Respuesta: MIKE NICHOLS
(
Who's Afraid of Virginia Woolf?,1966)
Primera película de Nichols y basada en la obra de teatro del mismo nombre donde el director consigue una grotesca, retorcida y maravillosa interpretación de los cuatro únicos protagonistas de esta macabra y desgraciada historia de amor - odio, donde el duo principal, a base de juegos perversos, airean sus trapos sucios y destrozan todo lo que les queda consiguiendo arrastrar consigo a sus dos pobres invitados.
Richard Burton y Elizabeth Taylor consiguen hipnotizarnos con sus interpretaciones, donde la rabia incontenida, la furia, el odio y el amor a partes iguales queda patente en cada una de sus frases (imprescindible VO... el redoblaje que lleva mata por completo la película) haciendo cada una de sus escenas momentos únicos del desagradable juego de destrozar la vida del otro. Burton como el hombre maltratado psicológicamente, que no puede más pero que coge fuerzas en el último momento y Taylor como la mujer manipuladora, lenguarona y desvergonzada que no dudará en ningún momento en aplastar, emocionalmente, a su esposo pues para ella eso es un logro y un auténtico don de mando.
Sin olvidarme de George Segal como el profesor de Biología, con su plan de conseguir escalar posiciones en el campo del profesorado a base de camelar a la hija del director (la propia Taylor) y su esposa, la pánfila y pusilánime Sandy Dennis, bordando sus respectivos roles.
Personajes hundidos en las más tristes de las miserias, monstruos humanos que disfrutan con la sangre de las heridas emocionales, alcohólicos que ahogan sus tristes miserias y sus más duras penas en un vaso tras otro para acabar jugando la más triste, doliente y cercana carta en el perverso juego final que Burton propone, deleitándose en cada uno de los instantes más dolorosos de su esposa. Decir el resultado sería destrozar la película. Mejor que lo descubráis viéndola.
Con una puesta en escena muy comedida, dejando que todo el atractivo caiga sobre los hombros de los protagonistas, siendo el único escenario la casa de George y Martha. La película empieza de forma sencilla, sin mucho interés pero poco a poco, cuando vemos como el matrimonio se lanza pullas como puños, una tras otra, sin compasión, sin remedio, el ritmo coge una fuerza comparada a una locomotora sin frenos.
Una película donde Nichols consigue crear una angustia emocional, una triste desgracia de la que somos partícipes y no podemos apartar la mirada, amparándose en un guión que si bien no es redondo (algún que otro momento no me acaba de cuajar) poco le falta. Frases afiladas como navajas, llenas de odio bisceral donde la acción se basa en la palabra y no en los hechos. Pero no me puedo olvidar de ese plano donde Burton apunta a la cabeza de Taylor con una escopeta y dispuesto a apretar el gatillo. O ese otro momento, donde Segal, borracho como una cuba, y Burton, alcohólico perdido, se confiesan sus secretos más íntimos mientras Taylor no duda en despellejar a su marido contando sus secretos más ocultos en un baile macabro. Y como broche final, de oro, ese monólogo de Taylor, rota completamente, sin esperar la estocada final.
Y a ello ayuda, desde luego, una fotografía que aún siendo bastante estática, sin mucha filigrana más allá de algún momento donde los actores comparten el mismo plano (principal y secundario) acentuando la tensión y la emoción, llama la atención por el uso de la iluminación, siendo muy adecuada en según qué momentos haciendo que la película sea más dura de lo que ya es de por sí. Ojo a la escena en el jardín, con una iluminación maravillosa, bastante cálida, consiguiendo que dentro de la amargura haya cierta paz.
Una película de las que me han dejado huella Más que recomendable. Imprescindible.