Efectivamente.
Los ingleses son unos cabrones de cuidado, pero no tienen inconveniente el reconocer la identidad nacional de Escocia y Gales, no han fomentado el enfrentamiento entre sus naciones, han solicitado a la UE la oficialidad del galés y el escocés, y no esconden la historia de esas naciones. En definitiva, no ven en el reconocimiento de estas diferencias un peligro para la unidad del reino, sino todo lo contrario.
La clave es que los británicos tienen una democrática consolidada desde hace siglos.
Por contra, España es una democracia muy joven, con una historia reciente llena de dictadores, de golpes de estado, y hasta una guerra civil. La misma constitución actual se redactó tutelada por fascistas del régimen anterior, y desde entonces, ni tan solo hemos sido capaces de revisar nuestro pasado reciente. No ha habido pedagogía de la diversidad, y se continúan viendo las distintas identidades como un peligro para la desintegración de una España pretendidamente uniforme. En lugar de aceptar e integrar estas indentidades, en España se ha optado por combatirlas.
Pues claro que tengo envidia del Reino Unido.