaders y quaterbacks) sino por cómo se contaba. Unos personajes ricos en matices, unos intérpretes en estado de gracia y una mirada auténtica y desprovista de artificios a los problemas cotidianos de cualquier adolescente (sin tener que recurrir a drogas, sectas, embarazos, violaciones o asesinos en serie). En aquella serie había un auténtico cariño por los personajes
losers, a los que se les retrataba con total franqueza, mostrando tanto sus miserias como sus grandezas. Vamos, que se destacaban por su
humanidad.
Pues esas son exactamente las mismas virtudes de
Bridesmaids, cuya protagonista (encarnada por una fantástica Wiig) también es una perdedora que podría ser perfectamente un personaje de
Freaks & Geeks 20 años después terminar el instituto, y cuya vida sigue siendo un desastre. Y, como parece obligado en toda buena comedia, a medida que avanza la película las cosas se irán poniendo cada vez más negras para el personaje.
Y aunque Wiig es sin lugar a dudas la gran estrella de la función, la verdad es que todo el reparto es maravilloso, con esa Melissa McCarthy robaplanos, un O'Dowd entrañable, esa genial pareja de compañeros de piso que forman Matt Lucas y Rebel Wilson, y una Rose Byrne mostrando una inesperada vis cómica (de hecho, nunca la había visto mejor). Es una pena que algunos como Jon Hamm y Ellie Kemper (

) tengan tan poco metraje, pero casi todos los intérpretes tienen su pequeño momento de lucimiento.
Asimismo resulta un acierto que los personajes no sean meros clichés con patas, y aunque al principio todos son presentados como estereotipos, a medida que avanza la película vamos descubriendo su fondo y a los clichés se les va dando la vuelta. Que las apariencias engañan, vamos. Aquí no hay "buenos" ni "malos" sino seres humanos con defectos, que meten la pata sin quererlo. Temas como las relaciones de pareja o la amistad también se tratan de una manera realista, sin esconder sus aspectos negativos; y aunque finalmente la película emana un mensaje positivo no es menos cierto que tiene muchos momentos tristes. Además, la relación amorosa entre Wiid y O'Dowd está desprovista de cualquier almibaramiento ñoño, cosa que se agradece mucho, ya que es lo que suele atragantar más de este tipo de películas.
Si bien es cierto que la película no es un despiporre de principio a fin. sí que tiene unas cinco o seis escenas que son verdaderamente descacharrantes, de las cuales ya habéis hablado. Al respecto quería enfatizar cómo a pesar de que la película tiene bastante humor de sal gruesa, es un humor que está muy bien utilizado. Quiero decir, muchas películas de hoy en día abusan del humor de caca-culo-pedo-pis, y el problema no reside tanto en la naturaleza escatológica de las "gracias", sino en el hecho de que se cae en el error de pensar que la caca y los pedos son graciosos
per se. Ese es el gran fallo de muchas cintas actuales como las últimas pelis de Torrente o las
spoof movies de Friedberg y Seltzer: se nos muestra a un personaje tirándose un cuesco o embadurnándose la cara de mierda y se presupone que eso le hará gracia al espectador
porque sí (realmente lo que le suelen causar es asco). Lo mismo suele hacerse con cimbreles y potorros. Pero no, en esta película se entiende que lo que hace gracia no son las flatulencias y las cochinaditas, sino lo importante es el contexto en el que se producen y la función dramática que cumplen. Basta comparar los penosos diálogos sexuales de
Caballeros, princesas y otras bestias con los momentos en los que Kristen Wiig habla del pene de Jon Hamm. Vamos, no hay color. Por cierto, Danny McBride podría pedirle a la Wiig que le de unas cuantas lecciones sobre cómo guionizar una película para lucimiento propio.