Para que no se diga:
La noche de los muertos vivientes: Clasicazo de Romero. Una de las películas más terroríficas de todos los tiempos (mis padres todavía recuerdan el impacto que tuvo en su momento). Realizada con cuatro duros, podría haber sido el bodrio más grande jamás visto (maquillaje improvisado, actores que ni lo eran...) pero el poderío visual (ese glorioso b/n que le va como un guante), lo visceral de su planteamiento (aún con muertos andantes rondando la tierra, el hombre sigue siendo el mayor enemigo para el hombre, incluso el ser más torpe, veáse el irónico final), y lo crudo de sus imágenes (lo de la niña al final es todo un poema) consiguen uno de las primeras pelis "gore" y de paso inventa un sub-género. Ahí es nada
Zombie: O la película que responde a la pregunta; ¿Fué chiripa la primera de Romero?...Para nada, por lo menos en lo que a no-muertos se refiere. Aquí ya tenemos color, actores un poco más profesionales, mejor maquillaje (Tom Savini, que no pudo trabajar en la primera parte, se quita la espinita con papelito incluído). Otra cima de su género, sin duda, pero ciertamente la que peor ha envejecido (lo siento Diodati

). Aquí ya empieza el discurso según el mundo es casi propiedad de los zombies y los humanos los refugiados de una especie en extinción. Nuestros queridos zombs, van al súper (atados en su muerte a lo que estaban en vida; ¡gastar!) lo que se supone una dura crítica al sistema capitalista y al consumismo y bla, bla, bla...A mí siempre me hizo más tilín como el cabrón de Roger hace lo hace al final (no digo más para no spoilear)...El festival de gore, visceras y salchichón se multiplica por mil, -terror +espectáculo.
El día de los muertos: Sin no pocos problemas de financiación y algunos cambios de guión bastante sangrantes, Romero pudo completar su trilogía. En esta, los estertores de la humanidad se diferencian en militares, médicos y civiles, todos ellos atrapados en una ratonera subterránea, microcosmos patético de una de las últimas sociedades que quedan en pie. Deprimente, irregular, pero tremendamente divertida. El apunte de zombis con su tarjeta del corte Inglés en bolsillo de la anterior, evoluciona al presentarnos al entrañable héroe de la película (yendo más allá, Romero la cagaría y bien cagada -Bubs sí, Big Daddy, NO-) Bubs, la niña de los ojos del Mad doctor de la función, formando una extraña relación afectiva de maestro-alumno la mar de bizarra. El capitán Rhodes, tan sobreactuado como genial, da una explicación sobre quíen se fuma la maría que riegan al principio de la peli, y "la chica de la película" pasa a ser (de la catatónica rubita de la primera parte a la más decidida e independiente de Zombie) una especie de Sarah Connor Romeriana. Imprescindible hacerse con la versión no censurada, por si hacía falta decirlo.
Land of the dead: Pasapalabra
