Lo único (creo) que he ido comentando al respecto, es que utilizar un referéndum (y por ende instrumentalizar la democracia) con un fin claramente político, dice muy poco de los que se denominan demócratas.
Las decisiones políticas de especial trascendencia podrán ser sometidas a referéndum consultivo de todos los ciudadanos.
http://www.congreso.es/consti/constitucion/indice/titulos/articulos.jsp?ini=92&tipo=2
Y de la síntesis (no voy a investigar si la mención a la Constitución griega tiene vigencia):
Por último, sólo se permite el referéndum consultivo en Finlandia (artículo 22.a del Instrumento de Gobierno de 17 de julio de 1919) y en Grecia, referido de forma parecida a como lo hace nuestro artículo 92, a "cuestiones nacionales de carácter crucial" (artículo 44.2 y 3 de la Constitución griega de 1975).
http://www.congreso.es/consti/constitucion/indice/sinopsis/sinopsis.jsp?art=92&tipo=2
Utilizar un instrumento para lo que fue concebido. ¡A dónde vamos a llegar!
Por otra parte me interesa mucho el afán por restringir el sufragio. Propongo retirar el sufragio:
1º A quienes puedan ser tomados como rehenes por depender económicamente del Estado, lo que vicia su capacidad de juicio:
Pensionistas.
Funcionarios y en general quien por su trabajo cobre con cargo a los PGE.
Perceptores de cualquier tipo de ayuda o subvención de carácter público.
2º A quienes hayan sucumbido al afán de lucro y se hayan dejado embaucar por estafas en apariencia legítimas:
Ruiz-Mateos y derivados.
Fórum filatélico.
Deuda subordinada/preferentes.
No hace falta decir que difícilmente puede mirar por el bien común un tipo de persona que se deja llevar por ambición tan mezquina. Por supuesto los caídos en flagrantes estafas piramidales sufren la misma suerte.
3º A quienes se reconozcan católicos o hayan participado de alguno de los sacramentos instituidos por esta religión. Por varias razones:
Por creer que los hombres necesitan de una referencia exterior (de indemostrable existencia, al parecer, en ausencia de fe) que les sirva de guía, lo que impide que puedan tomar las riendas de su destino.
Por creerse capaces de discernir entre su creencia y las ajenas, calificando a la primera de “verdadera” frente a las demás.
Ligado con lo anterior: téngase en cuenta que son sujetos que (debemos suponer) dan por bueno el “Credo”.
Para evitar que haya una involución en la separación Iglesia/Estado (basta girar la vista unos miles de kilómetros hacia el este para ver las consecuencias).
Huelga decir que si esto ocurre con quienes profesan la fe “verdadera”, la misma suerte corren los fieles de cualquier otra religión y/o creencia.
4º A la población reclusa. Algo habrán hecho contra el bien común.
5º A quienes sufran dolor, físico o anímico. El dolor es muy incapacitante, al punto de privar al que lo padece de su condición humana, entendida esta como el ejercicio de lo que se entiende por facultades superiores (voluntad, inteligencia, conciencia).
6º A quienes vean “Sálvame Deluxe”. En algún punto hay que poner el límite.
7º En fin, sería difícil establecer el grado de formación intelectual necesario para que a un ciudadano (y esto es lo esencial) se le reconozca el derecho a elegir a las personas que han de regir su destino. Platón y Robert Heinlein tenían su idea, pero estaremos de acuerdo en que en la situación actual debe reconocerse el derecho de sufragio (y en consecuencia la condición de ciudadano) única y exclusivamente a los licenciados en Ciencias Políticas de la Complutense de Madrid.
PD. No quiero terminar sin ofrecer mis servicios como médico al compañero geminis. Sin duda, puedes contar con un diagnóstico erróneo.