Respuesta: Pesados que te piden dinero para el autobus
A mi cuando estudiaba fuera, y tenía que pasar por la estación del tren... aquello era un número. Dentro de la estación solo dejaban estar a los menos evidentes, por ejemplo, recuerdo a un hombre de unos cincuenta y tantos, rollizo y con el pelo cano, que se me acercó con una enorme sonrisa a pedirme dinero para el billete. El hombre APESTABA a alcohol. En serio, si te compras una botella de JB y seis latas de cerveza y te lo tiras todo por encima, no podrías oler peor que ese tipo. Le dije que no llevaba nada, y arreando. Luego fuera, en la entrada, había todo tipo de seres, algunos de los cuales olían como si no hubiesen visto un vater en un año, y se measen y cagasen encima, en serio, terrible. Otras que no soporto son las mujeres, rumanas casi siempre, con bebés. AL ver a esas criaturas tan pequeñas apretujadas entre mantas y sin proferir ningún sonido, me dan ganas de quitárselos de los brazos y salir corriendo hacia el hospital más cercano
En mi pueblo de chaval era habitual que se te apareciese cualquier tipo de ser proveniente del inframundo (concretamente del inframúndico barrio de gitanos que hay a las afueras) para hacerte o decirte cualquier cosa: desde pedirte pasta para cualquier cosa, y si no le das, largarse, a estamparte contra una pared y rebuscarte los bolsillos sin más ceremonias. Con el tiempo, aprendías a esquivarlos, a identificarlos de lejos y ahuecar el ala, pero mientras tanto, más de un sustico si que nos llevamos todos, si
