Respuesta: Rodrigo Cortés ficha a Sigourney Weaver y De Niro para su nueva pelicula RED LIGHTS (Luces rojas)
Vale que la utilización del término "underground" en mi anterior post fue muy desafortunada, pero a lo que iba es que, por el momento, el cine de Cortés solo ha interesado a las minorías. Para desgracia de Rodrigo, porque es evidente que él confía en sus pelis y a él le gustaría llegar a un público amplio, pero también es cierto que al tío le gusta experimentar, y al gran público por lo general los experimentos sólo le van con la gaseosa.
Buried estuvo muy lejos de ser un gran éxito comercial: a nivel mundial tan sólo recaudó 20 millones, y en USA no se comió ni los mocos. Por supuesto que la peli fue rentable porque recaudó 10 veces más de lo que costó, pero quedó muy lejos de ser un auténtico pelotazo (
Insidious, por ejemplo, costó a un menos que
Buried, pero recaudó 5 veces más, 100 millones).
pero sus películas gustan más al consumidor habitual de cine iraní que al de cine marquesinero.
¿Pero esto lo reconoce él o es una apreciación acojonante de fan?
Él no tiene que reconocer nada, basta con leer las críticas y opiniones que hay en la red de sus dos primeras películas. Por regla general, convencieron mucho más a los "cinéfilos peldañeadores" que al espectador de a pie.
Y su cine tiene de personal lo que el de Fresnadillo o Amenábar.
Que el tipo os parezca un gurú o vuestro telepredicador favorito, pues vale, ahí no entro. Pero hablando estrictamente de cine, que lo defendierais como posible artesano de género, le haría mucho más bien, I-chan.
Ya, a Hitchock también lo consideraban como artesano antes que vinieran en su defensa los de la Cahiers, ¿eh?

Y a Spielberg el 90% de los críticos no lo tomaron en serio hasta
La lista de Schindler. A día de hoy está demostradísimo que Spielberg es un autor con todas las de la ley, pero hasta hace unos años no se le consideraba más que un eficaz artesano. Y no es que antes no fuera autor y, del día a la mañana, su obra empezara a cargarse de contenido. Sus obsesiones siempre habían estado ahí, el problema es que la gente no se había fijado en ellas porque no prestaban atención. Ahí radica la diferencia entre ver y mirar.
Amenábar es un autor, guste o no os guste, pues en todas sus obras hay una serie de constantes estéticas y temáticas. Sus películas comparten todas un mismo punto de vista, una misma "visión del mundo". Desde luego que el "chileno" no tiene un mundo interior tan personal y fascinante como lo puedan tener Lynch, Cronenberg o Von Trier; simpre ha habido artistas más singulares y otros que apenas se destacan un poco sobre el rebaño. Pero si aceptamos que Spielberg o Shyamalan son autores, necesariamente a Amenábar también lo tenemos que reconocer como tal. Y de hecho ya existe una media docena de monografías consagradas a estudiar su obra; por algo será.
Cortés también es un autor, porque todo su cine gira en torno a unas obsesiones personales muy concretas: la insignificancia del individuo aplastado por el sistema, la escasa fiabilidad de los sentidos y los recuerdos, la narración hiperrevolucionada y ultrafragmentada, los collages de texturas, los juegos de ficción real y falsa realidad, el humor negro marca de la casa (todas las "coñas" que había en
Enterrado fueron añadidos de Cortés, el guión de Sparling se tomaba a sí mismo mucho más en serio)... Hacer cine de género no está reñido con explorar obsesiones personales, por mucho que algunos no sepan verlo.
El caso de Fresnadillo es diferente, yo creo que el tipo sí que tiene el suficiente talento y sensibilidad como para poder convertirse en un autor con voz propia, pero como el tipo se limita básicamente a ejecutar con solvencia trabajos de encargo, por el momento difícilmente se lo puede considerar como algo más que un eficaz artesano.